Fuente: flickr / BBC Radio 4
En marzo de 1987, Thatcher concedió una entrevista en televisión a los periodistas soviéticosTomás Kolesnichenko, Vladímir Simonov y Borís Kaliaguin, que fue emitida en la Televisión Central de la URSS.
El periodista ruso Alexander Arjánguelski recuerda que "fue la primera entrevista por televisión a un político extranjero que no era de tendencia soviética, y sorprendió a los espectadores. En aquel entonces que un líder occidental respondiera cortante, con independencia y humor, lo que ahora ya estamos acostumbrados, parecía algo venido de la luna".
El antiguo comentarista de radio Borís Kaliaguin recuerda la conversación con cariño. Antes de la grabación, durante el barullo montado entre los equipos de grabación soviéticos y británicos alguien le tiró un jarrón a Primera Ministra.
"Sin agua, tan solo contenía alguna planta. Pero Thatcher no se enfadó en absoluto, sonrío con gracia y lo convirtió en una broma. Era una mujer muy interesante: podía hablar de cosas desagradables pero lo hacía con una sonrisa encantadora. Y uno no podía ofenderse con ella", recuerda en su charla con Rusia Hoy el periodista.
Según nos cuenta, justo antes de la entrevista el Comité Central del Partido Comunista comunicó a los periodistas que preguntaran a Thatcher por las armas nucleares.
"Fue un comienzo bastante desafortunado, ¿cómo se podía 'obligar' a la Primera Ministra si no quería hablar de este tema? Respondió un par de veces de forma bastante brusca y suposición quedó clara: Gran Bretaña no iba a renunciar a las armas nucleares. Propuso no volver a hablar del tema. Thatcher se mantuvo en sus trece y finalmente salió ganando. Salió muy bien en la entrevista", continúa Kaliaguin.
"Era una persona absolutamente sincera y de fuertes principios, era imposible hacerla cambiar de opinión. No me he encontrado nunca con nadie como ella", recuerda a su vez el político ruso, ex vice primer ministro del gobierno de la FederaciónRrusa, Borís Nemtsov, que conoció a Thatcher durante largos años. "Creía en la propiedad privada, en el triunfo de la ley, en la democracia y no creía en el Estado omnipotente".
El diario militar soviético fue el primero al que se le ocurrió apodar "Dama de Hierro" a Thatcher. Krásnaya Zvezdá" (Estrella Roja) publicó el 24 de enero de 1976 un artículo titulado "La Dama de Hierro" firmado por Yuri Gavrílov. Los asesores de la política británica no dudaron en utilizarlo durante la campaña electoral de 1979: "Gran Bretaña necesita una dama de hierro".
El opositor Vladímir Rishkov, que también se encontró varias veces con Thatcher, confirma las impresiones del resto: "Poseía un gran carisma, atraía la atención inmediatamente. Y esto no solo en lo relativo a su cargo. Sencillamente se podía sentir un gran carácter y personalidad en esta mujer. Y aunque Thatcher era muy frágil, su mirada penetrante y aguda, su famoso peinado, su prestancia... hacían que emanase de ella una sensación de poder".
"Transformó Gran Bretaña. Antes del mandato de Margaret Thatcher era un país que llevaba mucho tiempo con gastos sociales, con un gran sector de economía estatal, además de desempleo y una enorme inflación. Gran Bretaña se hundía en los 70. La Primera Ministra realizó una auténtica operación quirúrgica a la economía británica, recortó los gastos sociales, convirtió a Londres en un centro financiero mundial. La Gran Bretaña que conocemos hoy en día es mérito suyo", dice convencido Rizhkov.
Según Nemtsov Thatcher albergaba unos sentimientos peculiares hacia la URSS y Rusia. "Le interesaba mucho la vida rusa. Decía que los dos países estaban unidos por un pasado imperial, solo que Gran Bretaña ya había superado ese complejo y Rusia lo tenía por delante".
Thatcher, dice Rizhkov, fue el primer líder mundial que apoyó sin reservas a Mijaíl Gorbachov antes de la perestroika, demostrando una gran agudeza política en esta cuestión.Precisamente su opinión garantizó el apoyo de Occidente a los cambios que estaban teniendo lugar en la URSS y permitió que terminase la Guerra Fría, deteniendo la carrera armamentística.
"Fue la primera en ver en Gorbachov a un líder prometedor. Y pronunció la famosa frase: 'Es un hombre con el que se puede hablar", afirma el periodista Kaliaguin.
Sin embargo no todos consideran que la influencia que tuvo Thatcher sobre el último presidente de la URSS fuera positiva.
"Thatcher, siendo una de las figuras políticas más importantes de finales del siglo XX, al mismo nivel que Ronald Reagan, declaró que Occidente tenía la razón de su parte en su competición con la URSS y en la lucha contra el régimen comunista. Y fue precisamente desde esta posición desde la que construyó su relación con Gorbachov. Y este estuvo muchas más veces de acuerdo con ella que al contrario. Por eso su influencia y contribuciónen la caída de la URSS fue considerable", comenta el doctor en historia y politólogo Viacheslav Nikonov, después de precisar que para él la caída de la URSS fue algo negativo.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: