La catástrofe del A321 sobre el Sinaí un año después

El Estado Islámico reivindicó el atentado en el que murieron 224 personas.

El Estado Islámico reivindicó el atentado en el que murieron 224 personas.

AFP/East News
Hace un año, el 31 de octubre de 2015, se produjo la mayor catástrofe aérea de la historia de Rusia. Un avión de pasajeros Airbus 321 de la compañía aérea Kogalymavia, que viajaba desde Sharm el-Sheij hasta San Petersburgo, se estrelló en Egipto. 224 personas fallecieron. Según la investigación, la causa fue un atentado terrorista. La comunicación aérea con Egipto se interrumpió una semana después y todavía no se ha reanudado.

En su último trayecto, el vuelo 9268 despegó a las 03:50:06 UTC. A las 04:13:00 el avión perdió altura drásticamente y después desapareció de los radares.

Poco antes del accidente, el comandante de la aeronave solicitó a los servicios terrestres permiso para realizar un aterrizaje de emergencia en El Cairo por problemas técnicos. Pero ya no fue posible salvar a la aeronave. Los restos del avión fueron hallados cerca de la ciudad de El Arish y acabaron diseminados en una superficie de 30 kilómetros cuadrados.

A bordo del Airbus 321 estrellado viajaban 224 personas, 24 de ellas menores. La mayor parte de los pasajeros del avión eran turistas que volvían a Rusia de sus vacaciones en Egipto. La pasajera más joven, Darina Grómova, tenía solo diez meses, y su fotografía, publicada por numerosos periódicos en todo el mundo, se convirtió en símbolo de la tragedia del Sinaí.

Las causas

Varias horas después de la catástrofe, miembros del Estado Islámico reivindicaron la autoría del atentado. El organizador de la explosión fue Abu Osama al-Masri, jefe de la agrupación, Wilaya Sina, considerada como la división egipcia del Estado Islámico.

Más tarde, en medios de comunicación afines a los terroristas se mostraron fotografías del artefacto explosivo, que resultó ser una bomba de fabricación casera en una lata de aluminio.

Foto: APFoto: AP

Los guerrilleros aseguraron que lograron introducir el explosivo a bordo del avión porque encontraron una brecha en el sistema de seguridad del aeropuerto de Sharm el-Sheij.

Según fuentes de Reuters, la bomba fue llevada hasta el avión por un mecánico de la aerolínea egipcia EgyptAir. Un año antes de la tragedia, un primo suyo había huido a Siria para unirse al Estado Islámico.

El gobierno de Egipto insiste en que no se han hallado pruebas de que el accidente del avión ruso se deba a un atentado terrorista. Sin embargo, una fuente de Reuters confirma que se ha detenido a cuatro personas: el mecánico, dos policías y un empleado de carga de equipajes.

La investigación ha permitido corregir las declaraciones que aseguraban que la bomba se encontraba en la cabina. Los terroristas escondieron el explosivo entre unos carritos de bebé y varios muebles del compartimento en el que se almacena la carga de mayor tamaño.

Los expertos determinaron el epicentro exacto de la explosión mediante la disposición de los fragmentos hallados del avión en un hangar del aeropuerto de El Cairo.

Los elementos de revestimiento permitieron recrear una proyección análoga del avión sobre el plano. Desde su ubicación, el explosivo provocó la rotura inmediata de la cola, lo cual a su vez volvió el avión ingobernable.

Un año sin vuelos a Egipto

La decisión de interrumpir la comunicación aérea con Egipto “hasta que se alcance un nivel apropiado en la seguridad de la comunicación aérea” entró en vigor el 6 de noviembre. Ese mismo día se organizó la repatriación de los turistas rusos que se encontraban en Egipto debido al fin de los viajes organizados. A bordo de los aviones solo se permitió llevar equipaje de mano, y el resto de equipajes fueron trasladados en vuelos especiales del Ministerio de Emergencias.

La tarde del 16 de noviembre, en una reunión para evaluar los resultados de la investigación de las causas de la catástrofe, Vladímir Putin declaró que Rusia encontraría a los organizadores del atentado. “Les perseguiremos allí donde se escondan. Los encontraremos en cualquier parte del mundo y les haremos pagar”.

Además, Putin ordenó reforzar los ataques de la aviación contra las instalaciones del Estado Islámico en Siria. Tras esta orden se reforzó el grupo de aviación de las Fuerzas Aéreas de Rusia en Siria, y a los bombardeos se unieron los aviones de la aviación de largo alcance. “El trabajo de nuestra aviación en Siria no solo debe prolongarse, debe reforzarse de modo que los criminales entiendan que la venganza es inevitable”, añadía el presidente.

Los familiares de los fallecidos no tendrán que esperar mucho más los resultados de la investigación sobre la tragedia sobre el Sinaí: los resultados preliminares de la investigación, según una fuente del periódico egipcio Al-Watan en el Ministerio de Aviación Civil, se publicarán durante los próximos 60 días.

Artículo publicado originalmente en ruso en Gazeta.ru.

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