¿Un cambio de líder en el mercado del trigo?

Los productores rusos recogen cosechascada vez más grandes de los campos.

Los productores rusos recogen cosechascada vez más grandes de los campos.

Hace 15 años, Rusia dependía fuertemente de la importación de alimentos. Ahora, en cambio, se prepara para vender cereal en el mercado brasileño.
“Rusia puede convertirse en el mayor exportador mundial de trigo antes de nueve años”, señaló en diálogo con RH el presidente de la Unión Cerealera Rusa, Arkadii Zlochevskii. Comentaba así los pronósticos aparecidos en la prensa estadounidense sobre el posible cambio de liderago en el mercado mundial de trigo hacia 2019.

Según Zlochevskii, Rusia incorpora activamente tierras a la producción agrícola (de 42 millones de hectáreas a principios de 2000 pasó a 48 millones ahora), e invierte recursos en tecnologías e infraestructura.

Si en 2002 todas las posibilidades de exportación de los puertos rusos para la carga de granos ascendían apenas a 5 millones de toneladas, ahora superaron los 30 millones y siguen en aumento.

De acuerdo con los pronósticos del Instituto de Coyuntura del Mercado Agrario de la Federación Rusa, en 2019 Rusia podrá cosechar unos 125 millones de toneladas de cereales, de los que 45-50 millones estarán destinados a la exportación (los suministros anuales de trigo desde los EE.UU. suman cerca de 30 millones de toneladas). Por cierto, por las contingencias climáticas, el ministerio de Agricultura ruso se vio obligado a reducir su pronóstico de cosecha general de cereales en este año agrícola hasta 90 millones de toneladas (hace dos años se cosecharon 108 millones).

Pero incluso este indicador supera significativamente el nivel de consumo en Rusia (72-73 millones de toneladas). Además, debido a las particularidades de manejo del negocio agrario en la FR, los volúmenes reales de la cosecha con frecuencia resultan superiores a las cifras oficiales e incluso las reservas que pasan de años anteriores brindan la posibilidad de mantener elevados índices de exportación.

Los principales mercados de comercialización del trigo ruso son los países de África del Norte y de Oriente Medio. Se suministra, en cambio, mucho menos a la Unión Europea (Italia, Grecia y España).

Y no se excluye que parte de la cosecha rusa de este año pueda aparecer en el mercado latinoamericano, antes que nada en Brasil que anualmente importa unos 6 millones de toneladas. El principal obstáculo en este camino son los gravámenes aduaneros que están obligados a pagar todos los Estados ajenos al Mercosur.

Sin embargo, según el propio Zlochevskii, Brasil ya ha declarado su predisposición a suprimir esos gravámenes con respecto al cereal ruso. Y dado que la cosecha argentina, de acuerdo con los pronósticos, puede resultar bastante mermada, habría que asumir que los proveedores rusos aprovecharán las posibilidades que se les abren en América Latina.

Rusia exporta, en lo fundamental, trigo de clase 4, lo que en la clasificación mundial corresponde a la definición de “trigo alimenticio de baja calidad”.
Zlochevskii advierte que “esa es la que más se demanda en el mercado mundial. Pero Rusia puede proveer cereal de cualquier calidad y estamos capacitados para satisfacer cualquier requerimiento”.

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