Opositor declarado esquizofrénico es sentenciado a terapia clínica forzosa

Fuente: Ria Novosti / Andréi Stenin

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Mijaíl Kosenko, involucrado en el caso del desorden público en la plaza Bolótnaia del 6 de mayo de 2012, fue declarado culpable de participar en desorden público y de ejercer la violencia contra un agente de la autoridad, por lo cual fue sentenciado a terapia clínica forzosa en el hospital. Los expertos discrepan de la objetividad del diagnóstico.

El así llamado ‘caso Bolótnaia’ ha sido investigado por el Comité de Instrucción de la Federación de Rusia basándose en los hechos que tuvieron lugar durante las protestas del 6 de mayo de 2012. En el marco de la investigación han sido detenidas 27 personas en total. Pável Kosenko fue detenido durante la manifestación. Lo multaron y posteriormente fue puesto en libertad. Sin embargo, al cabo de un mes fue arrestado y desde entonces se encuentra en prisión provisional.

En el proceso de la instrucción los representantes de la acusación declararon que durante la manifestación, Kosenko, junto con otros involucrados en el caso, le arrancaron el casco a uno de los agentes de la policía antidisturbios OMON, además de quitarle su porra propinándole varios manotazos y patadas en el cuerpo. El otro inculpado, al haber reconocido su culpa, fue sentenciado a cuatro años y medio en una colonia penitenciaria.

El tribunal declaró culpable a Kosenko, pero consideraron que debido a su enfermedad psiquiátrica “era incapaz de tomar conciencia del carácter real y el peligro público que representaban sus acciones, ni mucho menos controlarlas". Precisamente por ello fue condenado a tratamiento psiquiátrico forzado y no a la cárcel.

Tras conocerse esta decisión, los especialistas y los politólogos enseguida comenzaron a debatir si este caso podía considerarse como un retorno a la práctica de la disciplina penal del período soviético.

El líder del partido Plataforma Ciudadana (PC) Mijaíl Prójorov calificó la sentencia a Kosenko como un regreso a los métodos soviéticos contra la disidencia rusa en la URSS. Según información de la agencia rusa RBC, Prójorov considera a Mijaíl Kosenko “una persona sana” a la que condenaron a una terapia forzosa en base a un diagnóstico psiquiátrico no contrastado con un examen médico independiente.

Una práctica soviética

El caso de Kosenko es el primer precedente de la utilización de la psiquiatría penitenciaria desde 1980, según afirma el presidente de la organización de defensa de derechos humanos Agora, Pável Chíkov. “Es el primer caso desde principios de 1980 y un precedente muy claro de la utilización de la psiquiatría penitenciaria para el aislamiento del activista civil, con una base  confusa, un diagnóstico dudoso y la gran repercusión pública que provoca el proceso”, subrayó.

Chíkov se muestra desconcertado por un diagnóstico médico aplicado a un activista civil. Aunque en un principio, tales sentencias no son algo raro en la práctica de los tribunales rusos. Según explica el psiquiatra-criminalista y director del Centro de Asistencia Legal y Psicológica Mijaíl Vinográdov, el aislamiento social es un práctica bastante frecuente.

“Nuestras clínicas especializadas están repletas de este tipo de enfermos. La duración de un tratamiento como este depende de la eficiencia del mismo, pero puede que el paciente esté en casa en seis meses”, declara. Vinográdov ha contado que los médicos a menudo se compadecen de sus pacientes y en vez de poner el diagnóstico más grave, les ponen uno más leve para que puedan trabajar e integrarse en la sociedad, aunque si este enfermo comete un delito, surge la necesidad de corregir los informes médicos.

"El diagnóstico de esquizofrenia progresiva, diagnosticado a Kosenko se aplica con frecuencia con fines de rehabilitación social para evitar tener que meter a la persona en una institución médica de carácter cerrado. Al ver los medicamentos que tomaba podemos decir que se aplicó un tratamiento adecuado para curar la enfermedad. Puesto que se trata de un delito penal, los médicos se vieron obligados a poner el diagnóstico más grave”, explicó.

Otro psiquiatra especializado en la esquizofrenia, Andréi Bilzho no está de acuerdo con Vinográdov. Declara que Mijaíl Kosenko es absolutamente normal. El experto ha explicado a los medios de comunicación que mientras estaba en el Ejército, Kosenko sufrió una contusión y le reconocieron una incapacidad. Más tarde en la clínica psiconeurológica donde fue tratado durante 12 años le diagnosticaron esquizofrenia progresiva. “En el proceso de instrucción del delito por desorden público, los especialistas del Instituto Serbski realizaron un examen médico que reveló el trastorno mental que supuestamente padece el acusado. Su diagnóstico se transformó en esquizofrenia paranoide con crisis episódicas”, declaró Bilzho.

Bilzho ha subrayado que en estos casos el diagnóstico lo puede realizar un equipo médico independiente, “cuya experiencia y autoridad no pueden ponerse en duda ni por la sociedad, ni por los involucrados en el caso, ya que no se trata solo de la libertad de la persona, sino que se trata de su futuro”.

El abogado Evgéni Chernoúsov, coronel de policía retirado, explica que la terapia clínica forzosa no es un castigo para el inculpado. “No le están castigando por el delito, simplemente lo tratan para impedir que cometa nuevos delitos. No se puede soltar a una persona enferma que representa un peligro para la sociedad. Sin embargo, una vez que pasen seis meses el paciente puede pasar por un reconocimiento de la comisión médica, donde puede decidirse si pasarlo a la categoría de pacientes externos”, concluyó el abogado. También especificó que los abogados pueden recurrir las decisiones de la comisión médica y exigir la revisión de tales decisiones. 

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