Raskálov y Majórov están especializados en conquistar la cima de famosos edificios de gran altura. Hace poco escalaron la Torre de Shanghái, el edificio en construcción del centro financiero de Shénzhen en China y el puente colgante de Akashi Kaikyo en Osaka, Japón.
Este rascacielos se empezó a construir en 2009, y se prevé que esté terminado en 2016. Tendrá una altura total de 600 metros y contará con 115 plantas. El edificio será el segundo más alto de China y el quinto del mundo, sin contar las torres de telecomunicaciones.
Eligieron el Año Nuevo chino, que es cuando los agentes de seguridad bajan la guardia, para realizar su proeza. La anterior escalada a la torre de Shanghái también la hicieron en Año Nuevo, por lo que creían que tal vez los guardias de seguridad estuviesen más alerta. Pero nadie detuvo a los roofers, que no solo treparon hasta el tejado, sino que también continuaron hasta la cima de la grúa de la construcción. Así fue como alcanzaron una marca de 600 metros.
El puente de Akashi Kaikyo, que cruza el estrecho Akasi y une Kobe con Awaji, se construyó hace 14 años. Tardaron diez años en terminarlo, y actualmente está considerado el puente colgante más largo del mundo. Tiene una longitud de 3.911 metros.
Los jóvenes dicen que en Japón es muy difícil infringir las leyes y entrar en los sitios de forma ilegal. “Aquí, si cierran algo, no puedes forzar la entrada. Principalmente por los sistemas de seguridad, que son muy ingeniosos, por los bloqueos electrónicos y la gran cantidad de cámaras de videovigilancia”, escribe Raskálov.
Pero consiguieron subir de noche por los cables hasta la parte superior de un pilón en 30 minutos. Al bajar tuvieron que exponerse a la vista de los conductores, y acabaron escapando de la policía, que ya se estaba acercando.
En verano de 2015 los roofers rusos estaban de viaje por Sudamérica y su principal objetivo era conquistar el monumento brasileño. Tal como escriben los propios aficionados a los deportes extremos, resultó muy duro llegar hasta la estatua por la noche. Hay una vía que de tren que llega hasta el pedestal, y caminar siguiéndola lleva mucho tiempo y es peligroso.
“Por la noche tuvimos que hacer todo el camino a pie y a oscuras, oyendo fuertes ruidos de insectos y animales. Fue horrible, parecía que el camino atravesaba la jungla. Tardamos unas dos horas en llegar al monumento”, escribe Raskálov en su blog.
En el video se puede ver que los dos jóvenes usaron una escalera que estaba escondida en un trastero para subirse a la base de la construcción. Así fue como llegaron al interior de la estatua y, después, hasta arriba.
Los dos roofers afirman que podrían haber acabado en una cárcel brasileña por esta travesura.
El puente de Manhattan, que cruza el East River, se construyó en 1909. Tiene una longitud de 2.089 metros y una altura de pilón de 102 metros.
A pesar de las severas sanciones que se aplican a quienes infringen la ley (por vulnerar las fronteras de los edificios gubernamentales y las construcciones como el puente puede haber condenas de hasta seis meses de cárcel), los roofers treparon por el soporte del puente y bajaron sin encontrar obstáculos.
El post dedicado a esta hazaña se publicó en diciembre de 2014.
El panel publicitario situado en el tejado del China Online Centre se encuentra a una altura de 200 metros, en el centro de Hong Kong.
Raskálov y Majórov llegaron hasta ese punto junto a dos amigos y consiguieron reprogramar el panel, que, en vez del lema publicitario, empezó a mostrar un video en el que aparecen ellos mismos y la frase On the roofs.
Los chicos dicen que en esta ciudad puedes trepar donde quieras siempre que lo hagas en horario de oficina, porque en los centros de negocios no suele haber controles de acceso, y de lunes a viernes, en horario laboral, las alarmas están desactivadas y las puertas, abiertas.
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