La tregua en el este de Ucrania estalla en una guerra abierta

Dibujado por Tatiana Perelíguina

Dibujado por Tatiana Perelíguina

Tanto el gobierno de Kiev como las autoproclamadas repúblicas populares de Lugansk y Donetsk siguen confiando en la posibilidad de una victoria militar. Los combates más sangrientos se han vivido en el aeropuerto de Donetsk.

A mediados de enero se rompió la tregua en el sureste de Ucrania. Ya en diciembre, los representantes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk (RPD y RPL) declararon que los soldados ucranianos estaban acumulando fuerzas y preparando un nuevo ataque. Además, denunciaron ataques regulares de artillería sobre Donetsk y las zonas adyacentes que ha sufrido, principalmente, la población civil. A su vez, el gobierno oficial de Kiev lanzó unas acusaciones similares.

La tregua establecida en septiembre contribuyó a una reducción temporal de la intensidad de las acciones militares y permitió llevar a cabo el intercambio de presos y detenidos. Pero hacia mediados de enero de 2015, ambas partes, al parecer, han considerado que la tregua se ha extinguido y que el proceso de negociaciones ha llegado a un punto muerto y han pasado a los intentos de cambiar el statu quo con la ayuda de operaciones militares.

Poroshenko promulgó una ley sobre movilización parcial, que permitirá incorporar este año a unos 100.000 hombres a las Fuerzas Armadas ucranianas y que comenzará el martes, con la incorporación a filas de unos 50.000 hombres, informa EFE.

La situación en el sureste es bastante confusa. En el sur, las brigadas de la RPD amenazan a la ciudad portuaria de Mariúpol, controlada por las tropas gubernamentales. Sin embargo, Donetsk, el centro industrial y administrativo de la república, se encuentra medio rodeada: desde el oeste y el norte se estrecha la línea del frente y las comunicaciones hacia el este están cortadas por el llamado saliente Debáltsevo, que los sublevados intentaron eliminar sin éxito en agosto. Al norte de Lugansk, el centro administrativo de la República Popular de Lugansk, también se están llevando a cabo duros combates.

Alexánder Zajárchenko, presidente de la República Popular de Donetsk, ya ha anunciado el inicio de un ataque estratégico: “Ellos (el gobierno de Kiev) se encuentran en una tierra que no controlan y que nunca controlarán. Nosotros avanzaremos hacia Slaviansk y hacia Kramatorsk”. Sin embargo, en la práctica los sublevados por ahora se han limitado a llevar a cabo operaciones tácticas.

Por ejemplo, del 12 al 15 de enero los sublevados lograron expulsar definitivamente a las tropas fieles a Kiev de las terminales del aeropuerto de Donetsk, ubicado al este de la ciudad. El aeropuerto se encuentra prácticamente destruido y resulta interesante meramente como campo de operaciones para las tropas ucranianas que se encuentran en los barrios de la ciudad. Además, el año pasado los combates por el control de este aeropuerto recibieron una extensa cobertura por parte de los medios de comunicación ucranianos, de modo que la toma de estas instalaciones podría tener una gran relevancia propagandística para los sublevados.

Más de 200 soldados ucranianos murieron entre el domingo y el lunes en combates con las milicias rebeldes por el control del estratégico aeropuerto de Donetsk, informaron ayer los separatistas.

"Las pérdidas entre los soldados ucranianos ascienden a más de 200 muertos y casi 300 heridos", afirmó el comandante adjunto del Estado Mayor de las milicias separatistas de Donetsk, Eduard Basurin, a medios rusos.

El portavoz rebelde agregó que las bajas en las filas insurgentes ascienden a 16 guerrilleros muertos y 62 heridos, según informa la agencia Interfax.

También continúan los intentos de “eliminar” el saliente de Debáltsevo acatando desde tres lugares a la vez. Como resultado se han tomado algunas poblaciones secundarias, pero no se ha conseguido nada más. Las fuerzas de la República Popular de Lugansk también han intentado iniciar un ataque hacia el norte, pero no han logrado ningún éxito estratégico.

De un modo u otro, la tregua del año pasado ha llegado a su fin. Existen combates en toda la línea del frente y ambas partes intentan organizar ataques. Por ahora los principales éxitos se encuentran del lado de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, pero el Ejército de Ucrania intenta contraatacar encarnizadamente.

Los expertos divergen en sus opiniones: algunos opinan que las partes en conflicto están intentando equilibrar la línea del frente y obtener nuevos ases en la manga antes de la próxima ronda de negociaciones, mientras que otros consideran que simplemente han decido rechazar definitivamente la vía política para resolver la crisis.

Si se trata efectivamente de una guerra hasta la victoria de una de las dos partes, esta será larga y pesada. Hasta el mes de enero las  autoproclamadas repúblicas populares y el gobierno ucraniano han logrado concentrar en el campo de batalla tropas suficientes como para garantizar una defensa sólida de los territorios que controlan. Ya no serán posibles los avances repentinos eludiendo las posiciones enemigas, como el “Ataque del Día de la Independencia” en Novoazovsk en agosto de 2014 o el contraataque del ejército contra Télmanovo a principios de septiembre, que permitió evitar la toma de Mariúpol.

En estas condiciones, lo más probable es que ninguna de las partes enfrentadas logre obtener un éxito decisivo, lo cual implicará que continuarán combatiendo hasta que se extinga su potencial de ataque, para después volver a las negociaciones. Sin embargo, la próxima toma de contacto para el diálogo estará precedida de como mínimo varias semanas de encarnizados combates que ocasionarán nuevas víctimas entre la población civil. 

Nikita Mendkovich es experto del Consejo Ruso para los Asuntos Internacionales.

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