Es uno de los pocos países del mundo que en los que aumentan los contagios, aunque la situación no es alarmante. Fuente: Serguéi Veniavski / Ria Novosti
El profesor Vadim Pokrovski, director de Centro de Prevención, presagió que en 2015 la cifra de infectados habría alcanzado el millón de personas. Por suerte, su pronóstico no se ha cumplido, pero Rusia sigue siendo uno de los pocos países del mundo en los que el número de nuevos contagios y muertes causados por este virus sigue aumentando.
Según las estadísticas del Servicio Federal para la Supervisión de los Derechos de los Consumidores y el Bienestar Humano (Rospotrebnadzor) hasta el 1 de mayo de 2015 se habían registrado en el país más de 900.000 infectados.
El académico Pokrovski sostiene que el nivel de propagación del VIH en Rusia es comparable al de otros países. De acuerdo con los datos disponibles, tanto en Rusia como en China y EE UU el número de infectados es similar de 900.000 a 1,4 millones de personas. Los países del sur de África siguen teniendo el récord absoluto por cantidad de infectados.
Para poder hacer una comparación más precisa, además de contabilizar los casos registrados también habría que tener en cuenta los no registrados. Además hay que valorar la cantidad de infectados en función de la población total: según este índice, en EE UU hay el doble de casos que en Rusia, y China le supera en diez veces.
Según datos del Centro de Prevención y Lucha contra el Sida, en Rusia solo 200.000 de los infectados están recibiendo tratamiento.
La terapia solo se prescribe a los pacientes que presentan un deterioro sustancial de la inmunidad. El motivo es que los recursos que se destinan a los medicamentos proceden del presupuesto federal, mientras que la manutención de las clínicas y los salarios del personal médico se financian a través de los presupuestos locales.
¿Conseguirá Rusia curar el sida?
La medicina moderna aún no puede revertir la evolución de la infección por VIH, pero puede ralentizarla e incluso detenerla por completo, aunque es cierto que para conseguirlo el paciente deberá tomar antirretrovirales durante el resto de su vida. El VIH se integra en el genoma humano, y allí permanece esperando “su momento”.
Para tratar a un solo paciente infectado por el VIH, Francia gasta de 7.000 a 8.000 euros al año. En EE UU el tratamiento es aún más caro. Rusia destina al año 2.000 euros en antirretrovirales por paciente, y el profesor Pokrovski asegura que esta cantidad se podría reducir en un tercio si se emplearan los medicamentos genéricos que se producen en la India y China.
Hasta hace poco Rusia prácticamente no producía medicamentos contra el VIH, pero actualmente se están ensayando preparados de producción nacional para su distribución. Por ejemplo, el Instituto Central de Epidemiología del Rospotrebnadzor está experimentando con una terapia genética que es capaz de matar el virus dentro del genoma y curar por completo la infección por VIH.
Aun así, los expertos consideran que se necesitarán como mínimo cinco años más antes de que esta terapia se pueda integrar en la práctica clínica.
Vacunas: ¿la clave de la salvación?
El Centro Científico Estatal de Virología e Inmunología de Novosibirsk está elaborando una vacuna múltiple epítopo; el Centro de Biomedicina y el Instituto Estatal de Investigaciones Científicas de San Petersburgo está trabajando en una vacuna formulada a partir de componentes bioquímicos de alta pureza, la vacuna de ADN; el Instituto de Inmunología de la Academia de las Ciencias de Rusia, con sede en Moscú, está investigando una vacuna basada en una proteína recombinante.
“A través de un método de ingeniería genética implantamos en nuestra vacuna una proteína sintetizada que contiene fragmentos del virus y de proteínas internas –explica Rajim Jaítov, director científico del Instituto de Inmunología, en declaraciones a RBTH–. Acoplamos a la proteína una molécula inmunoestimuladora. El compuesto genera una potente respuesta inmunitaria, y el organismo de la persona infectada empieza a generar los anticuerpos que neutralizan el virus.
En 1987 se detectó el primer caso de infección por VIH en la URSS. El portador era un traductor militar que regresó a su país después de servir en Tanzania. La investigación médica concluyó que, a partir de este caso, la infección se había diseminado contagiando a 25 personas más.
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