Hijos de oligarcas rusos en la escuela del capitalismo

Kira Plastínina, diseñadora rusa. Fuente: Kommersant

Kira Plastínina, diseñadora rusa. Fuente: Kommersant

Trabajar en un banco, crear una firma de ropa o llevar una sala de conciertos son algunas de las actividades a las que se dedican los hijos de los oligarcas rusos.

El hijo del multimillonario ruso Román Abramóvich, Arkadi, de 19 años, sigue invirtiendo en recursos naturales: hace una semana adquirió participaciones en la compañía CenGeo Holding, propietaria de una importante explotación petrolífera en Siberia. Se calcula que la inversión alcanzó unos 64 millones de dólares. Este joven millonario compra sus participaciones a través de la compañía de inversión AAR Capital, sociedad mercantil, bautizada por Román Abramóvich con las iniciales de su hijo.

Hay que decir que esta no es la primera adquisición de Abramóvich hijo: en 2011, el portal de información ruso Marker difundió que Arkadi es uno de los mayores accionistas de la corporación Zoltav Resources. Además, había adquirido acciones de Rosneft, Lukoil y Gazprom por valor de 626.000 dólares. Pero que conste que Arkadi Abramóvich también está haciendo prácticas en un banco en Inglaterra.

La lista de millonarios rusos sigue aumentando. Según el ránking anual de la revista CEO, el año pasado el número de multimillonarios rusos en dólares subió de 11 a 131. Y los expertos afirman que esta tendencia persistirá, principalmente porque los herederos de los millonarios rusos, ya adultos, no siempre siguen con el principal negocio de sus padres, sino que se independizan y crean sus propias empresas.

Por ejemplo, Kira Plastínina, hija de Serguéi Plastinin,  co-propietario de Development of the Regions, un gran holding agrícola, y miembro del consejo de dirección del Banco Asia-Pacífico, es famosa como diseñadora en Rusia con solo 20 años: produce ropa y calzado de su propia marca, "Kira Plastínina", y es propietaria de una cadena de tiendas en toda Rusia y la CEI. El principal competidor de Kira es la española Inditex (especialmente Zara)  y la sueca H&M. No existen cálculos sobre su fortuna privada, pero es probable que pase a engrosar las listas de los más ricos de Rusia en los próximos años.

Emin Agalarov, de 33 años, hijo del presidente del GrupoCrocus, Aras Agalarov (1.600 millones de dólares según Forbes Rusia), además de participar en los negocios de desarrollo urbanístico de su padre, es también músico profesional. Una de sus empresas es Crocus City Hall, una de las salas de conciertos más populares de Moscú, donde actúan estrellas mundialmente conocidas.

Es cierto que algunos hijos de la élite de los negocios prefieren encontrar su verdadera vocación. Tatiana, hija del fundador y propietario de AFK Sistema, Vladímir Yevtushenkov (cuyo valor se calcula en 6.000 millones de dólares) trabajó durante años en la compañía de su padre, pero después lo cambió por un puesto de consejera de German Gref, presidente de Sberbank. “Las oportunidades en Sberbank no pueden compararse a ninguna otra cosa. Me cambié de trabajo porque este es muy interesante, es estimulante, esto es lo que he querido hacer toda mi vida”, explicó Yevtushenkova a RBC.

Ocasionalmente, sucede que los padres multimillonarios no quieren que su descendencia herede su fortuna. “Da un millón a tus hijos y les ayudarás a empezar en la vida, dales mil millones y los privarás de un futuro exitoso”, razonan algunos. Por ejemplo, el oligarca ruso y presidente del holding Interros, Vladímir Potanin, cuya fortuna calculada por Forbes Rusia asciende a 14.300 millones de dólares, planea donar más de la mitad de su dinero a la fundación de Bill Gates y Warren Buffet, "Giving Pledge".

“Creo para salir de la casa de papá los niños necesitan vivir una vida independiente y realizarse como ciudadanos”, comentó. Potanin tiene tres hijos. Los mayores, Anastasia e Iván, son unos apasionados de las motos de agua y han ganado varios campeonatos de Rusia.

Sin embargo, algunos hombres de negocios aún legan su patrimonio a sus hijos. A principios de año, el presidente de Lukoil, Vagit Alekperov (13.500 millones de dólares) anunció que había dejado en herencia su participación en la compañía a su hijo Yusuf, que en la actualidad trabaja como empleado en los campos petroleros de la Siberia Occidental. “No lo estoy adiestrando para que sea mi sustituto. Yo me he dedicado a este tipo de negocio, pero él puede dedicarse a otro si le parece. Pero debe curtirse viendo cómo los trabajadores de los campos hacen su trabajo. Él mismo es un empleado, es ingeniero industrial. Una vez que conozca ese campo, que siga su propio camino”, subrayó Alekperov en una entrevista en directo en la cadena de radio Eco de Moscú.

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