Rusia se congratuló hoy de que Alemania demostrara que no es rehén de Turquía al reconocer como genocidio la matanza de 1,5 millones de armenios cometida hace más de un siglo por el Imperio Otomano.
"Esto demuestra que Alemania no se encuentra en una situación en la que es rehén de Turquía", dijo el presidente del comité de Asuntos Internacionales de la Duma (cámara de diputados rusa), Alexéi Pushkov, a medios locales.
Pushkov considera que la resolución aprobada unánimemente por el Parlamento alemán "es una demostración de defensa de los principios que dice profesar la clase política alemana en el ámbito de los derechos humanos".
"En el plano político, esto demuestra que Alemania no está dispuesta a pisotear sus valores debido al acuerdo con Turquía", dijo, en alusión al acuerdo de inmigración suscrito entre la Unión Europea y Ankara.
Con todo, negó que "la demostración de independencia" por parte de Alemania sea "tan seria y profunda como para poner en duda el carácter especial de las relaciones entre Berlín y Ankara".
"Yo no exageraría las consecuencias de esta resolución para las relaciones germano-turcas. Ankara es un socio privilegiado de Berlín. De hecho, Berlín siempre ha apoyado en gran medida el acercamiento de Turquía a la UE, mientras Francia asumió una postura exclusivamente crítica", dijo.
En su opinión, para el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es mucho más importante conservar unas buenas relaciones con Alemania que tomar ahora alguna decisión precipitada que le enfrente a Berlín.
"Más aún cuando la resolución no menciona a ninguno de los actuales políticos turcos y no hay acusaciones contra las autoridades. Se trata de condenar el hecho histórico, que ya ha sido reconocido por muchos países del mundo", insistió.
El Parlamento alemán aprobó hoy prácticamente por unanimidad una resolución que reconoce como genocidio las matanzas de armenios que se iniciaron en 1915, al igual que asume su responsabilidad como aliado entonces del Imperio Otamano.
En respuesta, Turquía advirtió que dicha resolución "daña seriamente" las relaciones bilaterales tras lo que llamó a consultas a su embajador en Berlín, mientras Armenia, cuyo presidente, Serge Sargsián, viajó a Alemania, aplaudió la decisión.
Con ocasión del centenario del inicio de las matanzas, que Armenia celebró en abril de 2015, Ereván instó a Ankara a reconocer el genocidio, pero Erdogan se limitó a expresar sus condolencias a "los hijos y nietos" de los armenios masacrados.
Erdogan describió entonces el genocidio armenio como "tristes acontecimientos" acontecidos en el marco "de la Primera Guerra Mundial".
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