¿Se ha disipado la euforia por Crimea entre los rusos?

Un estudio sociológico del Levada-Center muestra que para la mayoría es un logro positivo, aunque crecen las voces críticas. Fuente: Ria Novosti / Mijaíl Mokrushin

Un estudio sociológico del Levada-Center muestra que para la mayoría es un logro positivo, aunque crecen las voces críticas. Fuente: Ria Novosti / Mijaíl Mokrushin

Un estudio presentado por Levada-Center titulado: ‘Crimea y la ampliación de las fronteras rusas’ trata de esclarecer si los rusos han cambiado de parecer respecto a Crimea en este año. Aunque recibe un apoyo mayoritario, parte de la población ya no se muestra tan entusiasmada.

Levada Center 

Se creó en el año 1988 y es un centro sociológico y de encuestas independiente. Su nombre es en honor del primer profesor de sociología de Rusia, Yuri Levada. Realiza con regularidad investigaciones sociológicas y es uno de los mayores centros en Rusia en este ámbito. Cuenta con 67 oficinas. Sus resultados son utilizados por medios como Kommersant, Védomosti, The New York Times o Reuters, entre otros.

La mayoría de la población sigue creyendo que la vuelta de la península a Rusia constituye un gran logro cuyos efectos positivos aún están por ver. Sin embargo, en comparación con los datos del año pasado, el porcentaje de personas que están convencidas de ello se ha reducido en 10 puntos porcentuales, del 79 % al 69 %.

Además, cada vez más personas creen que estos acontecimientos son más bien una muestra de la creciente temeridad del Gobierno, que pretende distraer a los rusos de los verdaderos problemas socioeconómicos que sufre el país (desde marzo de 2014, este indicador ha subido del 9 % al 14 %).

Por otra parte, son cada vez menos los ciudadanos que consideran que con esta estrategia el país reafirma su interés por el espacio postsoviético y recupera su condición de ‘gran potencia’: un 72 % frente al 79 % del año pasado. 

Otra conclusión extraída por los investigadores es que un número creciente de personas se posiciona contra la ampliación de las fronteras rusas (un 57 % frente al pasado 32 %).

El retorno de una tendencia

Sin embargo, este tipo de fluctuaciones en los indicadores no ha ejercido una gran influencia en las conclusiones de los sociólogos.

“En general, no se han producido cambios significativos”, explicó a RBTH el vicedirector de Levada Alexéi Grazhdankin. Aunque a lo largo del año pasado aumentó la conciencia con respecto a los problemas derivados por la vuelta de Crimea, sobre todo entre los ciudadanos con mayor nivel formativo y de ingresos, que son los que menos apoyan menos la decisión del gobierno, el sociólogo afirma que esto no permite hablar de una tendencia.

“Si se ha producido algún cambio, este está relacionado con la disipación de la euforia inicial. Pero dicha euforia ya se había disipado en verano y desde entonces no se han registrado cambios significativos”, aclara Grazhdankin. 

“Es una tendencia a la baja”, discrepa el director del Grupo de Expertos en Política Konstantín Kalachev. Es cierto que la euforia se ha disipado, pero “a esto hay que sumarle la crisis económica”, señala el politólogo. “Es evidente que, cuanto menos dinero tiene la gente, hay menos deseos de pagar las consecuencias de una decisión del gobierno”, afirma.

Según cree, la postura con respecto a la cuestión crimea cambiará a medida que se vaya conociendo la península: “Quienes vayan después de haber estado en Egipto o en Turquía quedarán decepcionados por la calidad del servicio”, añade. El turismo en Crimea se ha puesto de moda entre los rusos. Hay numerosas ofertas y tras la caída del rublo se ha convertido en una opción competitiva.

Ucrania, ¿un nuevo enemigo?

Sin embargo, los sociólogos insisten que lo que está pasando ahora debería considerarse como una vuelta a la tendencia de años previos, es decir que la anomalía se dio en 2014, no en 2015. “La anexión de Crimea recuperó levemente la idea del restablecimiento de la Unión Soviética o, al menos, la idea de incorporar varias repúblicas a la órbita de influencia de Rusia”, comenta Grazhdankin.

De ahí, opina el experto, que el número de opositores a la expansión de Rusia en 2014 fuera tan reducido (un 32 %).

No obstante, el sociólogo reconoce que la idea del posible colapso de Ucrania sí se ha fortalecido en la conciencia colectiva durante el último año. El estudio ha demostrado que uno de cada tres rusos se muestra favorable al colapso de este país (en 2014 era uno de cada cuatro). “Muchos comentaristas discuten esta cuestión hoy en día en los medios de comunicación rusos. Creen que la federalización del país será la solución a los problemas de Ucrania”, explica Grazhdankin.

“La gente se ha creado un nuevo enemigo: se sienten ofendidos por la actitud del ‘hermano menor’ de Rusia y eso les empuja a preferir el desmoronamiento de su vecino”, opina Kalachev. Pero, en su opinión, se trata de una situación temporal.

“Todo cambiará en función del éxito que tengan las reformas emprendidas en Ucrania. Cabe recordar la postura de los rusos en los 90 con respecto a las repúblicas bálticas: se hablaba de que estos países se derrumbarían, que no sobrevivirían sin nosotros”, recuerda el politólogo.

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