¿Qué esperar de Vladímir Putin en 2017?

AP
Casi se da por hecho que Putin se presentará a las elecciones presidenciales de 2018, aunque los expertos señalan que será la última y por eso creen que habrá un enfoque más cauto así como la preparación para una transición política.

El mensaje anual que dio el presidente Putin a principios de diciembre es una muestra de que su tono será más moderado. En su comparecencia habló sobre la mejora del clima de negocios y de la situación social, pero el tono era más suave. Putin, que se ha convertido en el principal blanco de ataque de los medios occidentales, no realizó duras críticas a Occidente y declaró que a pesar de las sanciones, los problemas económicos de Rusia son, sobre todo, debido a disfunciones a nivel local.

 

Konstantin Kalachev, un experto en política conectado con el Kremlin, cree que el presidente ruso tendrá una “política equilibrada y centrista, diseñada para impulsar el crecimiento económico”. Mientras se mantengan las sanciones y los bajos precios de los hidrocarburos Rusia deberá encontrar otras maneras para crecer económicamente.

 

Los expertos consideran que Putin se enfrenta a una tarea difícil, aunque cuente con un gran apoyo. Es posible que el país se enfrente a graves problemas económicos, ya que en 2017 el Fondo de Estabilización se agotará, explica la economista de Cámara de Cuentas Tatiana Golíkova.

La importancia de la lucha contra la corrupción

 

La creación de infrastructura financiada por el Estado y la mejora de la legislación para los pequeños negocios podrían ser una de las vías, pero tanto partidarios como críticos consideran que el mayor problema es la corrupción.

 

Hay quienes esperan que Putin combata la corrupción de manera más clara y que incluso persiga a las personas de su propio círculo. El Kremlin ya ha enviado algunas señales, como ocurrió con el arresto del ministro de Desarrollo Económico, Alexéi Ulikáiev. La detención de un político de rango tan alto es inédita en la Rusia postsoviética. Algunos críticos señalan que el arresto es parte de la lucha de poder entre diferentes grupos dentro del propio Kremlin y que no tiene nada que ver con la lucha contra la corrupción.

 

Para mostrar que están equivocados Putin tendrá que centrarse en la detención de más funcionarios corruptos. “La lucha contra la corrupción será más abierta”, declara Nikolái Mirónov, del Centro Político de Reforma Económica. No lo cree así Kalachev, quien considera que esta lucha no va a comprometer la estabilidad, una valor clave para los rusos.

 

Mirónov cree que Putin se va a concentrar en mejorar un estado de bienestar que se está desmoronando y que aumentarán los gastos en educación y medicina. “Las cuestiones de democracia y derechos humanos son secundarias para muchas personas. El sector social es más importante”, declara.

Mayor liberalización

 

Aunque es poco probable que adopte valores liberales, Putin limitará el alcance de los grupos ultranacionalistas que se presentan a sí mismos como una ayuda al Kremlin. “Me gustaría subrayar que nadie puede prohibir a nadie a hablar libremente ni evitar que expresen su posición abiertamente”, dijo el presidente en su rueda de prensa anual. Un miembro del Kremlin que pidió el anonimato dijo era un mensaje claro dirigido a diferentes grupos que desobecen y atacan a museos y galerías de arte. “Nadie puede quebrantar la ley”, declaró.

 

En este sentido, Putin ha llegado a declarar que está dispuesto a reconsiderar la polémica ley de ONG, que obliga a las organizaciones implicadas en actividades políticas a declararse como agentes extranjeros. En un reciente encuentro con activistas de los derechos humanos el presidente estuvo de acuerdo en afirmar que habría que definir más claramente lo que significa “actividades políticas”.

 

La persona encargada de llevar a cabo la “agenda liberal” será el nuevo director de la administación presidencial, Serguéi Kirienko, que sustituye a Serguéi Ivánov, viejo aliado de Putin. Kirienko ha sido el director de Rosatom durante años.

 

Todavía es pronto para hablar de los cambios que habrá en el sistema político ruso. Según algunos el Kremlin permitirá que el opositor Alexéi Navalni se presente a las elecciones presidenciales de 2018, aunque el Tribunal Supremo mantenga la acusación por fraude.

 

Aunque Putin está seguro de poder ganar a cualquier candidato y cumplir un cuarto mandato, que sería el último. Será especialmente difícil ya que tendría que preparar el camino para una transición. “Es poco probable que Putin siga más tiempo, nunca le ha gustado la gerontocracia del tipo soviético”, añade Mirónov.

 

Putin tampoco es afín a las revoluciones, y se refirió a aquellos que pueden intentar usar el centenario de la revolución bolchevique para dividir a la nación. “Recordemos que somos una nación unida”, declaró Putin recientemente.

 

La disminución de la tensión con Occidente será más plausible tras la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. Simon Saradzhyán, de Harvard declara que la normalización de las relaciones con Rusia y los países de la UE “será una de las prioridades de Putin el próximo año”.

 

Además, una posible victoria de François Fillon en las elecciones presidenciales francesas también ayudaría a la normalización. El actual ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, también es un partidario de este nuevo escenario.

Posibilidad de reducir las sanciones

 

Saradzhyán cree que estos cambios electorales podrían ser una oportunidad para suavizar las sanciones de la UE. Aunque mientras normaliza sus relaciones con Occidente, es esperable que Putin continúe con sus esfuerzos para que ni Ucrania ni Georgia se acerquen a la OTAN, considera este experto.

 

“Lo hará aunque el precio por conseguir ese objetivo sea la continuación de una nueva guerra fría con Occidente. Su visión del espacio postsoviético (excepto los países bálticos) es de una zona de intereses espaciales de Rusia”, explica Saradzhyán.

 

“Estará preparado para hacer sacrificios y para mantener el papel de líder regional, con la esperanza de que haya una integración económica, política y militar que ayudaría a Rusia a avanzar para convertirse en un polo independiente, si no indispensable, del orden global, junto con EE UU y China”, añade.

 

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