Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Francia, François Hollande, acordaron hoy romper el contrato de construcción y suministro de los dos portahelicópteros franceses del tipo Mistral.
Según informó el Kremlin en un comunicado, Francia ya transfirió a la parte rusa el dinero adelantado por el contrato firmado en junio de 2011, que, de acuerdo a las estimaciones de la prensa local, ascendía a unos 840 millones de euros.
Una vez Rusia reciba los equipos de comunicaciones instalados en dichos buques por los especialistas rusos, Francia podrá considerar de su propiedad los portahelicópteros, el primero de los cuales debería haber sido entregado hace un año.
"En Moscú consideran que el caso Mistral queda completamente cerrado", subraya la nota oficial.
Por su parte, según el Elíseo, el acuerdo fue alcanzado esta tarde por ambos mandatarios durante una conversación telefónica.
Rusia ya había dado hace semanas por anulado el contrato de entrega de los buques, que habían sido bautizados con nombres rusos -"Vladivostok" y "Sebastópol"- y cuya entrega fue suspendida en 2014 por Hollande a causa del papel de Moscú en el conflicto en Ucrania.
Los marineros rusos incluso realizaron maniobras a bordo de esos buques tanto en los astilleros de Saint Nazaire como en el mar Cantábrico.
Putin se había mostrado comprensivo con la actitud francesa, aunque recordó que el contrato es "un documento jurídico" y que, en caso de incumplimiento, esperaba que París devuelva el dinero adelantado.
Llegó a asegurar que el contrato fue un favor que Rusia le había hecho a Francia para mantener ocupados a sus astilleros, pero que, en realidad, la Armada rusa no los necesitaba.
En su momento, el expresidente francés Nicolás Sarkozy criticó la decisión de Hollande de suspender "sine die" la entrega de barcos militares a Rusia a causa de su papel en el conflicto del este de Ucrania, donde en abril de 2014 estalló una sublevación prorrusa.
Precisamente, el contrato fue suscrito en 2011 bajo la presidencia de Sarkozy, pero la entrega se frenó con el estallido de la crisis de Ucrania y las alegaciones occidentales de que Moscú apoya con armas y tropas a los separatistas prorrusos.
Este era el primer contrato de venta de buques de un país de la OTAN a Rusia, lo que generó gran inquietud entre los tres Estados bálticos exsoviéticos y Polonia, que temen que los Mistral pudieran amenazar su seguridad.
Los Mistral -de 199 metros de eslora y 32 de manga- tienen un desplazamiento con lastre de 32.300 toneladas, desarrollan una velocidad de hasta 18,8 nudos y pueden recibir hasta 16 helicópteros, unos 50 vehículos militares y medio millar de soldados.
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