Daguestán: cambio de imagen o de rumbo

Dibujado por Serguéi Yolkin

Dibujado por Serguéi Yolkin

El pasado 28 de enero en Daguestán, una república rusa situada en el Cáucaso Norte, se nombró al nuevo presidente. Mediante un decreto de Valdímir Putin, Ramazán Abdulatípov, un político con gran experiencia, oriundo de Daguestán, se convirtió en el nuevo dirigente. Ocupó el lugar de Magomedsalám Magomédov. A pesar del descenso del número de atentados, la república es una de las más peligrosas de Rusia y la corrupción es un problema importante.

Casi de inmediato esta noticia se convirtió en una de las principales de la política interior rusa. Y no es de extrañar: Daguestán es la república del Cáucaso Norte más grande y más poblada, y además desempeña un papel clave en la estabilidad de toda la región. 

En víspera de los Juegos Olímpicos de Sochi 2014, la situación en Daguestán resulta ser más que relevante para Rusia. En primer lugar, una desestabilización a gran escala de la región pondría en tela de juicio no sólo la validez de la elección de Sochi, sino también la capacidad funcional y la competencia del Estado ruso como tal. Y en segundo lugar, desde hace años, Daguestán es la república del Cáucaso Norte con mayor al número de actos terroristas. 

En 2011, como resultado de la violencia armada, 413 personas murieron y 411 resultaron heridas en esta República.  Y pese a que el pasado año el número de víctimas disminuyera casi en un 15%, la república todavía sigue ostentando el dudoso honor de ser una de las regiones más peligrosas de la Federación Rusa. 

El nombramiento del nuevo dirigente ha provocado un vivo debate público. Durante  las semanas anteriores al anuncio del decreto presidencial, en los medios de comunicación  se venían discutiendo los rumores sobre la dimisión del presidente Magomedsalám Magomedov. Sin embargo, ni el Kremlin ni el gobierno federal hicieron comentario oficial alguno al respecto, lo que provocó nuevos rumores e interpretaciones.  

Daguestán, una de las siete repúblicas rusas de la inestable región del Cáucaso Norte, es escenario frecuente de ataques terroristas y choques armados entre las fuerzas de seguridad y la guerrilla islamista que opera en el área.

En realidad, las razones detrás de esta nueva decisión del Kremlin respecto al cambio del dirigente en la región no están del todo claras. 

¿Acaso provocó Magomédov el descontento de los dirigentes de Rusia? Probablemente se podría responder de manera afirmativa a esta pregunta, ya que su mandato no vencía hasta febrero de 2015.

 En cambio, su dimisión se ha producido ahora, dos años antes de la fecha indicada. No obstante, su sustitución en el cargo se podría interpretar también como un ascenso.  Magomédov es ahora Jefe Adjunto de la Administración Presidencial rusa. 

Entre los cargos del nuevo presidente Abdulatípov destacan:  Presidente del Consejo de Nacionalidades del Soviet Supremo de Rusia, diputado de la Duma Estatal, viceprimer Ministro y Ministro Federal, miembro del Consejo de la Federación y embajador de Rusia en Tayikistán. 

Desde un punto de vista formal es un paso adelante y el expresidente de Daguestán continúa con su carrera a nivel federal. 

Pero si es así, ¿por qué las primeras declaraciones oficiales de su sucesor han sido marcadas por un destacado espíritu crítico en relación con la administración anterior? 

El nuevo presidente de Daguestán, Abdulatípov, se ha comprometido a destituir tanto al primer ministro de la República como a todo su gobierno. Tal promesa despierta una pregunta evidente: ¿a quién pretende nombrar su lugar? 

Prácticamente desde las primeras horas en su nuevo puesto, Abdulatípov comenzó a alentar expectativas exageradamente altas en los habitantes de la región. Afirma que podrá reducir al mínimo el clientelismo y la corrupción, el crimen organizado y el terrorismo. 

Pero recordemos que las turbulencias políticas en Daguestán no comenzaron ayer, ni anteayer, sino hace muchos años. Las características políticas y sociales del desarrollo de la más grande de las repúblicas de la región del Cáucaso Norte han estado fraguándose a lo largo de muchos años.  Cabe buscar las raíces de muchas de estas características en el período soviético e, incluso, en los tiempos del Imperio Ruso. 

El carácter político y social de la región no se configuró sólo gracias a la contribución personal a tal o cual líder del gobierno. Muchos factores de la realidad actual de Daguestán (la superpoblación, la escasez de tierras, la migración a las regiones vecinas) se han ido generando debido a la especificidad de los procesos de modernización y urbanización del Cáucaso, así como por la crisis de la forma de vida tradicionalmente rural del “País de las montañas” (que es el significado literal de la palabra “Daguestán”). 

Sea como fuere, cabe destacar que una de las ventajas del nuevo jefe del gobierno de la República es que está mucho mejor integrado que sus predecesores en  el sistema político general de Rusia. 

Abdulatípov es oriundo de Daguestán, procede del distrito de Tlyarata y pertenece a la etnia ávara, sin embargo, los principales éxitos de su carrera los alcanzó fuera de su patria chica. 

Desde que en el año 1988 se incorporara al Departamento de Relaciones Nacionales del Comité Central del PCUS, Abdulatípov nunca abandonó la escena política rusa. Entre sus cargos destacan ser miembro del parlamento, Presidente del Consejo de Nacionalidades del Soviet Supremo de Rusia, diputado de la Duma Estatal, viceprimer Ministro y Ministro Federal, miembro del Consejo de la Federación y embajador de Rusia en Tayikistán. 

No obstante, esta sucesión de cargos nunca le ha impedido conservar los lazos con su tierra natal. En 1991, Abdulatípov participó en la resolución del conflicto étnico entre los chechenos y los ávaros en Daguestán: fue el presidente de la comisión parlamentaria para la liberación de rehenes y desaparecidos durante el conflicto armado en Chechenia. Conoce la región, aunque no está integrado en las relaciones de clanes existentes.

 Aquí es donde la ventaja se convierte en un serio problema. El nuevo jefe de Daguestán no tiene su propio equipo. En las condiciones específicas del Cáucaso, semejante carencia deja atado de pies y manos a cualquier presidente de la República.

 A esa desventaja se suma el hecho de que Daguestán, a diferencia de las demás repúblicas vecinas de esta región, no tiene una “cadena de mando”. Más bien se trata de una estructura político-social formada por una compleja mezcla de grupos étnicos, marcados por diferentes tendencias del islam (sufíes, salafistas, “musulmanes informales” que intentan alejarse en la misma medida tanto de la actividad terrorista como de la jerarquía clerical oficial). 

Aquí los alcaldes (especialmente los que encabezan ciudades tan importantes como Majachkalá, Derbent, Jasaviurt o Kizliar), representan una fuerza independiente, a la que cualquier presidente de la República tendrá que tener en cuenta.  

Pero en este caso, lo más importante es el papel que juega Moscú. ¿Querrá el Kremlin apoyar y respaldar a su nuevo candidato, delegado a Daguestán para fortalecer la condición de Rusia como Estado Federal? De esto, en gran medida, depende el éxito del nuevo presidente de la República, pues muchos habitantes de Daguestán ven en Moscú un árbitro que viene a resolver complejas disputas y contradicciones. 

Serguéi Markedónov es investigador visitante en el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (Washington, DC).

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