La compañía aérea S7 compra un cosmódromo flotante

Invierte 150 millones de dólares con el objetivo de ir al espacio

Invierte 150 millones de dólares con el objetivo de ir al espacio

servicio de prensa
La compañía aérea rusa S7 ha comprado el cosmódromo flotante Morskói Start, un proyecto complicado cargado de numerosas deudas y, además, gestionado por el Departamento de Estado de Estados Unidos. El director general de la compañía se refiere a la base espacial como un “billete al cosmos”, pero los productores privados de satélites que le habían echado el ojo empiezan a dudar.

La compañía aérea S7 firmó un contrato de compra del cosmódromo flotante ruso Morskói Start en  a finales de septiembre durante el Congreso Internacional de Astronáutica, celebrado en Guadalajara (México). La vendedora fue la empresa estatal espacial Energuia. De este modo, S7 se ha convertido en el primer inversor privado ruso en el ámbito del sector espacial. La compañía ha invertido en el proyecto más de 150 millones de dólares.

La transacción ha sorprendido a muchos representantes de la industria. No termina de quedar claro para qué necesita la compañía aérea un activo tan problemático y cargado de deudas. Los expertos bromean diciendo que han “torturado” al director general de S7, Vladislav Filev, para obligarlo a cerrar el trato. Este afirma que para él la compra de Morskói Start es un billete al espacio, y está seguro del éxito comercial del proyecto.

No obstante, para poner en marcha el cosmódromo se necesita primeramente un permiso, del que  S7 carece, pues Morskói Start está administrado por EE UU. Filev quiere trasladarlo a Rusia, pero para ello necesita la aprobación del Departamento de Estado.

¿El Elon Musk ruso?

En los medios de comunicación rusos se ha apodado al líder de S7, Filev, con el nombre de “el Elon Musk ruso”,  el sudafricano, cofundador de PayPal, Tesla Motors, SpaceX, Hyperloop y OpenAI. Tiene grandes planes de futuro: “En la aviación no puedo ser el primero, pues ya está Aeroflot, pero lo seré en el espacio”. En el transcurso de 15 años, empezando desde 2018, S7 planea llevar a cabo hasta 70 lanzamientos comerciales desde la base espacial.

La compañía ya está negociando preliminarmente con potenciales clientes, según ha comunicado a RBTH una fuente en Roskosmos. Filev afirma que S7 cuenta primeramente con compañías privadas lanzadoras de satélites.

El director del Instituto de Política Espacial, Iván Moiseev, considera que no se encontrarán clientes para el proyecto. Según afirma, el mercado está dividido y S7 lo va a tener difícil para entrar. Sin embargo, el director de la empresa espacial Energuia, Vladímir Solntsev, opina que la compañía puede ganar debido al precio. Además, considera que el hecho de que la compañía se incorpore al mercado global de servicios espaciales podría reducir el precio de los mismos drásticamente.

Los clientes del cosmódromo

Mijaíl Kokórich, fundador de la compañía espacial privada Dauriya Aerospace, le comunicó a RBTH que sigue muy cerca el desarrollo de la situación de Morskói Start. La compañía está dispuesta a hacer uso de la plataforma para el lanzamiento de sus pequeños satélites de telecomunicación ATOM, cuya masa ronda la tonelada.

 “Estamos dispuesto a lanzar si S7 nos ofrece garantía y un precio similar al de otras compañías — asevera Kokórich —. Podríamos usar el cosmódromo para el lanzamiento de nuestros satélites a las órbitas geoestacionaria y de transferencia geoestacionaria. El precio por lanzamiento no deberá sobrepasar los 960.000 dólares, y la garantía deberá ser de un 97%”.

Kokórich opina que todos los operadores internacionales de satélites de telecomunicación son clientes potenciales de Morskói Start.

El futuro del cosmódromo

Actualmente la base se localiza en la isla de Navidad, en el océano Pacífico. Morskói Start se creó en 1995 como consorcio internacional por grandes accionistas: el estadounidense Boeing con una participación del 40% y la rusa Energuia, con un 25%.

El ambicioso proyecto fue deficitario, pues contaba con 36 lanzamientos, que era bastante menos de lo que previsto. Asimismo, el coste del servicio resultó ser alto. En 2009 la compañía quebró. Más tarde, en 2014, el futuro del proyecto quedó marcado por el conflicto entre Rusia y Ucrania: se interrumpió el abastecimiento de cohetes Zenit, para los cuales estaba adaptada toda la maquinaria del cosmódromo.

Según el director de Energuia, Vladímir Solntsev, están dispuestos a desarrollar vehículo de lanzamiento para la base en un período de cinco años. “Estamos haciendo uso de la experiencia adquirida al crear Energuia-Burán”, afirmó él.

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