Fuente: TASS / Dzhavajadze
Varios jefes de redacción en Kamchatka recibieron una carta de Roskomnadzor Kamchatka en la que se advertía que era mejor no publicar la portada de Charlie Hebdo después del atentado. Según la misiva, se arriesgaban a ser acusados de incitación al odio religioso, informa RBC. Este hecho ha provocado gran polémica en la comunidad de usuarios rusos de internet.
El cambio de estatus de los blogueros
El 1 de agosto de 2014 entró en vigor una ley que equipara los blogueros a los principales medios de comunicación. La ley establece que los autores de bitácoras y páginas en redes sociales con una audiencia superior a las 3.000 personas al día están obligados a inscribirse en el Roskomnadzor (la agencia encargada de tomar nota de la aplicación de la legislación propia de los medios de comunicación), así como verificar la exactitud de la información publicada y dar su nombre y apellido. Roskomnadzor, a su vez, tiene el derecho de bloquear estas páginas, en caso de considerar que su contenido no se ajusta a las leyes.
La ley se convirtió en parte del llamado "paquete antiextremista", una serie de medidas destinadas a mejorar la seguridad. Así lo señalan los representantes de las autoridades. "La equiparación de algunos bloguerors a los medios de comunicación es una práctica frecuente en los países europeos. No hay nada inusual en ello", fueron las palabras del presidente Vladímir Putin, publicadas por RIA Novosti.
Algunos blogueros consideran que este tipo de acciones pretenden controlar internet: "Son un intento de introducir la censura, promocionándola como la lucha contra el terrorismo", escribió, por ejemplo, el popular bloguero Antón Nosik.
Restricciones para los extranjeros
A finales del pasado año se aprobó una ley (que se empezará a aplicar en 2017) relativa a la limitación de la participación extranjera en los medios de comunicación rusos. La ley establece que la participación del capital extranjero en cualquier medio de comunicación no puede ser superior al 20%. Esta nueva regulación afectará el número de canales y editoriales, productoras de publicaciones como Elle, Vogue, Cosmopolitan, Esquire y otras.
El editor jefe del periódico Moskovski Komsomólets, Pável Gusev, en una entrevista al canal de televisión Dozhd, opinaba que los intereses de esta iniciativa eran económicos. "Estoy absolutamente convencido de que al lado del gobierno se sitúan los grandes grupos mediáticos, dispuestos a comprar a menor precio todos estos recursos". Los representantes del Estado mantienen un punto de vista diferente: "El propósito de la ley es claro: se trata de proteger la soberanía nacional", publicaba Interfax las palabras de Serguéi Narishkin, portavoz de la Duma Estatal.
Escándalos y renuncias
En 2014 varios medios de comunicación en 2014 se enfrentaron a graves problemas. En enero del año pasado, se encontraba en el centro de un gran escándalo el canal de televisión por cable Dozhd. Después de un documental en la web del canal sobre el 70 aniversario del sitio de Leningrado, que provocó una ola de críticas, la mayor operadora de TV por cable de Rusia tuvo que desactivar Dozhd desde sus redes. Esto llevó a una caída de las audiencias. La responsable de medios de comunicación, Natalia Sindeeva, explicó la decisión de las autoridades de presionar a los proveedores de servicios..
En marzo, después de que Roskomnadzor dirigiera una advertencia a Lenta.ru (el medio de comunicación en línea más importante de Rusia), el propietario de la publicación, Alexander Mamut, despidió a la jefa de redacción, Galina Timchenko. Los colaboradores de Lenta.ru lo percibieron como una "presión directa" sobre el consejo editorial por parte de las autoridades, y casi todo el consejo de redacción dimitió al día siguiente de la salida de Timchenko.
Una parte de los medios de comunicación describió los acontecimientos en torno al caso Lenta como un refuerzo del control del gobierno y criticó duramente este tipo de acciones. Otros periodistas, sin embargo, contemplaron el despido de Timchenko como un acontecimiento ordinario, que encajaba en el marco de los negocios. Por ejemplo, el redactor Maksím Kononenko sugirió que el propietario de Lenta simplemente había decidido "minimizar los riesgos" después de la advertencia de Roskomnadzor.
Censura o pobreza
Una gran mayoría de periodistas está de acuerdo con el hecho de que el ámbito de la información en Rusia está pasando por tiempos difíciles, pero no existe un consenso sobre cuál es el principal enemigo del periodismo ruso. El periodista de televisión Nikolái Svanidze está convencido de que las autoridades suprimen los medios no deseados. "Según la mentalidad del gobierno ruso, cualquier medio de oposición interfiere con el poder y debe ser eliminado. Esta línea existía antes de los acontecimientos del 2014 referentes a la anexión de Crimea y las sanciones, pero el año pasado aumentó de forma pronunciada", dijo a RBTH.
El editor jefe de la revista Russki Reporter, Vitali Leybin, adopta un punto de vista diferente. "Los rumores sobre la censura en los medios de comunicación rusos son muy exagerados”, comentó en relación con la situación de Leybin a RBTH. “La influencia del Estado sobre ellos es más bien indirecta. Ahora supone mucho mayor peligro la amenaza económica, en particular para los medios no estatales, ya que son inestables y dependen en gran medida del mercado de la publicidad, que en estos momentos está en declive. La peor parte se la ha llevado la prensa regional".
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