Dificultades para demostrarlo
Uno de los casos de legítima defensa más sonados de Rusia fue la historia de Alexandra Lotkova, que abrió fuego en 2012 con un arma corta en el metro de Moscú. De acuerdo con Lotkova, lo hizo para proteger a sus amigos. Como consecuencia del tiroteo, tres personas resultaron heridas. El tribunal la declaró culpable y fue condenada a tres años de prisión.
A Tatiana Andréyeva, que apuñaló en agosto de 2012 a un hombre que, según sus palabras, intentaba violarla, el tribunal la condenó a siete años de prisión.
La absolución de un hombre que mató a dos personas durante una pelea de borrachos ha sido el caso que más atención ha despertado. El suceso tuvo lugar en el Krai de Altái (a 3.000 km de Moscú). Durante la sobremesa, un hombre apellidado Shárikov se peleó con dos conocidos que acabaron atacándole. Uno de ellos le golpeó en la cabeza con el puño, mientras que el otro trató de atacarlo con un cuchillo.
En el transcurso de la pelea, el cuchillo acabó en manos de Shárikov, pero los atacantes continuaron golpeándole. Finalmente, el hombre utilizó el cuchillo para defenderse. El primer atacante recibió 23 puñaladas y el segundo 29. Los dos murieron en el acto.
La instrucción consideró que el hombre sobrepasó los límites de la legítima defensa cuando usó el cuchillo. Según la acusación, al hacerse con el arma blanca su vida ya no corría peligro, por lo que ya no era necesario emplearla. Los jueces coincidieron con esta postura y Shárikov fue condenado.
Sin embargo, otro tribunal anuló la sentencia. Los jueces de la instancia superior señalaron que tanto el ataque al acusado como el hecho de que dicho ataque suponía un peligro para su vida habían sido demostrados, añadiendo que el paso del arma de unas manos a otras no garantiza el fin de la ofensiva.
Legalización de la legítima defensa
En octubre de 2012, el Pleno del Tribunal Supremo de Rusia aprobó una resolución que definía las condiciones de la legítima defensa. La más importante es que dicta que una persona puede proteger su vida con todos los medios que estén a su alcance; y que tiene derecho a defenderse no solo de un ataque, sino también de una amenaza violenta. Sin embargo, esta recomendación no garantiza la absolución, aun viniendo de la Corte Suprema.
Asker Shujov, miembro del bufete de abogados Vindex de Nalchik, aclaró que “este tipo de recomendaciones del Tribunal Supremo no son de obligado cumplimiento. Yo como abogado siempre uso esos argumentos, pero el tribunal puede no tenerlos en cuenta. Es imposible predecir la sentencia de los jueces en cada caso concreto”.
La opinión pública decide
El miembro del colegio de abogados de Moscú Serguéi Ushakov, encargado del caso, está convencido de que no hay por qué introducir ninguna enmienda a la legislación, ya que atención de la opinión pública a los casos de legítima defensa puede cambiar la situación. “Hemos podido impugnar la sentencia condenatoria, pero solo porque las organizaciones no gubernamentales se interesaron por el caso de mi cliente. Cuando llegué a la prisión preventiva, entre las 16 personas retenidas en su celda había otras tres mujeres que se encontraban en la misma situación. Al no recibir el apoyo de los activistas, ellas tuvieron que cumplir la sentencia por hacer uso de la legítima defensa”, concluye el abogado.
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