Aniversario en el Centro de Cosmonautas de la Ciudad de las Estrellas

El comandante Mijaíl Tyurin durante un entrenamiento en un simulador de la nave Soyuz TMA-11M en el Centro de Entrenamiento Gagarin

El comandante Mijaíl Tyurin durante un entrenamiento en un simulador de la nave Soyuz TMA-11M en el Centro de Entrenamiento Gagarin

Grigoriy Sisoev/RIA Novosti
El Centro de Preparación de Cosmonautas Yuri Gagarin (CPC) celebra hoy 56 años desde su fundación. La preparación del primer destacamento de cosmonautas duró menos de un año.

El 11 de enero de 1960, el comandante general de las Fuerzas Aéreas de Rusia, Konstantín Vershinin, emitió una directiva secreta para la creación de la unidad militar especial 26266. Así empezó la historia del Centro de Preparación de Cosmonautas.

Un punto de control principal, después otro punto de control… En cada uno de ellos, unos adustos guardias me miran atentamente a la cara, buscan mis datos en una lista y me piden que les abra el maletero. Cuando encuentran mi apellido en sus documentos, de pronto se vuelven amables y sonrientes: “¡Adelante!”.

La preparación para el primer vuelo espacial tiene una duración media de siete años. Según me cuentan en el CPC, en la actualidad el destacamento ruso cuenta con 37 cosmonautas, 16 de los cuales siguen esperando su primera “misión espacial”. Hay solo dos mujeres: Elena Serova, que realizó su primer vuelo en marzo de 2015, y Anna Kíkina, que por ahora no tiene experiencia en vuelos al espacio.

Entre los cosmonautas se cuentan no solo pilotos militares, sino también ingenieros, como Fiódor Yurchijin o Serguéi Krikaliov, o representantes de otras profesiones, como el médico Oleg Kótov o el biólogo Serguéi Riazanski.

“En la actualidad, en el CPC trabajan cerca de 2.000 empleados, entre los cuales figuran instructores, ingenieros, investigadores, especialistas médicos, pilotos y experimentadores de técnica especial. Todos ellos trabajan en tierra para que todo funcione en el espacio –comenta para RBTH el director del CPC, Yuri Lonchakov-. Pasa el tiempo, surgen nuevos objetivos y perspectivas, la Luna, Marte, el estudio del espacio lejano, la creación de nuevas estaciones orbitales, etc. A pesar del progreso tecnológico, un robot no puede remplazar al ser humano en el espacio. El trabajo de los cosmonautas a menudo exige un enfoque poco habitual para la resolución de problemas, y una máquina no puede hacer esto”.

Primeros pasos y vuelos

cosmonautas rusosHidrolaboratorio en el Centro de Entrenamiento para Cosmonautas de la Ciudad de las Estrellas. Foto: Román Sokolov/RIA NovostiSegún idea de Serguéi Pávlovich Koroliov, ingeniero jefe del despacho de ingeniería OKB-1, los primeros cosmonautas fueron escogidos entre los pilotos de la aviación de cazas reactivos.

La comisión encargada examinó los documentos de 3.461 pilotos. Después de numerosas entrevistas previas y exámenes médicos, 20 personas entraron a formar parte del destacamento.

En marzo de 1960 llegó al Aeródromo Central Frunze de Moscú el primer grupo de candidatos para realizar un vuelo espacial. El primer destacamento experimentó los límites de las capacidades humanas. Los futuros cosmonautas se sometieron a pruebas centrífugas con una fuerza de 12 G y a pruebas de resistencia térmica a temperaturas de más de 70 grados de hasta 2 horas de duración.

De las instalaciones secretas al centro espacial internacional

En abril de 1961 tuvo lugar el vuelo del legendario de Yuri Gagarin, primer cosmonauta de la historia.

En agosto de 1961 se realiza el primer vuelo durante 24 horas de Guerman Titov, que demostró a toda la humanidad que se podía vivir y trabajar en el espacio. Y en junio de 1963, Valentina Tereshkova se convierte en la primera mujer en viajar al espacio.  Estos tres logros y todos los que vendrían después consolidaron a la URSS como la principal potencia espacial, y el Centro de Preparación de Cosmonautas de la Ciudad de las Estrellas se convirtió en una escuela única en la que se preparaba a los conquistadores del espacio.

Pasaron los años, el CPC ha ido cambiado, las pruebas de los cosmonautas se fueron volviendo menos duras, pero el tiempo de preparación se prolongó. El Centro ha llevado a cabo importantes estudios científicos y su base de entrenamiento ha crecido. En la sala de entrenamiento Soyuz y en la sala Estación Espacial Internacional todas las máquinas de entrenamiento tienen tamaño real y los equipos son auténticos, algo que permite a los futuros cosmonautas enfrentarse a situaciones rutinarias y de emergencia durante su formación.

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