La primavera llega a Moscú

Moscú en primavera es un lugar increíble. Tras meses en blanco y negro, la capital vive una explosión de color entre abril y mayo. Esta es una selección de los mejores lugares para disfrutar de las flores de la ciudad durante su breve y gloriosa floración, tanto si te gustan las ornamentaciones grandiosas, los huertos o los paseos por el bosque.

Parques y jardínes de Moscú

Para el filósofo inglés Francis Bacon, un jardín era "el más puro de los placeres humanos... sin el cual los edificios y palacios no son sino toscos trabajos manuales". No cabe duda de que los magníficos parques que rodean los palacios de los zares y nobles de Moscú constituyen a menudo su mayor y más perdurable atractivo.

Si le mencionas a cualquier moscovita las flores primaverales, inmediatamente pensarán en los coloridos adornos del parque Kuzminki, en los suburbios de la parte sureste.

 

Fuente: Corbis / Foto SA

Los edificios de esta aristocrática mansión del XVIII son mucho menos atractivos que los parques ajardinados y la avenida de parterres que, bajo arcos de verdor, se dirige hacia la puerta principal. Los arriates de tulipanes multicolores están ingeniosamente dispuestos para que florezcan ininterrumpidamente desde finales de abril hasta principios de junio. Se puede acceder al parque desde las paradas de metro Kuzminki o Volzhskaya. Un paseo a la orilla de los lagos ornamentales, hasta los cuidados jardines que rodean el Museo de Cultura Estatal es un placer en cualquier época del año

El jardín Alexándrovski, cerca del Kremlin, fue diseñado en el XIX, cuando el pantanoso río Neglínnaya se canalizó a través de tuberías subterráneas. Cada primavera, los senderos se ven flanqueados por filas de tulipanes estrictamente ordenados por colores. También hay lilas y espinos rosas y blancos, rodeados de arriates de pensamientos.

 

Jardín Alexándrovski. Fuente: Lori / Legion Media

Uno de los paseos más hermosos por Moscú en primavera cruza a través del jardín Alexándrovski, atraviesa el río Moscova y avanza a través del área conocida como Bolótnaya Ploschad ("plaza del pantano"), con sus parterres de flores, esculturas y fuentes. Al otro lado de un pequeño puente, el área de Zamoskvorechie ("más allá del Moscova") está llena de cafés, galerías de arte y bellas iglesias antiguas.

El jardín del Hermitage es un diminuto y céntrico parque con una gran carga de aventuras románticas e historia.

 

Fuente: Lori / Legion Media

La Nóvaya Opera tiene aquí su sede, y "La gaviota" de Chéjov fue representada aquí por primera vez. A finales de primavera, está cuajado de aromáticas rosas. Hay escenarios al aire libre, cafés, estatuas, pagodas; un gigantesco corazón de metal completa la escena. Se puede llegar caminando, por pequeñas callejuelas laterales, desde la colorida estación de metro Trúbnaya, con sus vidrieras iluminadas de famosas ciudades rusas. Pasea por el amplio Tsvetnói Bulvar (literalmente, "bulevar florido", por un antiguo mercado de flores que se celebraba aquí). A través de una colección de estatuas de payasos en bronce, uno de los cuales monta un monociclo en una fuente, bajo la lluvia que cae de su propio paraguas, gira a la derecha y dirígete hacia el oeste por Mali Karetni Pereulok.

Jardines botánicos

Otro excelente y céntrico lugar para ver flores primaverales es el antiguo jardín Apothecaries, en Prospekt Mira. La primavera en Moscú significa que sus crocus, narcisos y tulipanes florecerán a la vez. Alrededor de los sinuosos senderos de madera se extiende un lago de color: coridalis rosas, blancas "estrellas de Belén", anémonas doradas y racimos de jacintos azules. La entrada cuesta 150 rublos (unos 4 euros), bastante cara para un jardín tan pequeño, pero es necesaria para financiar su restauración. Fundado en el XVII por Pedro el Grande, los cuidadores afirman que "intentan seleccionar únicamente las especies más raras y exóticas, pero más bellas al mismo tiempo". 

En 1945, la Academia de Ciencias plantó un gigantesco jardín botánico en el norte de Moscú, otro lugar encantador para dar un paseo. Aparte de algunos lugares concretos, como el jardín japonés, es más bien un bosquecillo donde florecen plantas silvestres bajo los árboles. Cerca de allí, los parques Ostankino y VDNJ también ofrecen una bella mezcla de paisaje natural y cultivado, con parterres temáticos cerca de la entrada, que florecen en verano.

Jardines rurales

Para disfrutar algunos de los jardines de dachas más clásicos, hay que tomar el tren de cercanías y salir de la ciudad. Por ejemplo, Peredélkino, a solo 20 minutos de la estación Kievski de Moscú, tiene unos jardines llenos de colorido. Aquí, la dacha de Borís Pasternak está rodeada por una maraña de espinos en flor, que parecen querer protegerle de las vistas a los horrendos edificios de nueva construcción al otro lado de la carretera.

Las casitas de madera del "pueblo de los artistas" de Sókol tienen su mejor momento en primavera. Cada jardinero se enorgullece de su trabajo y también hay flores en las áreas comunes, alrededor del parque infantil y el centro municipal. Toma la línea de metro verde oscura desde Moscú hasta la estación Sókol, y pasea enfrente del parque conmemorativo, con sus bancos de tulipanes, por detrás de la iglesia de Todos los Santos, hasta alcanzar el pueblo al otro lado de la concurrida Úlitsa Alabiana. En las calles, que llevan nombres de famosos artistas rusos, hay plantados diferentes tipos de árboles. Campanillas de invierno, el primer azafrán de primavera y las estrellas azules de la flor cuyo apropiado nombre es "Gloria de la nieve", y que a veces florece ya en marzo.

Flores silvestres

Los grandes parques boscosos de Moscú poseen una gran variedad de flora. Las alfombras de flores silvestres son especialmente hermosas en mayo. Uno de los sitios más accesibles para contemplar este fenómeno natural son las Colinas de los Gorriones, donde en abril las anémonas amarillas, amantes de zonas sombrías, surgen bajo los árboles.

La isla de Serebryani Bor, cubierta de vegetación, se encuentra en un meandro del río y es otra de las reservas naturales de la ciudad.

 

Fuente: Lori / Legion Media

Se puede llegar en autobús desde la parada de metro Polezhaévskaya, pero un paseo por la orilla del río es una experiencia idílica, aunque a veces hay demasiada gente. Gira a la derecha después del puente y recorre la orilla noreste de la isla, menos visitada, para ver delicadas fresas salvajes y rosales silvestres, brillantes estrelladas, algarrobos de color púrpura y diente de león amarillo.

Huertos en flor

El jardín de los cerezos” de Antón Chejov tiene probablemente algunas de las flores más inolvidables de la literatura. El dramaturgo plantó cerezos alrededor de su cabaña de madera en Mélijovo; en este lugar aún se celebra cada año un festival de teatro bajo los brotes.  

Pero no es necesario salir de la ciudad para ver árboles frutales "vestidos de blanco". Los huertos del parque Kolómenskoye, a 20 minutos del centro en metro, son una de las maravillas de Moscú en mayo.

 

Parque Kolómenskoye. Fuente: Lori / Legion Media

Hay kilómetros de avenidas en flor, cuyos pétalos cubren como nieve los senderos multicolor y convierten estas colinas al lado del río en una atracción merecidamente popular. La zona más bella está en lo alto de la colina, cerca de la iglesia de San Juan Bautista, a 20 minutos a pie de las estaciones Kolómenskaya o Kashirskaya, en un paseo que transcurre entre antiguos valles y palacetes reconstruidos

En un lugar más céntrico, los manzanos y cerezos de los jardines del Kremlin son a menudo los primeros en florecer y enmarcar las cúpulas doradas de la Plaza de la Catedral. El campanario encalado que Iván el Grande construyó en el XVI, visto a través de una guirnalda de flores, es una de las estampas primaverales más famosas de la ciudad.

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