El difícil camino de los vinos mexicanos en Rusia

Alamy/Legion Media
El pasado verano se hicieron públicos los planes para Rusia por parte de la agencia de promoción de las exportaciones mexicanas, PROMÉXICO, en los cuales, además de los habituales suministros de tequila y cerveza, también estaba presente el vino mexicano.

“Considerando nuestra oferta y la demanda rusa hay posibilidades de aumentar la exportación de vino desde México. Podemos competir aquí en las mismas condiciones que Europa y EE UU”, informó la agencia RIA Novosti citando declaraciones de PROMÉXICO.

Los expertos rusos consideran que los productores de vino mexicanos pueden encontrarse con serias dificultades en la promoción de sus productos en el mercado ruso. Aunque el propio mercado está abierto y no hay obstáculos formales, se requieren considerables inversiones sin que haya ninguna garantía de que se vayan a obtener buenos resultados.

“Nunca he oído nada sobre el vino mexicano. El vino es un asunto delicado. Por ejemplo, los alemanes empezaron a hacerlo hace unos 20 años. Y solo ahora se empieza a decir que su vino es más o menos aceptable. Se necesita experiencia”, afirma Andréi Altunin, director de “Pívnaya kompaniya” a RBTH el director de la compañía.

Las opiniones son similares entre otros rusos que nunca han oído que México tuviera sus propios viñedos.“Para la mayoría de los rusos, México se percibe como el país del tequila”, confirma Vadim Drobiz, director del centro “Tsifra” de investigaciones de mercado. “Ni los pobres ni los ricos lo perciben como un país vinícola. Es posible que en algún futuro se vendan algunas cantidades de vino mexicano en Rusia, pero para ello habrá que emplear de 10 a 20 años”, dice al comentar los planes de los productores mexicanos en una conversación con RBTH.

Aparte de la falta de cualquier tipo de información sobre los tipos y marcas de vino mexicanos, la situación se complica por la crisis económica internacional, que comenzó en 2008 y, en opinión de Drobiz, aún no ha terminado. Antes de la crisis, al mercado ruso llegaba vino de numerosos países. Pero desde que comenzaron las dificultades económicas, el mercado prescindió inmediatamente de los proveedores más exóticos. Para las redes comerciales, lo más sencillo fue ofrecer sus superficies a marcas conocidas en Rusia y no ocuparse de promocionar productos poco conocidos.

También ha cambiado la estructura de la demanda. “Normalmente, cuando hay crisis desciende el consumo de bebidas alcohólicas de baja graduación: cerveza, vino y otras, y aumenta la demanda de alcohol de alta graduación, sobre todo el barato. También hay una reducción de marcas. Y uno de los factores de esta situación en el mercado es que los consumidores dejan de comprar productos exóticos”, señala Drobiz.

Tampoco la reciente devaluación del rublo tuvo un mejor efecto sobre la demanda potencial. Ahora, en la venta al por menor en Rusia, una botella de Chablis francés de tres años se ha encarecido aproximadamente hasta los 1.200 o 1.300 rublos (alrededor de 17 o 18 euros). Según el tipo de cambio del rublo de marzo del año pasado, equivale a cerca de 40 dólares (unos 35 euros) por botella. Antes de la crisis, el vino tenía ese precio no en la venta al por menor, sino en los restaurantes.

Como resultado, la demanda de productos de importación ha caído y su lugar ha sido ocupado por vinos rusos, incluidos los de Crimea.

Por cierto, la producción de Crimea no hará sino aumentar, y este factor también deberá ser tenido en cuenta por los productores mexicanos. “Durante su período ucraniano, Crimea funcionaba principalmente como un gran dispensador de vino barato. Importaban vino, incluyendo del extranjero, y fabricaban los suyos propios. Ahora han empezado a plantar viñedos, pero solo darán frutos dentro de cinco años. Después de esto empezará a aumentar la producción”, explica Drobiz.

Según su estimación, en Rusia actualmente solo el 25-30% de la población consume alcohol de importación. El resto simplemente no tiene dinero para ello. “Incluso si los mexicanos trajeran aquí su vino, tendrán que invertir mucho dinero; hace falta una campaña de publicidad gigantesca. Además, en Rusia, la máxima atención es para el vino propio”, señaló.

Drobiz también se mostró escéptico en relación con las perspectivas de aumentar la exportación de alcohol de alta graduación desde México. Recordó que, en el segmento de alcohol de alta calidad, el tequila ya está promocionado al máximo. Además, la moda de esta bebida ha ido pasando. Hace unos seis años, pequeñas empresas comenzaron a llevar tequila a Rusia, incluso por encargo. “El tequila solo podrá venderse a cantidades mayores que las actuales cuando la población pueda permitirse pagar por precios altos”, subrayó el experto.

Sin embargo, a pesar de toda una serie de factores negativos, existen muchos ejemplos de productos que han entrado con éxito en el mercado ruso. Hace unos 15 años, por ejemplo, eran pocos los que conocían el Beaujolais Nouveau francés, y ahora en Rusia este vino se compra de forma bastante abundante.

Si los comerciales mexicanos logran encontrar el camino al corazón del público ruso o crear una moda, tendrán la oportunidad de promocionarse a pesar de todo. Además, en el mercado siempre hay nichos más o menos vacíos. En opinión de Altunin, por ejemplo, hay pocos vinos tintos secos y con cuerpo. Aunque es cierto que los rusos, en su opinión, prefieren un dulzor moderado en el sabor del vino. “Prefieren los vinos semidulces y semisecos”, señala.

 

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