Ucrania cierra campaña electoral en medio de una nueva escalada del conflicto

Ucrania cierra hoy la campaña de las elecciones presidenciales en medio de una escalada del conflicto en el este rusohablante, donde los combates se han cobrado en las últimas 48 horas la vida de decenas de soldados y rebeldes.

Tras varios días de calma, el ataque rebelde de la madrugada del jueves contra un destacamento de las fuerzas gubernamentales en Lugansk ha amenazado la celebración de los comicios en esa región prorrusa y en la vecina Donetsk, ambas autoproclamadas repúblicas populares.

Los combates continuaron anoche y esta mañana en varios puntos de ambas regiones, incluido los bastiones rebeldes de Slaviansk y kramatorsk (Donetsk), y la localidad de Lisichinskaya (Lugansk).

La reanudación de los combates se produjo justo cuando el presidente interino, Alexandr Turchínov, había anunciado el inicio de la última fase de la ofensiva para limpiar el este de "separatistas-terroristas".

Según la Comisión Electoral Central, el jueves los insurgentes de Donetsk y Lugansk bloquean el trabajo de 18 de las 34 comisiones electorales, lo que pone en duda la celebración de la votación.

En ese caso, dos o tres millones de personas podrían verse privados del derecho al voto, lo que, sumado a la actual operación militar en el este, podría llevar a Rusia a no reconocer los resultados electorales.

Mientras, los candidatos prosiguen activamente una larga campaña que arrancó a finales de marzo y que ha estado ensombrecida por la tensión en el este del país.

El oligarca Petró Poroshenko se perfila como el gran favorito a la victoria en los comicios, según todas las encuestas, algunas de las cuales le dan como claro ganador en la primera vuelta.

Entre otras cosas, Poroshenko, uno de los hombres más ricos del país, ha prometido un estatus regional para el ruso, mayores competencias a las regiones, eliminar la figura del gobernador designado por Kiev, la posibilidad de celebrar referendos locales y normalizar las relaciones con Rusia en tres meses.

"El sureste de Ucrania es un mito inventado por el Kremlin", aseguró durante la campaña Poroshenko.

Mientras, la ex primera ministra Yulia Timoshenko parte como segunda en discordia, aunque muy lejos de Poroshenko, de acuerdo con los sondeos que le otorgan no más del 15 por ciento de los votos.

Fiel a su estilo, Timoshenko ha centrado su campaña en la lucha contra la corrupción y los oligarcas, en acusar a Rusia de agresión, pedir un aumento del presupuesto militar hasta el 5 por ciento y prometer el retorno de Crimea, anexionada por Moscú.

"El presidente ruso, Vladímir Putin, es el enemigo número uno de Ucrania", dijo al inicio de la campaña.

Además, ha abogado por el estatus oficial para el ruso, pero sólo en las regiones en la que su uso sea mayoritario, y ha prometido la pronta firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, antesala de un futuro ingreso.

Mientras se desconocen los planes de Poroshenko, que está de gira por las regiones, su principal rival cerrará hoy la campaña en Kiev con un debate electoral y su participación en el programa más popular de la televisión ucraniana.

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