La leche enfrenta a Rusia y Lituania (y a la UE)

Fuente: PhotoXpress

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Aunque se ha puesto fin a los controles intensivos en la frontera, continúa la prohibición a la importación de productos lácteos desde Lituania. El conflicto comercial puede tener consecuencias negativas en varios aspectos de las relaciones de Rusia con la UE y, sobre todo, en el diálogo sobre el sistema de visados.

“El presidente de Rusia Vladímir Putin ha dado instrucciones para que se levanten los controles aduaneros intensivos en la frontera ruso-lituana y para que desde el 10 de octubre de 2013 se conviertan en planificados”, ha declarado el Servicio Federal de Aduanas (FTS). Esta medida debe acabar con el problema de los atascos kilométricos en la frontera, que tienen lugar desde septiembre.

Sin embargo, permanecen las limitaciones a la entrada en Rusia de productos lácteos lituanos. Es más, la semana pasada se supo que la Comisión Europea puede iniciar diligencias contra Rusia en la OMC por esta cuestión.

“La Federación Rusa no ha informado oficialmente a la Comisión Europea sobre la esencia de sus reclamaciones respecto a los productos lácteos de Lituania –ha declarado el portavoz de la institución Frederic Vincent–. Estamos seguros de la calidad y la seguridad de los productos lituanos”. Según sus palabras, “conforme a las obligaciones de RusiacomomiembrodelaOMC,  puede imponer limitaciones a la importación de productos solo si justifica y demuestra que dichas mercancías representan una amenaza para los consumidores, lo que no se ha hecho”.

La prohibición a importar productos lácteos de Lituania entró en vigor el pasado 7 de octubre y se explicó por la falta de adecuación a los requisitos de la Federación. “Hemos encontrado en el requesón levaduras, moho y bacterias de colibacilo; en la smétana una proporción insuficiente de fermentos lácticos. Lamentablemente, hay dibutilftalato y dietilftalato. Es una infracción muy grave en la producción”, ha declarado Guennadi  Onischenko, director del Servicio Federal de Consumo.

Los productos lituanos suponen menos del 1 % del mercado lácteo ruso. La prohibición sobre los artículos lituanos va a sentirse poco en el mercado ruso ya que la cantidad de leche, pescado y carne importada desde Lituania es mínima. Pero sí puede causar importantes daños a la economía lituana. Por ejemplo, en el caso de los productos pesqueros lituanos, el 70 % del volumen de venta corresponde a Rusia.

Según fuentes diplomáticas de Kommersanten Bruselas y Vilnius, este conflicto puede tener consecuencias de gran alcance. En la UE están convencidos de que no se trata de bacterias, sino de política. A finales de noviembre en la capital lituana va a celebrarse la cumbre Asociación Oriental donde se espera la firma de un acuerdo sobre la asociación y creación de una zona de libre comercio entre la Unión Europea, Ucrania, Moldavia y Georgia. Rusia intenta activamente convencer a Kiev y a Chisinau para que rechacen el acercamiento a Bruselas, por el momento sin éxito.

Lituania, que actualmente preside la UE, ha hecho un llamamiento a Rusia para que “respete el derecho de elección soberana” de las antiguas repúblicas soviéticas. El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Linas Linkevičius, ha llegado a declarar que las autoridades de su país podrían bloquear la comunicación por ferrocarril y por carretera de Rusia con la región de Kaliningrado si Moscú “no deja de presionar a sus vecinos”.

De momento no se está hablando de este bloqueo. Sin embargo, según fuentes diplomáticas de Kommersant en Bruselas, el conflicto alrededor de la Asociación Oriental y las restricciones comerciales puede influir negativamente en otros aspectos de las relaciones de Rusia con la UE.

“En cuanto Lituania ha defendido las aspiraciones europeas de Ucrania, y Holanda ha presentado una queja por la detención del barco ArcticSunrise, Moscú ha reaccionado con restricciones comerciales, las cosas no se hacen así –ha aconsejado uno de los interlocutores del periódico–. Esto le da a los escépticos de la UE, en particular al Parlamento Europeo, nuevos argumentos en contra de Rusia”.

En el año 2007 debido a una guerra comercial con Polonia y a desavenencias políticas también con Lituania, Rusia y la UE no lograron desarrollar una nuevo acuerdo básico de colaboración (a día de hoy el documento no existe). Ahora, está bajo amenaza el diálogo sobre el nuevo sistema de visados. Se esperaba que el acuerdo para suavizar el régimen de visados se firmara en la cumbre Rusia-UE  del pasado junio, pero no fue así.

Los diplomáticos rusos esperaban salvar rápidamente las últimas divergencias (técnicas, sobre todo) para firmar el documento en la cumbre Rusia-UE de diciembre. Sin embargo, ahora las oportunidades de acercamiento se han visto reducidas. Por otra parte, después del comunicado del FTS vuelve a haber oportunidades para que el conflicto se solucione antes de la cumbre. 

Artículo publicado originalmente en ruso en Kommersant

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