Putin y Medvédev hacen campaña en Crimea a tres días de las elecciones

A tres días de las elecciones parlamentarias rusas, el presidente Vladímir Putin viajó hoy a Crimea, cuya participación en unos comicios de Rusia por primera vez desde la anexión en 2014 ha abierto una nueva brecha con Ucrania, que ha pedido a la comunidad internacional que no los reconozca.

Aunque formalmente el jefe del Kremlin está al margen de la batalla electoral, su visita a la disputada península, acompañado del primer ministro, Dimitri Medvédev, líder del partido Rusia Unida, no parece casual en estos momentos.

En la ciudad de Kerch, situada en la costa oriental de la península junto al estrecho del mismo nombre, ambos se reunieron con las autoridades locales para analizar "las medidas destinadas al desarrollo global de las infraestructuras de transporte" en la región.

El proyecto más importante es la construcción de un puente que una la península con la parte continental de Rusia a través del estrecho de Kerch, una obra que Putin ya ha calificado de "misión histórica".

"Le he pedido a Dmitri Anatólievich (Medvédev) que inspeccione cuidadosamente cómo van las obras en esta parte, en la parte crimea", dijo Putin, quien recordó que ya se han asignado 18.000 millones de rublos (unos 246 millones de euros) solo para este año.

Putin quiere que el puente esté listo para 2018, pese a la recesión que afecta a la economía rusa desde hace casi dos años, ya que la falta de conexión por tierra entre ambos territorios hipoteca el desarrollo económico de la región.

El puente, que tendrá una carretera con dos carriles por cada sentido y una vía férrea, era un proyecto conjunto ruso-ucraniano, pero tras el cambio de poder en Kiev en febrero de 2014 y la anexión de Crimea, Rusia decidió acometer por su cuenta el proyecto, con un coste previsto de 250.000 millones de rublos (unos 3.300 millones de euros).

Con su visita en estos momentos, el presidente ruso quiere explotar el sentimiento patriótico y la enorme popularidad que le dio la "reincorporación" de Crimea a Rusia tras una intervención militar no declarada y un referéndum no reconocido por Ucrania ni la comunidad internacional.

Por ello, las elecciones parlamentarias rusas en la península, donde hay censados unos 1,8 millones de votantes, abrió las últimas semanas una guerra de declaraciones entre Moscú y Kiev.

Ucrania anunció que boicoteará los comicios en su territorio, donde tradicionalmente los rusos podían sufragar en la embajada en Kiev y en consulados en otras ciudades.

El Ministerio de Exteriores ucraniano anunció que solo aceptará celebrar las elecciones a la Duma (Cámara baja) rusa si Moscú desiste de llevarlas a cabo en Crimea, y el presidente Petró Poroshenko llamó a la comunidad internacional a no reconocer los resultados allí.

Anoche se lo pidió al ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y al francés, Jean-Marc Ayrault, de visita en el país, y agradeció la decisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de la Comisión Europea de no enviar observadores para la jornada electoral en la península.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró hace unos días que a Rusia no le importa si otros Gobiernos reconocen o no las elecciones en Crimea, porque "es territorio ruso".

Y la Cancillería rusa insta, por su parte, a las autoridades ucranianas y a los observadores internacionales a garantizar la seguridad de las embajadas y consulados rusos en Kiev, Odessa, Járkov y Lvov para permitir votar a unos 150.000 rusos inscritos, según los datos oficiales.

Así las cosas, Crimea se ha convertido en otro campo de batalla electoral, donde la lista del partido del Kremlin, Rusia Unida, está encabezada por el dirigente de la península nombrado por Moscú, Serguéi Axiónov.

En la misma lista aparece la mediática fiscal general de Crimea, Natalia Poklónskaya, convertida en una celebridad por su belleza, juventud (35 años) y fuerte carácter.

Un tártaro de Crimea leal al Kremlin y un cosmonauta figuran igualmente en las listas de Rusia Unida.

Los líderes de la comunidad crimeotártara, exiliados en Kiev desde la anexión, han llamado a los habitantes de la península a boicotear unas elecciones que califican de "ilegítimas".

En otro golpe de efecto propagandístico, por uno de los distritos electorales crimeos se presenta una candidata de Rusia Unida, Svetlana Sávchenko, a quien califican de "nuestra Sávchenko crimea".

Y es que comparte el mismo apellido que Nadezhda Sávchenko, la piloto ucraniana encarcelada durante dos años en Rusia bajo acusación de haber asesinado a dos periodistas rusos durante el conflicto en el este del país y que fue liberada por canje recientemente convertida en una heroína nacional.

Varios grupos de derechos humanos han denunciado en Kiev que las autoridades de Crimea están presionando e intimidando a los electores para que acudan a votar, según informó Radio Libertad.

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