Los cuerpos descuartizados de una mujer de
origen ruso y su hija de 12 años fueron hallados el miércoles en una
vivienda en la ciudad mexicana de Tijuana, informó hoy la Procuraduría
General de Justicia del Estado (PGJE) de Baja California.
La
PGJE está interrogando a miembros de la familia de las víctimas, indicó a
la prensa José María González Martínez, subprocurador contra la
Delincuencia Organizada de la Procuraduría.
Señaló que la
noche de ayer fueron descubiertos los restos de Yulya Masney Safonchik,
de 42 años y de origen ruso pero nacionalizada mexicana, y de su hija
Valeria Lechenko Masney, de 12, debido a que los vecinos reportaron
olores fétidos que salían de una vivienda en el fraccionamiento de
Playas de Tijuana.
En el interior de la casa, investigadores
de homicidios hallaron los restos de las dos víctimas dentro de bolsas
de plástico, ya que habían sido descuartizadas.
González
Martínez indicó que los cuerpos estaban en esas condiciones desde el
martes y fue ayer que los olores delataron su presencia.
Explicó que las primeras investigaciones revelaron que este caso podría
estar relacionado con el entorno familiar de las víctimas, e incluso la
hija mayor de Yulya y el padre de sus hijas fueron requeridos para ser
interrogados.
El funcionario comentó que existen indicios de que la hija mayor podría estar relacionada en los homicidios.
Agregó que aunque la hija mayor vivía en el mismo domicilio con su
madre y su hermana, cuando llegaron las autoridades no se encontraba en
el lugar, por lo que agentes de la PGJE se abocaron a localizarla y lo
hicieron cuando se encontraba con algunas amigas.
Estas
personas fueron igualmente presentadas ante las autoridades, pero con el
avance de las pesquisas se determinó que no tenían nada que ver en los
hechos y fueron puestas en libertad.
Tanto Yulya Masney como el padre de sus hijas son de origen ruso, pero las hijas son mexicanas.
El subprocurador aseguró que la hija mayor constantemente salía de su
domicilio e incluso fue varias veces reportada como desaparecida porque
los familiares temían que pudiera ser víctima de trata de personas,
pero se demostró que la joven se había ido por su propia voluntad porque
tenía problemas con drogas y en una ocasión fue localizada en el estado
de Sinaloa con amistades.
El padre, quien se dedica a
entrenar atletas en Tijuana, también está siendo interrogado y ha dicho
que no sabía de la muerte de Yulya y de su hija debido a que no vivía
con ellas, e incluso llegó a la vivienda cuando sus vecinos le
informaron de la presencia policiaca.
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