En un enclave privilegiado, un clima que sorprende

Sabemos que Sochi es la capital veraniega de Rusia porque Vladímir Putin tiene una segunda residencia en la ciudad. Esta región es conocida por poseer un extraño entorno natural: una combinación de zonas alpinas y clima mediterráneo que tan solo están separadas entre sí por 50 kilómetros.

El clima en Sochi se explica tanto por las montañas del Cáucaso como por el mar Negro. La amplitud de las montañas protege al centro turístico de los vientos fríos procedentes del norte y el este, mientras que el mar actúa como un organismo vivo: en verano absorbe calor y se recalienta, hasta que el frío en invierno libera el calor acumulado.

En realidad, cada invierno en Sochi es una sorpresa. Un año, las mujeres que visten a la moda se preocupan porque no pueden lucir su nuevo abrigo de pieles debido a las agradables temperaturas, y al año siguiente llega un auténtico invierno, con fuertes vientos y nieve. A lo que hay que sumar la humedad.

Sin embargo, el invierno en Sochi dura poco y suele pasar que el segundo o tercer día se vea el comienzo del deshielo, cuando los riachuelos inundan las calles, el sol brilla y los pájaros empiezan a cantar.

En Sochi, como en cualquier otra área subtropical, la lluvia siempre está acechando. Las precipitaciones se incrementan en las estaciones más frías y alcanzan su punto máximo en diciembre. Igualmente, el nivel de humedad también cambia y puede llegar al 70% en invierno. Se trata de un espectáculo asombroso: cuando el peatón camina se forma una nube a su alrededor. La temperatura media en invierno es de 6-7 grados, mientras que por la noche cae a cero. La temperatura es bastante más fría en la región montañosa de Krásnaya Poliana, donde la temperatura puede ser 10 o 15 grados menos que en Sochi.

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