Ucrania y Rusia vuelven a tensar la cuerda en su contencioso del gas

Ucrania suspendió hoy las compras de gas a Rusia, en una nueva vuelta de tuerca en su contencioso energético, que a medio plazo podría afectar a las exportaciones rusas de este carburante a los países europeos.

Ucrania suspendió hoy las compras de gas a Rusia, en una nueva vuelta de tuerca en su contencioso energético, que a medio plazo podría afectar a las exportaciones rusas de este carburante a los países europeos.

Aunque el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de la Unión Energética, Maros Sefcovic, aseguró hoy que el suministro de gas a Ucrania y la UE "no está en peligro", el conflicto podría tener consecuencias, si no se resuelve antes del invierno.

Moscú ya cortó el gas a Ucrania hace un año, también en pleno verano, ante la reiterada negativa de Kiev a pagar al menos una parte de la multimillonaria deuda que arrastra con el consorcio gasístico ruso Gazprom.

No obstante, al asomar el invierno, todos cedieron para garantizar el suministro de gas a Europa y Ucrania.

En octubre de 2014, Rusia, Ucrania y los veintiocho países comunitarios firmaron un acuerdo que blindaba el bombeo hasta marzo de este año, satisfacía la demanda de Kiev de pagar mucho menos por el combustible y garantizaba a Moscú el cobro de una parte sustancial de la deuda.

Gazprom aceptó entonces rebajar en 100 dólares el precio del gas, hasta los 248 dólares por cada mil metros cúbicos, una tarifa muy inferior a los 485 dólares que Moscú impuso a Kiev tras la caída del Gobierno de Víktor Yanukóvich en febrero de 2014.

"Ahora tenemos fuertes mecanismos de corriente invertida (de gas, europeo a Ucrania), estamos mucho más preparados para cualquier problema eventual con el suministro", reaccionó hoy Sefrovic a la noticia, en alusión a que ni Ucrania ni la Unión sufrirán déficit energético cuando llegue el frío.

Según el político comunitario, Polonia, Eslovaquia y Hungría, que revenden a Kiev el gas que compran a Rusia, tienen la "capacidad de llenar los depósitos gasísticos (ucranianos) antes del invierno".

Al parecer, Sefrovic se refirió a los depósitos subterráneos en la frontera entre Ucrania y los países de la UE, que cubren los picos de consumo cuando la demanda europea supera los volúmenes de gas que llegan desde Rusia a través del territorio ucraniano.

El acuerdo alcanzado en octubre de 2014 fue prorrogado por tres meses en marzo pasado, con idénticas condiciones, y expiró ayer después de que las partes no lograran reeditar el compromiso durante una reunión en Viena.

Moscú llegó con una oferta de precio final idéntica a la que regía desde octubre (247 dólares por mil metros cúbicos de gas) y con la firme intención de volver a prorrogar el acuerdo únicamente por tres meses.

Sin embargo, el descuento en concepto de aranceles incluido en esa oferta ya no era de 100 dólares, sino sensiblemente menor, dado que el valor real del combustible ha caído en los últimos meses, toda vez que su cálculo está ligado a los precios del petróleo.

La compañía ucraniana Naftogaz, que pretende conservar todo el descuento, declinó la oferta y, tras dar por terminadas sus compras de gas ruso, exigió a Moscú un acuerdo más allá de septiembre, "por lo menos hasta finales del primer trimestre de 2016".

A su vez, Gazprom anunció el cese de los suministros a Ucrania a partir de las 10.00 hora local (07.00 GMT) de hoy con el argumento de no haber recibido el adelanto por el mes de julio.

Desde el 1 de junio del año pasado, Rusia cobra por adelantado los suministros de gas al vecino país, debido a los impagos en que incurría la parte ucraniana.

La gasística ucraniana recordó que el conflicto sobre el precio del gas y los términos del contrato de suministros, denunciado como abusivo por Kiev, será resuelto de forma definitiva por el Tribunal de Arbitraje de Estocolmo, que se pronunciará previsiblemente en otoño del año próximo.

También Rusia ha interpuesto una demanda contra Kiev en ese tribunal para exigir a Naftogaz el pago de 4.500 millones de dólares que adeuda a Gazprom.

Ucrania cree que el contrato de suministro que rige las relaciones entre las dos compañías, firmado en 2009 por la entonces primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko y vigente hasta 2019, es abusivo y reclama al Arbitraje de Estocolmo su calificación como no acorde a derecho.

Mientras, Moscú recuerda que el contrato fue firmado por la máxima autoridad del Gobierno ucraniano, por lo que su legalidad no puede ser puesta en duda y debe ser cumplido a rajatabla por Kiev.

La cláusula más polémica de ese contrato, denominada como "coge o paga" (take or pay, en inglés), obliga a que Naftogaz pague anualmente hasta 2019 por un mínimo de 41.600 millones de metros cúbicos de gas, aunque haya importado menos.

Sólo por este concepto, el gigante gasístico ruso entiende que puede reclamar a Naftogaz 29.000 millones de dólares por el gas que ha rehusado comprar desde 2012.

La drástica disminución de la dependencia energética de Rusia es uno de los objetivos estratégicos del Gobierno de Kiev.

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, ha anunciado que su país importará de la UE la mitad, como mínimo, del gas natural que necesita para cubrir sus necesidades.

En los últimos meses, del total de las importaciones ucranianas de gas dos terceras parte provienen de la Unión Europea y sólo un tercio de la vecina Rusia, según datos de Naftogaz. 

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