Irina Zviagélskaia, profesora del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú y principal colaboradora científica del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias, considera que la operación, tras reforzar la posición de Asad y su ejército, ha impulsado a la comunidad internacional a las negociaciones. "La intervención rusa permitió cambiar el equilibrio de fuerzas, y precisamente gracias a este cambio se abrió el camino hacia las negociaciones", dijo Zviagélskaia a RBTH. "Las negociaciones se desarrollan con dificultad, pero solo tras la intervención rusa fueron realmente posibles".
Además, Zviagélskaia señala que el conflicto sirio ha mostrado que Rusia y EEUU, a pesar de sus difíciles relaciones, pueden colaborar y llegar a una comprensión conjunta de la situación en cuanto a las cuestiones fundamentales. Otro de los logros alcanzados, en opinión de la experta, es que Rusia consiguió evitar el derrocamiento violento del gobierno sirio, lo que podría haber llevado el país al caos absoluto, como sucedió con Libia.
La opinión de Zviagélskaia es compartida por el arabista Leonid Isáiev, catedrático de politología en la Universidad Nacional de Investigación y Escuela Superior de Economía. Isáiev señala otro resultado positivo de la operación rusa: "Actualmente, la situación ya no es de una guerra relámpago del Estado Islámico sobre los territorios de Siria e Irak", explicó a RBTH. "Más bien, la situación actual consiste en que el Estado Islámico intenta mantener los territorios que antes había conquistado".