Cada vez menos rusos satisfechos con la adhesión de Crimea, según encuestas

Durante varios meses la gran mayoría lo ha aceptado. En estos momentos se cuestiona el coste económico. Fuente: ITAR-TASS

Durante varios meses la gran mayoría lo ha aceptado. En estos momentos se cuestiona el coste económico. Fuente: ITAR-TASS

La última encuesta del Centro Levada muestra que los rusos están reflexionando sobre las consecuencias negativas.

Desde la primavera ha disminuido el grado de satisfacción del número de ciudadanos rusos respecto a este tema, así como la actitud aprobatoria hacia las acciones por parte de la dirección del país en relación a la nueva gestión en la península. También se ha reducido el número de personas dispuestas a ver reducidos sus ingresos personales para financiar la nueva región.

El Centro Levada es una ONG rusa de análisis e investigación. Realiza con regularidad investigaciones sociológicas y es uno de los mayores centros en Rusia en este ámbito. El equipo de investigación elabora encuestas de opinión en Rusia desde 1988. Cuenta con 67 oficinas. Sus resultados son utilizados por medios como Kommersant, Védomosti, The New York Times o Reuters, entre otros.

Conforme a una encuesta realizada este mes de agosto por el Centro Levada, la cantidad de rusos que se muestran felices con la vuelta de Crimea al territorio de Rusia disminuyó del 23% al 16% en los últimos cuatro meses y la cantidad de personas que respondieron de un modo favorable a la decisión del gobierno ruso de anexionar la península se redujo a un 40%, en comparación con el 47 % que se registró el pasado marzo. Los sentimientos de justicia y orgullo patriótico alcanzaron respectivamente un 30% y 37% entre los encuestados, cifras que se han mantenido invariables desde primavera. Las emociones negativas (desaprobación, protesta, vergüenza) siguen estando presentes en un 9% de los encuestados.

La opinión de los entrevistados en relación con la reacción de Ucrania a la pérdida de la península también ha cambiado, y los rusos están percibiendo una creciente hostilidad por parte de sus vecinos. En agosto, apenas el 9% manifestó que los ciudadanos del país vecino no albergaban sentimientos negativos hacia Rusia. A finales de marzo, este índice ascendía al 17%, mientras que ahora el 23% de los entrevistados asegura que esta política provocó el odio entre los ucranianos sólo hacia el gobierno ruso, pero el 38 % habla ya de odio a toda Rusia, en comparación con el 18% y el 24%, respectivamente, registrados en marzo.

La opinión sobre a quién debe pertenecer Crimea cambió sustancialmente, y no a favor de Ucrania. Apenas el 4%, contra el 14% de marzo, percibe Crimea como parte de Ucrania, y el 15%, contra el 11% de marzo, está a favor de la independencia nacional de la península. Otro 73%, contra el 64% de marzo, se muestra favorable a la integración de Crimea a Rusia.

Sin embargo, desde la primavera disminuyó la buena disposición de los rusos a reducir su renta para que el gobierno pueda financiar la anexión de la península. Los sociólogos comunicaron a los encuestados que la incorporación de Crimea exigirá de Rusia una inversión significativa, que afectará al crecimiento de los salarios y de las pensiones y comportará recortes en los programas sociales y el aumento de la inflación.

En marzo, sólo el 19% de los encuestados se negó a pagar por las acciones del gobierno ruso. Actualmente el 28% “no está en absoluto dispuesto” a asumir los gastos y sólo el 17% se muestra conforme a aceptar las restricciones severas por la situación en Crimea (en marzo ascendía al 26%). El número de encuestados dispuestos a asumir algunos costes se mantiene en el 33%, el mismo porcentaje que en marzo.

El vicedirector del Centro Levada, Alexéi Grazhdanin, considera que la tendencia de la opinión pública no ha cambiado y que  aún se percibe de manera bastante positiva. Según el sociólogo, la encuesta muestra más bien el deterioro de las relaciones de los rusos con la población ucraniana, vinculado no tanto con Crimea como con la operación antiterrorista en el sudeste del país.

“La satisfacción por Crimea ya pasó, pero no significa que los rusos se arrepientan”, comenta el politólogo Viacheslav Igrunov. Según su pronóstico, con el deterioro de la situación en la región de Donbass, el apoyo a la decisión de incorporar Crimea va a ir en aumento, ya que muchos creen que los acontecimientos en la península podrían seguir el mismo rumbo que en el sudeste ucraniano. Al mismo tiempo, considera el especialista, las inversiones en la economía de Crimea y el restablecimiento de su infraestructura fortalecerán una actitud positiva por lo que respecta a esa región, como perteneciente a un territorio ruso.

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Texto abreviado. Publicado originalmente en ruso en RBC.

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