Rusia en 2013: éxitos e inquietudes

Fuente: AFP / East News

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Los logros en política exterior, el meteorito de Cheliábinsk y las inundaciones provocadas por el río Amur han sido algunos de los eventos más destacados del año.

El año saliente empezó de una forma inquietante: con un gran cataclismo. Un gran meteorito cayó en febrero en Cheliábinsk, un gran centro industrial en los Urales. Su potencia explosiva al caer fue de aproximadamente 500 kilotones (30 veces más que la explosión de la bomba atómica de Hiroshima). La onda expansiva rompió los cristales de 7.000 edificios, más de 1.500 personas sufrieron cortes por culpa de los cristales rotos. A continuación los científicos tardaron unos cuantos meses para levantar los restos del bólido desde el fondo del lago Chebarkul.

En agosto el Lejano Oriente de Rusia vivió las peores inundaciones de las últimas décadas. Se vieron afectadas todas las grandes ciudades situadas a orillas del río Amur. El número total de afectados fue de cerca de 183.000 personas. El daño conjunto provocado por las inundaciones se estima en aproximadamente 183.000 millones de rublos (1.300 millones de dólares). Es sorprendente, pero una catástrofe natural tan grande no provocó ninguna víctima mortal.

A finales de diciembre tuvo lugar una de las noticias políticas más sonadas. El indulto de Mijaíl Jodorkovski, tras haber pasado diez años en la cárcel. El exjefe de la petrolera Yukos fue uno de los hombres más ricos de Rusia en los años 90. Tras salir de la cárcel voló a Alemania para reunirse con sus padres y anunció que no se dedicará a la política.

Por desgracia, también hubo cataclismos sociales. El año 2013 estuvo marcado por un aumento del nacionalismo. Hubo tres grandes conflictos entre rusos étnicos y originarios del Cáucaso o de Asia Central que derivaron en enfrentamientos y pogroms. En todos los casos los hechos se desarrollaron bajo un esquema común: un asesinato por una pelea callejera, un mitin de los vecinos y después un pogrom. El brote de violencia racista que tuvo más resonancia fue el que tuvo lugar en otoño en Biriulevo, uno de los barrios periféricos de Moscú. En la mayoría de casos la policía logró evitar la escalada del conflicto pero los expertos alertan de que el brote de nacionalismo está motivado, en primer lugar, por un malestar que se ha ido acumulando en la sociedad y que hay que tomar medidas urgentes para remediar la situación.

En el 2013 también hubo momentos positivos. El acontecimiento cultural más importante del año fue la inauguración del nuevo escenario del Teatro Mariinski en San Petersburgo, que desde tiempos imperiales continua siendo uno de los dos teatros más importantes de Rusia.

En el 2013 Rusia fue anfitriona de dos eventos deportivos. En julio en Kazán, la capital de Tatarstán, tuvo lugar la Universiada, competiciones deportivas entre estudiantes de todo el mundo. Fue la Universiada de verano más grande de la historia y se repartieron 351 medallas en 27 tipos de deporte entre casi 12.000 participantes de 162 países. La selección de Rusia fue la que más medallas y récords obtuvo.

El Campeonato del mundo de atletismo que se celebró en Moscú fue uno de los acontecimientos más importantes del año para el país. La selección rusa obtuvo siete medallas de oro, 4 de plata y 6 de bronce. La victoria más espectacular fue la de la saltadora con pértiga Yelena Isinbáyeva. La dos veces campeona olímpica, en la que muchos no creían, después de una serie de fracasos consiguió demostrar que continúa siendo una de las deportistas más sobresalientes de la actualidad. La rusa se despidió de la competición con un oro en Moscú.

En noviembre empezó el relevo de la llama olímpica que tiene que llegar a Sochi en febrero del 2014. La antorcha ya ha estado en muchas regiones, bajo el agua e incluso en el espacio, en la EEI.

Desde el punto de vista de la política interior, el año 2013 se recordará en primer lugar por la ley sobre la prohibición de la propaganda homosexual entre menores de edad que entró en vigor a finales de junio y provocó mucha polémica. Ahora en Rusia la “propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales” se castigará con multas de hasta un millón de rublos (más de 30.000 dólares). Cabe destacar que esta ley ha tenido más resonancia en el extranjero que en Rusia.

A los ciudadanos de Rusia les preocuparon mucho más los esfuerzos para llevar a cabo la llamada “nacionalización de las élites”. En mayo entró en vigor una ley según la cual los funcionarios y diputados tendrán que deshacerse de los activos en el extranjero. Además, por primera vez desde el año 2004 en Rusia se volvió a la práctica de la elección directa de los jefes de las regiones.

En el 2013 también hubo lugar para hechos curiosos. En enero el famoso actor francés Gérard Depardieu recibió la ciudadanía rusa y también la oferta de ser ministro de Cultura en la república de Mordovia. Estaba descontento con la introducción en Francia de un 75% del impuesto sobre la renta y decidió trasladarse a la Federación de Rusia donde la tasa es solo del 13%.

Uno de los acontecimientos del 2013 del que se ha hablado más fue el divorcio del presidente de Rusia, Vladímir Putin. La sociedad reaccionó de forma ambigua a la decisión del jefe de estado pero en general su nivel de popularidad continuó siendo alto. Vladímir y Liudmila Putin anunciaron su separación el 6 de junio, a la salida del Palacio estatal del Kremlin donde asistieron al ballet Esmeralda. “Fue nuestra decisión conjunta. Nuestro matrimonio está concluido. Prácticamente no nos vemos”, dijo Putin.

Durante el último año Rusia se ha encontrado como mínimo dos veces en el centro de escándalos internacionales con mucha repercusión. La primera vez la causa fue el revelador Edward Snowden, que se quedó atrapado en la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremétievo y posteriormente recibió asilo en Rusia con la condición de no llevar a cabo actividades que perjudicasen a Estados Unidos. De todas formas, la decisión de la autoridades rusas provocó una tormenta de indignación en Estados Unidos y no añadió calidez a las ya de por sí complicadas relaciones entre el Kremlin y la Casa Blanca.

Los activistas de Greenpeace provocaron otro escándalo. En septiembre el barco Arctic Sunrise  fue detenido por los policías rusos de fronteras durante una acción de protesta que llevaron a cabo cerca de la plataforma petrolera Prirazlómnaya en el mar de Pechora.

Arrestaron a los ecologistas y al principio les acusaron de piratería pero a continuación suavizaron la acusación contra ellos. Fueron liberados en la amnistía concedida con motivo del 20º aniversario de la Constitución rusa.

A pesar de los escándalos más arriba mencionados, los principales éxitos de Rusia en el 2013 se sitúan precisamente en el ámbito de la política exterior. La cumbre del G20 de San Petersburgo  tuvo una gran importancia para elevar el prestigio de Rusia. En la cumbre no sólo se habló de Siria, que durante todo el año ha ocupado las portadas de los periódicos mundiales, sino que también se tomaron una serie de decisiones relacionadas con los planes de desarrollar la economía mundial y superar la crisis.

El principal logro de Rusia fue su contribución para superar la situación de crisis que se vivía entorno al armamento químico sirio.  La iniciativa de Moscú permitió a Damasco evitar un ataque militar por parte de Estados Unidos y sus aliados, y evitó a Washington verse arrastrado en un nuevo conflicto local. Como resultado se vuelve a hablar de la Federación de Rusia como un actor importante en la arena regional y global.

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