Protestas de los médicos rusos ante el plan de reforma sanitaria

La movilización del pasado domingo en Moscú en contra de la reestructuración de los centros de salud es la mayor de los últimos años. Fuente: PhotoXpress

La movilización del pasado domingo en Moscú en contra de la reestructuración de los centros de salud es la mayor de los últimos años. Fuente: PhotoXpress

A finales de 2014 finalizará el plan de reforma del sistema sanitario ruso, que se puso en marcha en 2010. El proceso más polémico implica la reducción y reestructuración de los centros médicos. En Moscú la comunidad médica se ha lanzado a la calle.

“Hemos venido hoy aquí a expresar nuestro desacuerdo con la política que se está llevando a cabo”, enuncia desde el escenario el pediatra Yuri Lapin. Detrás de él cuelga un cartel que reza “Por el derecho ejercer la medicina y a la buena salud”; delante, manifestantes cargados con pancartas y octavillas gritan al unísono “¡Vergüenza!”.

El pasado domingo 30 de noviembre, se celebró en la capital rusa el mayor mitin en varios años bajo el lema “Detengamos el desmantelamiento del sistema sanitario en Moscú”, y congregó entre 4.000 y 6.000 personas (según distintas estimaciones) para protestar contra las reformas del sector sanitario ruso.

Vladímir Putin anunció esta reforma en abril de 2010, cuando aún ocupaba el cargo de primer ministro. En aquel momento se tomó la decisión de invertir una importante cantidad de dinero en la preparación del sector sanitario para su transformación definitiva en un sistema de seguros. A fin de mejorar la calidad del servicio y facilitar el acceso a la asistencia sanitaria, se propuso comprar equipos médicos avanzados y recortar los gastos superfluos. 

Con el nuevo modelo sanitario, cualquier persona que desee recibir asistencia sanitaria gratuita deberá registrarse en el programa de Seguros Médicos Obligatorios (OMS, por sus siglas en ruso) y obtener un número de póliza. Este número le dará derecho a elegir el centro de salud, el médico de cabecera y la compañía de seguros que pagará todos los tratamientos estipulados en un programa base. El coste de los servicios adicionales se deberá abonar.

Antes de la reforma, los centros médicos se financiaban principalmente a través de los presupuestos federales, regionales y municipales. A partir de ahora, recibirán el dinero del Fondo de reserva del programa de Seguros Médicos Obligatorios, que proviene de las retenciones aplicadas por las empresas a los trabajadores.

Opaco cierre de hospitales

En octubre de 2014, se publicó en la plataforma en línea rusmedserver.com el plan de la Oficina de Sanidad de Moscú, el cual prevé el cierre de 28 centros médicos y el despido de 5.000 empleados. Esto fue lo que empujó a los médicos a salir a la calle. Una de las razones por la que se quejan los manifestantes es la falta de transparencia en el proceso de reestructuración.

“Se están fusionando centros médicos desde 2011; empezaron por las policlínicas infantiles (este tipo de centros ofrecen solo atención primaria), siguieron con las de adultos y, finalmente, llegaron a los hospitales. Pero como todo se hace en secreto, sin presentar datos claros sobre los motivos por los que se cierra uno u otro centro, tampoco ha habido una respuesta por parte de la población. Las protestas comenzaron cuando la gente por fin vio con sus propios ojos cómo se cerraban decenas de centros médicos y se despedía a cientos de personas”, comentó a RBTH Alexander Averiushkin, coorganizador del mitin de Moscú y coordinador del movimiento social sin ánimo de lucro “Juntos por una sanidad digna”.

A petición de la corresponsal de RBTH, el servicio de prensa de la Oficina envió la transcripción de la entrevista concedida por el jefe de dicho organismo, Alexéi Jripun, al canal de televisión Moskva 24

El funcionario explica que el objetivo de la reforma no es el cierre de los centros médicos, sino corregir el desequilibrio existente en el sector: “Durante décadas se formó una brecha entre el número de servicios asistenciales prestados en los hospitales y el de las policlínicas. La mayor parte de los recursos de diagnóstico y tratamiento se concentró en los hospitales, por eso la hospitalización para reconocimientos médicos se ha convertido en algo habitual”, comentó.

Los expertos encuestados por RBTH confirman que este problema existe. “Los médicos no quieren trabajar en los centros de atención primaria, prefieren los hospitales porque en ellos el trabajo les resulta más interesante, se dan casos complejos y los salarios son mejores”, explica el director de la sociedad sin ánimo de lucro Centro de economía social’, David Melik-Guseinov. “Pero el mantenimiento de tantos hospitales es demasiado costoso, ya que solo son necesarios para resolver problemas urgentes”.

Según Alexéi Jripun, ahora las policlínicas dispondrán de equipos avanzados para lo que necesiten, lo que permitirá que establecer en ellos cualquier diagnóstico, de modo que ya no será necesario mantener tantos hospitales.

“Un triste episodio”

La reforma sería menos agresiva si los ‘reformistas’ fuesen más consecuentes con sus actos, opina un entrevistado.

“Esto no se puede hacer tan rápido. Si reducir el número de hospitales debe servir para fortalecer los centros de atención primaria, se tendría que haber trasladado a los médicos gradualmente. Pero de momento se están cerrando los hospitales sin que haya una alternativa”, comenta el doctor en medicina y profesor de la Escuela Superior de Economía de Moscú, Kirill Danishevski.

En palabras de Melik-Guseinov, lo que está ocurriendo en Moscú constituye “un triste episodio, propio de la transición de un sistema presupuestario a uno basado en los seguros”.

Sin embargo, ya no se puede financiar el sistema sanitario mediante el presupuesto, no sería legal; de modo que la medicina rusa tendrá que amoldarse a un modelo más ajustado. “Tanto si el programa Seguros Médicos Obligatorios es bueno como si no lo es, ya no se va a cambiar, nadie se atreverá a afrontar esa responsabilidad. Nosotros lo hemos escogido y debemos crear un sistema efectivo a partir de él”, concluye Melik-Guseinov.

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