Uno de los dos pilotos del cazabombardero Su-24 del Ejército ruso derribado hoy por las Fuerzas Aéreas turcas ha muerto, mientras que el otro está en manos de militantes turcomanos de Siria contrarios al régimen de Bachar al Asad, aseguraron milicianos sirios a la emisora CNNTürk.
Los dos pilotos se lanzaron en paracaídas, lo que fue recogido por vídeos difundidos en medios turcos, pero uno de ellos murió, mientras que el otro fue capturado por milicianos turcomanos, señalaron "fuentes locales", citadas por la emisora turca.
Poco después del derribo del avión, dos helicópteros militares rusos se acercaron a la zona para buscar a los pilotos, pero los milicianos turcomanos no les dieron permiso de aterrizar, relataron las fuentes de CNNTürk.
Entre 20 y 25 minutos después del incidente empezó un intenso bombardeo ruso contra la zona, agregaron.
En este área, a unos 40 kilómetros al noreste de la ciudad portuaria de Latakia, donde se halla una base aérea rusa, y muy cerca de la frontera de la provincia turca de Hatay, se suceden desde ayer combates entre el régimen sirio y milicias turcomanas que cuentan con el respaldo de Ankara.
Esta mañana, las milicias turcomanas conquistaron tres colinas y siguen registrándose combates en torno a una cuarta, señala CNNTürk.
Ankara asegura que el avión, que cayó en territorio sirio cerca de la frontera turca, fue derribado porque violó su espacio aéreo y no hizo caso a diversas advertencias de la aviación turca.
Según un comunicado de la cúpula militar turca, un avión vulneró hoy sobre las 09.20 hora local (07.20 GMT) el espacio aéreo turco en la zona de Yayladag en la provincia de Hatay, a pesar las diez advertencias enviadas en un período de cinco minutos.
Moscú ha confirmado que su caza Su-24 fue abatido, pero sostiene que en ningún momento entró en espacio aéreo turco.
Expertos citados en la cadena CNNTürk creen que el caza ruso pudo atravesar una 'protuberancia' de terreno turco de apenas tres kilómetros de ancho en el extremo meridional de la provincia de Hatay, cercano a donde continúan los combates entre turcomanos y tropas de Damasco.
Los turcomanos, una minoría siria turcoparlante, reciben apoyo de Turquía, mientras que los aviones rusos respaldan al régimen de al Asad, lo que añade complicaciones diplomáticas a este incidente.
El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, tenía previsto llegar esta noche a Ankara para reunirse mañana con las autoridades turcas, informa la cadena CNNTürk, pero no está claro si esta visita se mantendrá después de lo sucedido hoy.
Mientras, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ordenó hoy a su Ministerio de Exteriores "dar pasos" ante la OTAN y la ONU, informa la agencia semipública Anadolu.
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