Grupo de turistas saca fotos a una Soyuz-FG con una cápsula Soyuz TMA-13M que lleva a los tripulantes a la Estación Espacial Internacional.
APRoscosmos está en un proceso de selección de operadores para su programa de turismo espacial terrestre, es decir, para poder asistir a los lanzamientos y visitar las instalaciones. Participan más de 40 compañías y en diciembre se anunciará las que han obtenido la licencia. Según un comunicado de prensa de la agencia espacial rusa, a partir de ahora será más fácil para las compañías llevar turistas al cosmódromo y Roscosmos controlará el proceso con mayor agilidad.
Baikonur es el primer cosmódromo del mundo y el más solicitado para realizar lanzamientos de naves espaciales. En 2014 se pusieron en órbita 21 naves espaciales, por las 18 de Cabo de Cañaveral en EE UU. Baikonur está ubicado en Kazajistán y Rusia lo tiene arrendado hasta el año 2050.
Los cuatro lanzamientos pilotados anuales son los que más personas atraen. También hay lanzamientos de naves de carga sin piloto, pero aunque son más frecuentes son menos populares entre los turistas, comenta Tatiana Avgustinovich de la compañía STA.
El precio por acceder a estos espacios restringidos es entre 4.500 y 5.000 dólares para los extranjeros, y entre 90.000 y 95.000 rublos (unos 1.500 dólares) para los rusos. “El coste puede variar en función de los precios de los hoteles. Siempre hay riesgo de que durante los lanzamientos sea más caro reservar una habitación”, comenta Avgustinovich.
Para ir al cosmódromo los extranjeros necesitarán contar con un visado ruso y el procedimiento para obtenerlo dura más de dos meses.
Durante la visita del un representante de Roscosmos guía al grupo de turistas. Según Ksenia Nikitonova de la agencia Vezhitel-tour, los visitantes reciben un pase VIP y tienen acceso a la plataforma de lanzamiento, como si fueran auténticos miembros de la delegación.
Anne-Marie Corley es una estadounidense que estuvo en Baikonur en 2011 y afirma que el lanzamiento fue “extraordinario”.
“Estuvimos bastante cerca de la nave y luego paseamos por la plataforma de lanzamiento… Fue realmente increíble ver cómo la enorme nave se elevaba hacia el cielo. El lanzamiento nocturno sobre el cielo oscuro fue increíblemente bonito. Recuerdo que hacía mucho frío, pero bueno, eso no importa”, explica.
En el programa se incluye no solo el lanzamiento, sino también un acercamiento a las tradiciones locales, paseos a camello y visitas de lugares de interés turístico de Baikonur: “Me encantó pasear por la ciudad, e incluso tuve la oportunidad de nadar en la piscina que los astronautas usan para recobrar las fuerzas”.
Anne-Marie pudo visitar también el cenador de Gagarin y otros lugares simbólicos para astronautas así como pasarse por el mercado local y conocer más de cerca a los turistas de otros países que estaban en su grupo.
Según las palabras de Anne-Marie: “Baikonour es sin duda un lugar que merece la pena visitar”.
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