El Tiulpán, con un calibre de 240 mm, es el mayor de una serie de cañones autopropulsados bautizados con nombres de flores: Clavel, Acacia, Jacinto y Peonía.
Los morteros autopropulsados 2S4 Tiulpán (Tulipán en ruso), cuyo calibre supera al de sus análogos occidentales, habían sido excluidos del equipamiento armamentístico casi en su totalidad. Según el inventario de 2015, solo quedan 430 unidades del Tulipán en los arsenales del Ejército ruso, aunque desde que se adoptó hace 43 años su eficacia nunca se ha puesto en duda.
El Tulipán es compatible con un amplio rango de municiones, entre las que se incluyen proyectiles explosivos, incendiarios, guiados, de fragmentación y nucleares, algunos de los cuales son capaces de derribar un objetivo desde una distancia aproximada de 20 km.
Las minas guiadas del sistema 1K113 Smelchak son las más actuales. Este sistema está compuesto de un obús inteligente de 240 mm 3VF4 con proyectiles explosivos 3F5 y el telémetro láser 1D15 con los medios de sincronización 1F35K y 1A35I. La potente mina de 134 kilogramos de los sistemas Smelchak y Smelchak-M utiliza un haz de láser en la etapa final para aumentar la precisión de tiro. Además, la duración de este proceso se ha reducido al mínimo, lo que impide al enemigo generar interferencias a tiempo para evitar el impacto.
Los proyectiles de fragmentación del mortero 2S4 Tiulpán pueden cubrir una superficie equivalente a cuatro campos de fútbol. La potencia de un solo disparo con este mortero puede destruir un objetivo inalcanzable para cualquier otra pieza de artillería. Además, para este potente cañón autopropulsado se diseñó una mina con carga especial, es decir, nuclear.
Sin embargo, la característica principal del mortero 2S4 sigue siendo la posibilidad de disparar desde el ángulo máximo de elevación. Este tipo de disparo resulta muy ventajoso cuando se usa un tipo de mina guiada especial con la que los artilleros experimentados pueden hacer blanco sobre bombas de aviación de alta precisión.
Solo se necesita una tripulación de cinco personas para desplegar y poner en marcha el 2S4 Tiulpán. Tampoco implica ninguna dificultad para el mortero autopropulsado abandonar su posición una vez efectuado el disparo sobre el enemigo.
La alta maniobrabilidad de las baterías, la optimización del trabajo de los tripulantes gracias a la automatización del mantenimiento y el hecho de que el 2S4 Tiulpán no requiere la preparación manual de las posiciones de combate lo convierten en un sistema adecuado para los combates en entornos urbanos y para ataques a posiciones fortificadas enemigas.
El ejército soviético usó el 2S4 Tiulpán durante el conflicto en Afganistán, y las tropas rusas también aprovecharon la potencia de este mortero para frenar la congregación de fuerzas enemigas en la primera guerra de Chechenia, entre 1994 y 1996.
La recuperación de los sistemas Tiulpán por parte del Ejército ruso se debe al aumento de unidades de artillería recientemente anunciado. Dichas unidades ya están siendo formadas, pero se les está equipando con material antiguo hasta que se inicie la producción en serie de la nueva unidad autopropulsada Koalitsia, lo que ha supuesto una segunda oportunidad para el mortero nuclear más potente de la historia.
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