El partido de Putin reafirma su poder en el parlamento

Rusia Unida obtiene el 54,7% de los votos.

Rusia Unida obtiene el 54,7% de los votos.

Alexei Druzhinin/Russian Presidential Press and Information Office/TASS
Rusia Unida obtiene más del 50% de los votos en unas elecciones parlamentarias con baja participación, y consigue 105 escaños más que en 2011.

“Sabemos que la vida no es fácil, hay muchos problemas, pero el resultado es el que es”,  declaraba ayer Vladímir Putin felicitando al gabinete de Rusia Unida por su victoria una vez anunciados los resultados preliminares de las elecciones. El partido gubernamental, que siempre se ha mostrado leal al presidente y al gobierno y dirigido por el primer ministro Dmitri Medvédev, puede estar verdaderamente satisfecho con el resultado.

Rusia Unida ha obtenido el 54,7 % de los votos y contará con 343 escaños en el parlamento. Se trata de 105 escaños más que tras las pasadas elecciones: en 2011 Rusia Unida consiguió 238 escaños. En la nueva legislatura Rusia Unida cuenta con mayoría constitucional, lo cual le garantiza el derecho a aprobar leyes e introducir enmiendas en la Constitución incluso si los otros tres partidos que conforman el parlamento se muestran en contra.

¿Hasta qué punto es limpia la victoria de Rusia Unida?

Mucho antes de las elecciones el gobierno declaró que no quería una repetición de las protestas masivas en 2011 por un supuesto fraude en las elecciones parlamentarias. La nueva directora del Comité Electoral Central, ella Pamfílova, declaró al tomar posesión de su puesto en marzo de 2016 que su tarea era llevar a cabo las elecciones más limpias posibles, con unos resultados que no levantaran ninguna duda.

El Comité Electoral Central reconoce que se produjeron algunas irregularidades. Los resultados de las votaciones en algunos colegios electorales fueron anulados debido a ciertas acusaciones de relleno de urnas por parte de los organizadores. En la región de Rostov se han abierto expedientes legales contra el secretario de la comisión electoral regional. Según Pamfílova, cada una de las quejas sobre irregularidades será revisada.

Los expertos divergen en sus opiniones sobre hasta qué punto ha logrado el Comité Electoral Central garantizar unas elecciones limpias. “Existen irregularidades, pero no a una escala similar a la de 2011. Se trata de hechos puntuales que hay que analizar, no de una oleada de infracciones”, declara a RBTH Dmitri Orlov, director general de la Agencia de Comunicaciones Políticas y Económicas, un organismo afín al Kremlin.

Al mismo tiempo, el politólogo Gleb Pavlovski, presidente de la Fundación de Política Efectiva, opina que “en todas las etapas de las elecciones ha habido manipulaciones administrativas”. Pavlovski asegura que no solo se ha manipulado el resultado de Rusia Unida, sino también la participación (que ha ascendido al 47,8 %).

La derrota de los liberales

Ninguno de los diez partidos no parlamentarios ha entrado en la nueva Duma y ni siquiera ha superado la barrera del 3 %, un porcentaje que permite contar con financiación estatal. 

Mijaíl Vinográdov, presidente de la fundación Política de San Petersburgo, opina que la razón de la derrota de los partidos de la oposición Yábloko y PARNAS consiste en que estos grupos no han conseguido salir más allá de su propio electorado. “Los partidos del tipo de Yábloko han luchado por sus votantes, los ciudadanos más liberales, y no han intentado conseguir los votos de un nuevo electorado, como el apolítico o partidario del gobierno”, declara Vinográdov a RBTH.

Una competencia débil

Además de Rusia Unida en la Duma han entrado tres partidos que ya formaban parte de ella en la legislatura anterior: el Partido Comunista (42 escaños), el Partido Liberal Democrático (29 escaños) y Rusia Justa (23 escaños). Los candidatos de Ródina y Plataforma Civil, así como el candidato independiente Vladislav Réznik (exmiembro de Rusia Unida), han conseguido un escaño cada uno.

La oposición parlamentaria no tiene prácticamente ninguna posibilidad de competir con Rusia Unida: la mayoría constitucional permite al partido en el poder utilizar el parlamento como desee. “Muchas iniciativas se promoverán sin el apoyo de los partidos de la oposición”, opina Dmitri Orlov. Al mismo tiempo, Orlov señala que el Partido Comunista y el Partido Liberal Democrático se mostrarán más críticos que antes en muchas cuestiones para subrayar su postura opuesta al partido en el poder.

¿Dominio o competencia?

Algunos politólogos opinan que el nuevo parlamento en el que domina Rusia Unida estará totalmente dirigido y controlado por el Kremlin. Gleb Pavlovski opina que la conquista de la mayoría constitucional “da mucha más libertad al gobierno”.

Según otro punto de vista, de todos modos habrá competencia durante la séptima legislatura: no habrá rivalidad entre las distintas fracciones, sino entre distintos bloques de diputados vinculados a las regiones.

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