Anna Galaida RBTH

Maya Plisétskaya: bailarina y musa de las artes

El 20 de noviembre Maya Plisétskaya habría cumplido 90 años. Fue una gran bailarina cuya creatividad nunca se limitó al ballet. En los tiempos de la Guerra Fría parecía no conocer fronteras y fue reconocida a nivel mundial como canon del ballet ruso.

Sin embargo, abarcó mucho más que el ballet, y su estilo marcó época durante medio siglo. Era una persona extraordinaria alrededor de la cual querían encontrarse todas las grandes estrellas de su época. Su huella ha quedado plasmada en la moda, en el arte y en el cine. Falleció el pasado 2 de mayo en Múnich.

Plisétskaya y el cine

El virtuosismo de Plisétskaya era visible desde su más temprana infancia. Ella misma recordaba cómo, incluso antes de empezar a estudiar en la escuela, salió corriendo de casa y escuchó el vals del ballet de Léo Delibes Coppélia a través de los altavoces que había en la calle.
La música la cautivó de tal forma que, abstraída de todo, empezó a dar vueltas.
Pero lo más sorprendente no fue eso, sino que su madre —que era, por cierto, una estrella de cine mudo y pertenecía a una de las más reconocidas dinastías de teatro moscovitas— la encontró entre la multitud y contempló con entusiasmo el baile improvisado de la pequeña.

La tía de Plisétskaya, Sulamish Messerer, una estrella del Teatro Bolshói, le dio a su sobrina sus primeras clases de ballet y la oportunidad de hacer su primera representación, Muerte del cisne, con tan solo siete años. Por entonces ya había notado la agilidad de la que gozaban sus manos y la penetrante mirada de sus enormes ojos oscuros.

Luego llegó la fama, y se convirtió en la estrella del mayor teatro de Moscú. Tras una representación del Lago de los cisnes, Marcello Mastroianni se coló entre bastidores con lágrimas en los ojos simplemente para decir: "Los actores somos tan pobres que solo tenemos la mímica y los gestos, pero tú, Maya, hablas con todo el cuerpo".

"Anna Karénina" Aleksandra Zarji.
No es de extrañar que Plisétskaya hubiera llamado la atención de los cineastas. Su actuación como la princesa Betsi Tverskaya en la versión cinematográfica Anna Karénina, dirigida por Alexander Zarji puede competir por su carácter expresivo con sus actuaciones en el ballet. Sin embargo, esta no fue la única experiencia cinematográfica de la bailarina. También hizo de cantante Désirée Artôt en Chaikovski, y de musa de Čiurlionis en el filme "Zodíaco".

Plisétskaya y las artes visuales

A juzgar por el número de cuadros y esculturas con la imagen de Plisétskaya, se podría llegar a pensar que es una gran musa. Su expresión, las líneas de su singular cuello y de sus manos que parecían no tener fin se pueden encontrar en las obras de los mejores maestros, e incluso en dibujos hechos por niños. Marc Chagall le hacía retratos mientras ella estaba descalza e improvisando al son de las sintonías de Mendelssohn.
Más tarde, Plisétskaya se vio en el gran lienzo de la Ópera Metropolitana de Nueva York. El Cisne de Plisétskaya se convirtió en un símbolo: la escultora soviética Elena Yanson-Manizer, para quien el arte de la bailarina sirvió de inspiración muchos años, lo capturó en estatuillas; Nadia Léger lo capturó en sus mosaicos; e incluso también el grafitero brasileño Eduardo Cobra, cuyas obras decoran una de las casas cerca del teatro Bolshói, en el jardín moscovita que hace poco se renombró en honor a Plisétskaya.

Plisétskaya y la moda

A la izda: Plisétskaya junto a Yves Saint Laurent. A la derecha arriba: Plisétskaya junto a Pierre Cardin.
Cuando las mujeres soviéticas tenían que ataviarse con percal, Plisétskaya impresionaba por su extravagancia. Fue la primera entre las bailarinas de la URSS en conseguir, gracias a sus giras por el extranjero, trajes elásticos para las clases y maletas de ostentosos tejidos para los tutús.


En París, Elsa Triolet —escritoria y esposa de Louis Aragon, y hermana de Lilia Brik— le enseñó a Plisétskaya las tendencias de moda. Coco Chanel invitó a la bailarina a su moderna casa y le ofreció un traje de su colección a su elección. Yves Saint Laurent y Jean-Paul Gaultier eran quienes le hacían los vestidos. En 1960, entre joyas y pieles, los fotógrafos de culto Richard Avedon y Cecil Beaton le hicieron una sesión fotográfica.
"La vi en Carmen y me enamoré a primera vista" , reconocía Pierre Cardin
En 1971, durante el festival de Aviñón, Nadia Léger le presentó Pierre Cardin a Plisétskaya. "La vi en Carmen y me enamoré a primera vista", —reconocía el modisto. La bailarina fue su musa durante décadas. Le hizo más de treinta vestidos sin pedirle nunca más que su amistad, al tiempo que ella le guardaba absoluta fidelidad impresionando al público con sus increíbles vestidos de cola. "Es un genio. Cardin ha hecho mis trajes para el teatro y el cine. ¡Son unos regalos sin igual!" Dichos vestidos de irrepetible belleza se encuentran actualmente en el museo de Bajrushin de Moscú. En 1998 Plisétskaya y Cardin presentaron un espectáculo conjuntamente en el Kremlin llamado "Moda y danza".


Trabajó también con el modisto soviético Slava Zaitsev, al cual eligió para hacer sus vestidos para su ballet de Anna Karénina. Más tarde Slava recordaba: "Se hicieron más de doscientos diseños. Muchos le gustaron a Maya, pero no tanto a Shchedrín. La discusión llegó hasta la ministra de cultura Furtseva, que me exigió aceptar una avenencia que yo rechacé. Pierre Cardin continuó haciendo los trajes para ballet".

Plisétskaya y el deporte

En Múnich, donde vivieron Plisétskaya y Shchedrín las últimas décadas, era más fácil encontrar a la pareja en el estadio que en la ópera.
Cuando estuvieron en la ciudad, no se perdieron ni un partido de fútbol. Se podría decir que este fue el único lugar del mundo donde la gran bailarina seguía siendo desconocida. "Los aficionados al fútbol no me conocen.

Me gusta el fútbol, pero es un amor unilateral". Durante toda su vida a Plisétskaya le gustó el deporte. "Es una gozada, —decía ella. —Los futbolistas son los gladiadores de nuestro tiempo, tan fantásticos, vigorosos ¡y con qué técnica!"

En la época soviética ella era del CSKA de Moscú. En un álbum de Pierre Cardin dedicado a Plisétskaya se pueden encontrar sus fotografías con Michel Platini.

Texto Anna Galaida
Fotos : Miajaíl Pochúev, Nikolái Kuleshov, Vladímir Kiselev/TASS; Aleksandr Makarov, V. Málishev, Dmitri Donskói, A. Kniázev, Vladímir Rodiónov, Ígor Mijalev, Serguéi Piatakov/РRia Novosti; Corbis/East News; Getty Images
Editor de fotografía : Slava Petrákina
Diseño: Ekaterina Chipurenko
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