Más de 300 trabajadores del Bolshói apoyan al detenido por el ataque a Filin

Más de 300 trabajadores del Teatro Bolshói de Moscú han firmado una carta publicada hoy en apoyo al bailarín Pavel Dmitrichenko, en prisión preventiva por organizar presuntamente el ataque con ácido al director de ballet del teatro, Serguéi Filin.

Los firmantes están "convencidos de que las diferencias con Filin, relativas a su dirección artística y su política de personal en el ballet, no pueden haberse salido del marco legal".

El escrito resta valor a la confesión del propio detenido sobre su implicación en el delito, y los firmantes señalan que "las conclusiones de la instrucción nos parecen precipitadas, las pruebas poco concluyentes y la confesión (inicial) de Pavel, que cambió posteriormente, es el resultado de una fuerte presión".

Dmitrichenko, de 29 años, confesó, tras ser detenido ante las cámaras de televisión, la autoría intelectual de la agresión a Filin, pero cambió su declaración al día siguiente, durante la vista judicial del pasado jueves en la que se decidió de medida cautelar su prisión preventiva.

Cargó entonces la responsabilidad del brutal ataque al ejecutor material del mismo, Yuri Zarutski, que en la noche del 17 enero pasado arrojó ácido en la cara a Filin, causándole graves quemaduras en el rostro y los ojos que obligaron a practicarle tres cirugías oculares.

Durante la vista judicial, aseguró que tan solo había aceptado que Zarutski le diera una paliza a Filin.

El propio Zarutski negó, a su vez, durante un interrogatorio que Dmitrichenko le hubiera encargado el ataque y asumió toda la responsabilidad.

En la carta dirigida entre otros al presidente de Rusia, Vladímir Putin, los firmantes piden la creación de una comisión de investigación independiente "para aclarar los causas que han ocasionado esta tragedia".

"Después de conocer a Pavel (Dmitrichenko) durante muchos años, estamos seguros de que, a pesar de su carácter temperamental, directo y fuerte, es una persona honesta, compasiva y siempre dispuesta a ayudar", recalca la carta.

Mientras, sobre los motivos que habría tenido Dmitrichenko para encargar el ataque, oficialmente la policía se ha limitado a señalar que el bailarín sentía antipatía personal hacia Filin por motivos profesionales.

Fuentes policiales anónimas citadas por la prensa rusa indicaron que el bailarín le tenía inquina al director porque consideraba que relegaba a un segundo plano y no promovía debidamente a su esposa, la joven solista Angelina Vorontsova, una de las estrellas ascendentes del Bolshói.

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