El primer ministro de Ucrania, Nikolái
Azárov, confirmó la intención de su país de firmar el Acuerdo de
Asociación con la UE, pero también reiteró que Kiev no quiere renunciar a
sus privilegiadas relaciones comerciales con Rusia, a pesar de que
tanto Bruselas como Moscú insisten en lo contrario.
"He
insistido más de una vez y seguiré insistiendo en que estos proyectos de
integración (la Unión Europea y la Unión Aduanera integrada por Rusia,
Bielorrusia y Kazajistán) no deben ponerse en contraposición. Al
contrario, hay que aprovechar las vías óptimas de cooperación" entre
ambos, dijo Azárov durante el Consejo de Ministros de su Gobierno.
El primer ministro ucraniano no desiste ni dos días después de que se
lo dejaran prácticamente por imposible en Moscú, donde se reunió con su
homólogo ruso, Dmitri Medvédev, y también con otros altos cargos de
Rusia.
Al término de aquella reunión, el viceprimer ministro
ruso, Igor Shuválov, aseguró a los medios que Ucrania no puede
integrarse en el ámbito comercial con la UE y con la Unión Aduanera (UA)
al mismo tiempo, y calificó de "sinsentido" continuar las negociaciones
con Kiev sobre este asunto.
Tras reiterar que "debe tomarse
como una realidad que tras la firma del Acuerdo de Asociación con la UE
Ucrania creara una zona de comercio libre" con los Veintiocho, Azárov
señaló que el país adapta sus acciones para no tener ninguna limitación
en el comercio con su vecina Rusia y los otros dos socios de la UA.
"El objetivo de Ucrania es incrementar el volumen y la calidad de las
relaciones económicas ucraniano-rusas. Trazar líneas separadoras no es
de interés para nuestros pueblos. (...) Nuestro objetivo es favorecer el
incremento del intercambio comercial entre Ucrania y Rusia, entre
Ucrania y la Unión Aduanera", subrayó Azárov.
El lunes, las
autoridades rusas reiteraron que si Ucrania firma el Acuerdo de
Asociación con Bruselas, Rusia tomará medidas de protección que podrían
ir desde "métodos específicos para el control aduanero hasta una tarifa
aduanera única para todos los productos procedentes desde el territorio
de Ucrania", según Shuválov.
Moscú teme que la zona de libre
comercio entre Ucrania y la UE encierra el riesgo de que algunos
productos europeos entren en territorio ruso de manera incontrolada o
que desplacen la producción autóctona ucraniana al territorio de UA al
ser más baratos y de mayor calidad.
Aparentemente ajeno a las
advertencias de Moscú, Azárov recalcó que Rusia y Ucrania deben basarse
en los principios de la Organización Mundial del Comercio para resolver
sus diferencias.
Ucrania, con una economía que depende en gran
medida de su cooperación con Rusia, no se resigna a buscar una relación
comercial privilegiada con sus dos vecinos por mucho que le indiquen
que no es posible tanto en Moscú como en Bruselas.
A pesar que
Bruselas no ha dejado de remarcar lo contrario una y otra vez, los
ucranianos creen que el Acuerdo de Asociación con la UE no les impide
integrarse también en la Unión Aduanera.
Mientras, la
oposición proeuropea ucraniana denuncia que Rusia ha declarado una
guerra comercial al país vecino para impedir su integración comercial
con la UE.
Recuerda que a los desorbitados precios que paga
Ucrania por el gas ruso, muy superiores a los que pagan por el mismo
carburante otros países europeos, se han sumado recientemente otros
conflictos comerciales entre Moscú y Kiev.
A mediados de este
mes, la Federación de Empleadores de Ucrania (FEU) denunció que Rusia ha
bloqueado las exportaciones ucranianas mediante la introducción de
revisiones aduaneras exhaustivas que amenazan con paralizar los
suministros.
La FEU estima que sólo en la segunda mitad de
2013, esta política aduanera de Rusia podría suponer pérdidas para los
exportadores ucranianos de entre 2.000 millones y 2.500 millones de
dólares.
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