Los moscovitas homenajean a la niña decapitada por su niñera

Cerca de la estación de metro Oktiábrskoye Pole, Moscú.

Cerca de la estación de metro Oktiábrskoye Pole, Moscú.

EPA
Los moscovitas llevaban hoy flores, juguetes y dulces a la estación de metro donde fue detenida la niñera que confesó haber decapitado a una niña de cuatro años. Los ciudadanos se quejan de que la televisión pública no ha cubierto la noticia.

La entrada de la estación de metro de Oktiábrskoye Pole, situada en el noroeste de la capital rusa, se ha convertido en un lugar donde los moscovitas se acercan para recordar lo ocurrido. La mañana del 29 de febrero Gulchejrá Bobokúlova fue detenida tras pasear con la cabeza decapitada de una niña de cuatro años a la que había asesinado poco antes, mientras gritaba "Allah akbar" y amenazaba a los paseantes con un ataque.

Ahora en ese lugar hay un memorial espontáneo. Los moscovitas llevan flores y juguetes en recuerdo de la niña asesinada. Las personas que pasan por aquí se paran y miran las flores, algunos se quitan el sombrero, otros se santiguan.

Olga, una mujer de mediana edad, coloca dos claves y las lágrimas aparecen en sus ojos. "Me horrorizó. Yo misma tengo un hijo -declara mientras empieza a llorar-. No me puedo imaginar qué es lo que le ha pasado a esa mujer para hacer algo así".

Fuente: ReutersFuente: Reuters

Cerca de Olga un señor mayor habla con una mujer. "¡Han prohibido hablar sobre ello! No han mostrado nada por televisión". Otro señor pasa con prisa por enfrente.

El crimen cometido por la cuidadora Bobokúlova ha causado horror en todo el país. El cuerpo de la niña fue encontrado tras el el apartamento de la calle Naródnogo, en el que Bobokúlova había prendido un fuego tras cometer el asesinato.

Según informaron los medios rusos, los padres de la niña no tenían ningún reproche por su trabajo y había cuidado de la pequeña Nastia durante casi tres años. Estaba considerada casi como un miembro de la familia.

La propia cuidadora confesó haber cometido el crimen en comisaría.

La sociedad rusa ha respondido rápidamente a la tragedia. Además, ha causado indignación que los  principales canales de televisión no cubrieran la noticia.

Dmitri Peskov, secretario de prensa del presidente, explicó que no habían dado ninguna orden a los medios, al mismo tiempo que se mostraba de acuerdo con su decisión.

La atención de la sociedad rusa se dirige hacia el comportamiento de la mujer, que según las palabras de Víktor Ivanov, director del Servicio Federal de Estupefacientes, podría haber estado bajo los efectos de las drogas.

Bobokúlova trabajaba en Moscú sin permiso de trabajo. Para contratar a un migrante es necesario que este se someta a un control de las fuerzas de seguridad, realice un test de drogas y pasé por un  psiquiatra. Muchos creen que si se llegan a seguir estos pasos la tragedia se podría haber evitado.

El relación a esto, Vladímir Guteniov, vicepresidente del Comité de la Duma para la Industria, ha pedido al Servicio Federal de Migraciones que verifique si las cuidadoras migrantes cumplen con las leyes relacionadas laborales.

El presidente de la organización "Derechos de los niños", Borís Altshuler también considera necesario que las cuidadoras de niños tengan un certificado especial. "Se trata de un mercado aleatorio, que necesita someterse a un control de calidad independiente", explica a RBTH.

La cuestión islámica

En opinión del experto en estudios étnicos y religiosos, Rais Suleimanov, tratan de que el crimen de Bobokúlova esté relacionado con el consumo de estupefacientes o con aspectos psicológicos para evitar que haya reacciones en contra del islam en la sociedad, pero "esto provocará el efecto contrario. El deseo de ocultar el trasfondo religioso-ideológico hará que la gente común esté convencida de su presencia", opina el experto.

Suleimanov cree que nunca hay que excluir los motivos ideológicos ya que los radicales islamistas han comenzado a decapitar a gente con el objetivo de provocar miedo. "Cortar la cabeza se ha convertido en una manera que tiene el Estado Islámico para hacer temblar a los enemigos. Es significativo que la mujer cometiera el crimen en casa pero fuera a mostrarlo a la calle, mientras gritaba de manera amenazante a los transeúntes, como si alardease de lo que había hecho".

Por su parte, Damir Mujetdinov, vicepresidente del Consejo Musulmán de Rusia, cree que no hay que vincular al islam lo ocurrido. "Aunque se habla sobre si la mujer tiene o no opiniones extremistas, no puede tener ninguna relación con la cultura islámica. En cualquier libro sobre ley islámica se dice que no se puede hacer la guerra contra los niños, mujeres o personas mayores", explica a RBTH. Los terroristas que cometen crímenes en nombre del islam, se sitúan fuera de la ley islámica. "Pero serán castigados según las normas de la sharía", considera Mujetdinov.

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