Los incendios se acercan a Moscú

Numerosos fuegos en la región de Tver, a 170 km de la capital. Fuente: ITAR-TASS

Numerosos fuegos en la región de Tver, a 170 km de la capital. Fuente: ITAR-TASS

Debido a la poca nieve caída en invierno, los incendios en Rusia empezaron ya en enero. Luego el tiempo seco y caluroso de primavera y verano ha llevado a que se produzcan ahora incendios de turba en la región de Tver, a 170 km al noreste de Moscú.

De acuerdo con los datos de la Agencia Federal de Economía Forestal de Rusia, el 5 de agosto la superficie afectada por incendios forestales en Rusia asciende a cerca de 850.000 hectáreas.

En Greenpeace consideran que en los datos oficiales se rebaja la cifra real a la mitad y que el área total incendiada es al menos de dos millones de hectáreas. Es lo que afirmó en una entrevista concedida a RBTH el jefe del programa forestal de la organización Greenpeace Rusia, Alexéi Yaroshenko.

Por lo que respecta a incendios forestales la situación más difícil se vive ahora en Yakutia, una vasta región en el este de Siberia y, en menor grado, en algunas regiones aisladas del óblast de Irkutsk y del krai de Krasnoyarsk.

Los incendios más graves

El smog venenoso es una de las consecuencias “visibles” de los incendios de turba. En 2002 y en 2010, debido al humo de las turbas en llamas, la visibilidad se redujo en Moscú hasta los 50-300 metros. En Rusia el verano de 2010 se convirtió en el más caluroso de toda la historia de la observación meteorológica: en el espacio de tres meses se alcanzaron 22 récords de temperatura.

En la parte europea de Rusia aumentó drásticamente el número de muertes por enfermedades cardíacas.

Grandes incendios de turba que ocasionan graves problemas de humo se concentran únicamente en cuatro zonas del óblast de Tver. Si la situación empeora el smog podría llegar a cubrir también Moscú.

Sin embargo, los datos estadísticos de incendios registrados este año, tanto los oficiales como los no oficiales, no alcanzan el nivel de 2010. Según las estimaciones de Greenpeace en Rusia ardieron entonces cinco millones de hectáreas. Los datos oficiales rebajan la cifra a la mitad.

¿Cuánta turba hay en Rusia?

Si todos los pantanos de Rusia ocupan una extensión de cerca de dos millones de kilómetros cuadrados -una superficie equivalente aproximadamente a tres veces la superficie de Francia- los pantanos de turba constituyen aproximadamente 568.000 kilómetros cuadrados y están concentrados sobre todo en el norte de la parte europea del país, en Siberia occidental y en Kamchatka, península del extremo oriental.

En su estado natural la turba cumple funciones climáticas muy importantes. En primer lugar acumula el carbono de la atmósfera. En segundo lugar, es un filtro natural de agua capaz de retener las impurezas y los metales pesados. Ahora en Rusia se producen filtros de agua cotidianos en los que se utiliza la turba.

Un sector abandonado

El pico de la extracción de turba se alcanzó en la época soviética. En un solo año, el 1975, se obtuvieron 90 millones de toneladas, más que todo el resto de países en su conjunto. En Finlandia y Canadá, por ejemplo, que ostentaban el segundo y tercer lugar respectivamente en cuanto a explotación de turba, se extrajo un millón de toneladas de materia prima en total.

Para sostener unos volúmenes de extracción semejantes, sin hacer ningún cálculo ecológico, se secaron enormes áreas de pantanos. Como resultado, cuando la industria energética empezó a pasar a un gas más barato, la turba perdió su valor y las turberas fueron abandonadas.

Decir cuál es su superficie exacta es imposible, pero seguramente se trata de centenares de miles de hectáreas y, dado que no se hace una observación permanente de ellas, las antiguas turberas comienzan a arder.

El riego de las antiguas turberas es una de las medidas más eficaces en la lucha contra la aparición de incendios de turbas.

“La opción ideal es restablecer el ecosistema del pantano, que no arde. Pero hemos seguido otro camino y construimos instalaciones hidroeléctricas que, en lugar de pantanos, crean charcas o canales que se rellenan de agua. Este remedio no es siempre eficaz, pues si simplemente se sube el nivel de las aguas subterráneas pero no se crean las condiciones para reconstituir la vegetación del pantano en la superficie, la capa superior de la turba seguirá presentando riesgo de incendio”, dice Yaroshenko.

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