El presidente ruso, Vladímir Putin, promulgó
hoy una ley que delega la responsabilidad por los conflictos étnicos a
las autoridades locales, a raíz de los recientes disturbios en Moscú por
el asesinato de un joven ruso presuntamente por un azerbaiyano.
Conforme a la nueva ley, el jefe de un municipio podría ser
destituido en caso de no prevenir "la discriminación étnica o religiosa"
o si no implementa una política de "inserción social y cultural de
inmigrantes", según informó el Kremlin.
La iniciativa llegó
después de los mayores disturbios callejeros de los últimos años que
sacudieron la semana pasada el suroeste de Moscú tras el asesinato del
ruso Yegor Scherbakov, de 25 años, supuestamente por el azerbaiyano
Orján Zeinálov Zajid-Oglí.
Las violentas manifestaciones de
carácter xenófobo en las que participaron entre mil y tres mil personas
obligaron a las autoridades capitalinas a lanzar una redada masiva
contra inmigrantes en Moscú.
La operación policial acabó con
detención de miles de inmigrantes en la capital rusa para "comprobar si
tenían sus papeles en regla".
Varios diputados rusos ya han
abogado por endurecer las políticas migratorias, lo que ya está haciendo
el Gobierno, que se propone combatir no sólo la inmigración ilegal,
sino también reducir el número de trabajadores extranjeros, en favor de
los rusos.
Recientemente, el primer ministro ruso, Dmitri
Medvédev, aseguró que el Gobierno no permitirá la formación de enclaves
étnicos en la capital o en otras ciudades, con el argumento de que eso
conduciría a la aparición de guetos como en Francia y el Reino Unido.
Mientras, los defensores de los derechos humanos advierten contra la
xenofobia en la sociedad, en la que el lema "Rusia para los rusos" ha
hecho añicos cualquier intento de convivencia entre los rusos y los
inmigrantes.
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