Los intentos de los rusos por conservar sus ahorros

Se ha comenzado a comprar de forma masiva ropa, productos de cosmética y divisas. Fuente: AP

Se ha comenzado a comprar de forma masiva ropa, productos de cosmética y divisas. Fuente: AP

Tras la caída récord del tipo de cambio del rublo, los rusos han comenzado a gastar todos sus ahorros. En las tiendas los precios ya han comenzado a subir y en las oficinas de cambio de divisas se agotan las divisas extranjeras. RBTH ha averiguado cómo intenta la gente conservar sus ahorros.

El pasado lunes, cuando el rublo cayó hasta alcanzar su mínimo histórico, y las cafeterías más populares de Moscú estaban casi desiertas. Los ciudadanos se habían dirigido a las tiendas, víctimas del pánico, para comprar todo aquello que pudiera serles de utilidad antes de que se disparasen los precios.

Un establecimiento de productos de cosmética situada en el centro de la ciudad resultó inundado por los clientes. Al parecer, la gente había decidido comprar todo tipo de productos que podrían servirles en el futuro con el objetivo de invertir en alguna cosa sus rublos, cuyo valor estaba cayendo precipitadamente.

“Nuestra tienda está de rebajas por Navidad y generalmente tenemos muchos compradores, pero lo de hoy es un fenómeno increíble”, comenta Natalia, empleada de la tienda.

En otra, la vendedora intentaba convencer a todos los clientes de que compraran varios pares de medias porque al día siguiente costarían un 20% más.

“Ya me han llamado los propietarios y me han dicho que mañana por la mañana debo cambiar las etiquetas de los precios, - comenta con voz triste la vendedora. - ¿Qué vamos a hacer? No podemos hacer nada, no vamos a poder comprar todo lo que necesitamos hasta que nos muramos”.

Los electrodomésticos también se han convertido en el centro de la atención. Varias grandes cadenas de electrodomésticos han registrado un pico de actividad de consumo sin precedentes y largas colas de compradores. A la cadena MVideo no le dio tiempo de cambiar las etiquetas de los productos para fijar unos precios más altos. En los blogs comenzaron a aparecer noticias acerca de que los compradores llevaban los productos a las cajas y allí les decían que debían pagar más.

En las tiendas de alimentación están especialmente solicitados los productos de importación con un mayor plazo de conservación que no tienen análogos en Rusia, como el aceite de oliva, el té o el café. “No podemos comprar reservas de estos productos para mucho tiempo, pero al menos sí para el primer mes”, comenta un comprador que hace cola en una tienda con diez paquetes de café italiano.

Serguéi Sheveliov, director de la compañía Moichai.ru, comenta a RBTH que el precio del té subirá con total seguridad y que algunas variedades ya se han encarecido. “La subida del precio no se producirá de golpe, y un 90% de las variedades compradas antes de noviembre de 2014 no variará su precio en absoluto, o se encarecerá de forma casi imperceptible, - comenta Sheveliov. – Hemos negociado con los proveedores y hemos intentado reducir los costes en logística, lo cual ayudará bastante”.

En Moscú, los propietarios de capitales más sólidos en rublos intentan comprar apartamentos. El número de solicitudes en las mayores agencias inmobiliarias, como PIK, Morton y Su-155, se ha duplicado y triplicado, según informa Gazeta.ru. Al mismo tiempo, los promotores señalan que se han visto obligados a subir los precios debido a la situación económica.

El cambio de divisas es un asunto difícil

A lo largo del pasado martes, la gente intentó cambiar rublos por euros y dólares, pero cuando lograban llegar a las oficinas de intercambio el dinero se había encarecido todavía más. “Yo salí de trabajar, me subí rápidamente al coche y me dirigí a una oficina de cambio. Cuando salí del trabajo el euro costaba 90 rublos y en la oficina de intercambio su precio ya estaba a 110. Y además había una cola larguísima”, comenta Valeria, habitante de Moscú, a RBTH.

Una situación similar se observó en otras ciudades, donde se agotaron las divisas extranjeras en los puntos de cambio. Además, en Uliánovsk, Krasnodar y Majachkalá los habitantes se agolparon en los cajeros automáticos intentando sacar rublos con sus tarjetas de crédito. En San Petersburgo era también muy difícil comprar divisas en los bancos.

Por su parte, en Bélgorod (a 577 kilómetros de Moscú), los habitantes locales aseguran que no les interesan las divisas extranjeras. “Hoy he ido al banco y todo estaba tranquilo. En Bélgorod no se ha disparado ninguna alarma social por los cambios constantes del tipo de cambio de las divisas. Nuestra región puede considerarse como una región especial. Aquí los tipos de cambio del dólar y el euro prácticamente no influyen en los precios de los alimentos. Tenemos un gran volumen de producción propia de productos de alimentación”, comenta a un corresponsal de Gazeta.ru Alexander Bélov, habitante de Bélgorod.

Artículo elaborado con materiales de Gazeta.ru. 

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