Fuente: Ria Novosti
El martes por la mañana las páginas oficiales de las administraciones regionales anunciaban que el nivel del agua iba bajando prácticamente en todos los ríos de la República de Altái, y que los habitantes empezaban a regresar a sus casas. Sin embargo, más tarde trascendió que el agua del río Ob, a su paso por Barnaul, empezaba a subir de nuevo.
El Lejano Oriente ruso sufrió las peores inundaciones de su historia en agosto de 2013. En aquella ocasión más de un millón de kilómetros cuadrados quedaron anegados por el agua y alrededor de 100.000 personas fueron evacuadas. Los científicos vaticinan que debido al cambio climático en el este del Rusia pueden tener lugar más inundaciones.
Hasta el momento, en la provincia de Altái más de 3.000 viviendas siguen bajo el agua y se han evacuado 7.500 personas. Durante los primeros minutos de la inundación los habitantes aún trataban de salvar sus bienes, pero el fin de semana la situación ya era de vida o muerte. A pesar de esto, muchos resistieron el embate de los elementos y no abandonaron sus casas.
Así, Víktor Yereméiev, de uno de los pueblos afectados, se ha negado categóricamente a abandonar su casa. Cada día su mujer le lleva termos con té caliente, bocadillos y otras cosas para comer en una barca. Tal como ella dice, es imposible hacerle cambiar de opinión y no pueden convencerle de que abandone su casa.
Elena, que vive en el pueblo de Malougreniovo, se encontró en una situación parecida. Según ha explicado en una entrevista con los medios de comunicación locales, el agua crecía con una velocidad inaudita y la buhardilla, que en un principio parecía la salvación, se convirtió en una trampa fatal. La mujer se vio atrapada en su propia casa con dos niños. Con el nivel del río creciendo por minutos, no pudo abrirse paso a través del pueblo inundado. Pero los trabajadores del Ministerio de Situaciones Emergencia llegaron a tiempo para ayudar a la familia a salir.
На моей малой родине наводнение глобальных масштабов #Горный Алтай#наводнение pic.twitter.com/b28BiJCgDx
— Наташа Черных (@dadiaibika) 30 мая 2014
Mucha gente ha criticado a los equipos de rescate por su lentitud. No es sorprendente cuando cada minuto cuenta y te ves atrapado en el tejado de tu propia casa sin agua ni pan, cada vez esperas más de las autoridades y, en algunos casos, incluso un milagro.
наводнение pic.twitter.com/wasPFMrtpm
— Марина (@Toyma6277) 30 мая 2014
Durante esos tres días aparecían los mismos rescatadores: los mismos hombres y mujeres, sin pausa para dormir ni comer, se trasladaban de un pueblo a otro con la esperanza de llegar a tiempo. En la mayoría de los casos lo consiguieron. La inundaciones han provocado seis víctimas mortales. Muchos habitantes que tenían barcas inflables y trajes de neopreno se han ofrecido como voluntarios y siguen salvando gente junto a los equipos de rescate.
Подвесная железная дорога на #Алтай'е... pic.twitter.com/YiDAbZbDUo
— Ультранационалист!!! (@mircamnia) 1 июня 2014
El primer ministro de la Federación Rusa, Dmitri Medvédiev, ha encargado al gobierno una valoración de los daños causados por la inundación de Siberia para determinar las medidas de compensación para las víctimas. El dinero procederá del presupuesto federal.
Previamente el jefe del Ministerio de Situaciones de Emergencia, Vladímir Puchkov, había anunciado que esta semana se iniciarían los pagos de las indemnizaciones procedentes del presupuesto federal.
#Алтай Наводнение. Фото пользователей твиттера https://t.co/PuZWOFEN3D
— Замкадье ньюс (@zam_kad) 31 мая 2014
Los habitantes de la provincia del Altái, que son los que más han sufrido por las inundaciones, ya han empezado a recibir el dinero por los perjuicios.
Las causas de la inundación
Por segundo año consecutivo el Lejano Oriente es víctima de graves inundaciones. Tal como indicado el jefe del Centro de Operaciones de Rosguidromet, Yuri Varakin, las causas han sido unas alteraciones anómalas en la circulación de masas de aire sobre el sur de la Siberia rusa y el Lejano Oriente que pueden llegar a ser permanentes.
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“Así, a principios de julio de 2013, sobre la Manchuria rusa se formó una elevada zona frontal estacionaria en la que durante dos meses se iban desplazando unos profundos ciclones llenos de humedad tropical que, acompañados de fuertes lluvias, han provocado que desde julio hasta agosto del año pasado cayeran más precipitaciones que la media anual de la región del Amur y la Región Autónoma Hebrea”, dice el experto.
Víktor Úsov, director ejecutivo del Comité Nacional Ruso de apoyo al programa de la ONU para el Medio Ambiente, comparte esta opinión. Según sus declaraciones, en esa zona se han desatado unos procesos cíclicos que se han visto intensificados en parte por la mano del hombre. Úsov considera que era imposible predecir al 100% las inundaciones de este año. Aunque los científicos rusos y extranjeros cuentan con técnica para minimizar los daños causados por los elementos, aún no existe demanda.
Solo para el sector agrícola, los perjuicios ocasionados por las inundaciones del Lejano Oriente en 2013 se calculaban en más de 10.000 millones de rublos (284 millones de dólares). La acumulación por exceso de agua llenó por completo los embalses de las estaciones hidroeléctricas de Zeya y Bureya, después de lo cual las presas de estas hidroeléctricas empezaron a verter el agua sobrante.
En la provincia de Amur 126 localidades han quedado inundadas. Cerca de 8.000 viviendas, en las que residían 37000 personas (entre ellos, más de 10 mil niños), han quedado bajo el agua.
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