Dibujado por Konstantín Máler
La frase que mejor describe Rusia como destino turístico es: "tiene un gran potencial". Estas palabras se pueden aplicar a casi todas las regiones y ciudades del país, excepto Moscú, San Petersburgo y Sochi.
De hecho, a lo largo del país hay grandes oportunidades de desarrollo. En gran parte del país hay lugares interesantes que ver y experiencias culturales que pueden atraer turistas, pero estas oportunidades todavía no se han desarrollado.
Quizá debido a la situación geopolítica, el año pasado fue un momento clave para la industria rusa del turismo. Por primera vez el país está haciendo un esfuerzo para desarrollar su potencial y atraer turistas.
En 2014, las agencias de turismo estatales comenzaron por primera vez a crear oficinas de representación fuera del país. Este año se han abierto oficinas en los Emiratos Árabes y Alemania y hay planes para hacer lo propio en China, Finlandia e Italia.
A pesar de que a lo largo de los últimos diez años en el sector se había hablado mucho de ello, siempre provocaba rechazo y había una falta de comprensión acerca de lo que estas oficinas significan a la hora de mejorar la imagen de Rusia en el exterior y aumentar el flujo de turistas.
Si lo comparamos, hay más de 40 oficinas que representan a las agencias de turismo internacionales trabajando en la propia Rusia. La popularidad de algunos destinos entre los rusos se debe, entre otras cosas, a la labor de estos representantes.
Si se llevan a cabo los planes para abrir más oficinas de turismo, será la primera vez en la historia reciente- en los casi 25 años del mercado de turismo en Rusia- que el país se presenta a sí mismo en el extranjero como un destino turístico. Es difícil sobrestimar la importancia de estos pasos, especialmente este año, en el que preservar el volumen de turistas extranjeros es uno de los principales retos de los touroperadores rusos.
La situación política externa y el enfriamiento de las relaciones entre Rusia y Occidente han tenido un impacto significativo en el mercado turístico, y en el número de visitantes occidentales. Según datos de los touroperadores, en 2014 el volumen de ventas de viajes procedentes de EE UU y Europa a Rusia ha caído entre un 30% y un 40%.
Sin embargo, la devaluación del rublo se ha dejado notar. Cuando los viajes se han vuelto más baratos, la política ha pasado a un segundo plano. De repente los turistas están volviendo a considerar Rusia como un destino turístico. Los touroperadores predicen que este año la demanda será como la del año pasado, lo que en las actuales circunstancias es un logro.
Las preferencias de los turistas no han cambiado demasiado desde que Rusia se convirtió en un destino turístico. La mayoría de los visitantes quieren ver Moscú y San Petersburgo. La capital rusa y la ciudad del norte acumulan casi el 90% del total del tráfico turístico.
Los pueblos del Anillo de Oro situado en las afueras de Moscú son también populares, así como el Transiberiano, aunque solamente el 3% de los turistas hace este viaje. El lago Baikal, Kamchatka y Altái están en tercer lugar pero a mucha distancia, aunque son atractivos destinos para viajeros aventureros y ecoturistas.
Tanto para los visitantes como para los touroperadores es importante recordar que a pesar de los cambios en las situación política y la idas y venidas de las crisis, la gente siempre viaja. La principal cuestión para los expertos de turismo en Rusia es conseguir que el país se convierta en un verdadero destino turístico, capaz de atraer visitantes a pesar de la situación geopolítica o si simplemente tiene el potencial de conseguirlo.
Está claro, sin embargo, que la imagen de Rusia creada en el exterior y la Rusia que los turistas quieren ver son dos cosas diferentes.
La belleza de San Petersburgo durante las noches blancas no depende de las postura política que adopte el país en una u otra cuestión. Los atardeceres en el Volga, el salvaje patrimonio natural de Kamchatka, los depósitos de ámbar durante la bajada de la marea en la costa del Báltico, son de una belleza incontestable. No dependen de quien esté en el poder.
Un paseo por los bulevares de la parte antigua de Moscú o una excursión por los lugares de la novela El maestro y Margarita de Bulgákov son inolvidables. También lo es Kazán, que es una mezcla de las cultura rusa, europea e islámica. Hay más cosas que promocionar, como las carreras en motos de nieve en la región autónoma nénets o los viajes en globo por Yaroslavl. Aunque quizá la mejor manera de conocerlo es que venga y lo conozca usted mismo.
Maya Lomidze es la directora ejecutiva de la Asociación rusa de touroperadores.
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