Rusia dispuesta a reincorporarse al G8

Vladimir Putin junto a Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en una reunión con Frank-Walter Steinmeier, ministro de Exteriores de Alemania en el Kremlin de Moscú.

Vladimir Putin junto a Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en una reunión con Frank-Walter Steinmeier, ministro de Exteriores de Alemania en el Kremlin de Moscú.

Reuters
Rusia vuelve a estar en la agenda de los países del G7. En vísperas de la cumbre del G7 el próximo mes de mayo, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, ha propuesto el regreso de Rusia a este formato.

“Es evidente que ningún conflicto internacional importante puede resolverse sin la participación de Rusia”, declaraba el ministro Steinmeier el pasado domingo en una entrevista para la agencia DPA en la que enumeraba las condiciones de este regreso.

En primer lugar, Rusia debe aportar todos sus esfuerzos para conseguir la resolución política de la crisis en Ucrania; además, debe mostrar una actitud constructiva en el restablecimiento de la paz en Siria.

Muchos expertos habían previsto que Rusia volvería a ser invitada a este grupo un año y medio o dos después de ser expulsada. ¿Pero es realmente cierto que vuelven a aceptar a Rusia en esta plataforma?

Según señala en una entrevista para RBTH Leonid Gúsev, investigador del centro de análisis del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, Steinmeier representa al Partido Socialdemócrata de Alemania, en el que muchos directivos, comenzando por el excanciller Gerhard Schröder, siempre han mostrado una opinión bastante positiva sobre Rusia.

Además, los socialdemócratas no lideran el gobierno, ya que forman una coalición con los conservadores. “Por tanto, no se trata ni mucho menos de la única opinión existente en Alemania. La decisión definitiva debe tomarla Angela Merkel y su gabinete, y esto teniendo en cuenta únicamente a Alemania”.

No obstante, algunas fuentes han destacado que las declaraciones de Steinmeier no son casuales, sino que se trata de una señal para Rusia que llega en un momento muy oportuno.                      

El deshielo en varias plataformas

Además de Alemania, forman parte de este club los EE UU, Francia, Italia, Canadá, Reino Unido y Japón. En 2014 debido a la crisis ucraniana y a la reunificación de Crimea, los países decidieron no acudir a la cita de Sochi, dando por finalizada una participación de muchos años en este formato.

Actualmente, Alemania no es la única que podría apoyar la idea de su regreso: “Casi todos los países del G7 contemplan de un modo u otro la cooperación con Rusia como algo muy importante. Posiblemente EE UU se encuentra ante una situación más difícil, ya que la presidencia de Obama está a punto de finalizar, por ahora no se sabe qué pasará, por lo que puede que el presidente prefiera no dar según qué pasos simbólicos a corto plazo”, comenta Serguéi Utkin, director de la sección de valoraciones estratégicas del Centro de Análisis Situacional de la Academia Rusa de Ciencias. Italia y Francia son los miembros que más interés han mostrado por el acercamiento con Moscú, señala el experto.

Según aseguran los expertos entrevistados por RBTH, lo más probable es que ninguno de estos países se apresure a dar ningún paso en esta dirección. De todos modos sigue siendo necesario un progreso visible en el ámbito en el que surgieron las condiciones para expulsar a Rusia, es decir, en Ucrania.

Algunos expertos rusos ven en el nuevo gobierno ucraniano ciertas esperanzas, ya que este podría ocupar una postura realmente dirigida a resolver rápidamente este doloroso conflicto en el sureste del país.

Además, se vislumbra un deseo real de propiciar el regreso de Rusia a distintos formatos de negociación con Occidente. “En estos momentos se están llevando a cabo negociaciones concretas para celebrar una asamblea entre embajadores de Rusia y la OTAN”, recuerda Utkin. Esta colaboración también quedó congelada en 2014. “Y aunque en sí mismo este encuentro no puede propiciar ningún avance demasiado significativo, la tendencia de conservar las plataformas de negociación es evidente”, constata el experto.

“Correr no es nuestro estilo”

En cuanto a Rusia, por ahora no resulta tan sencillo prever su respuesta en el caso de que la vuelvan a invitar a formar parte del G7. Hay varias opciones posibles.

“Ahora Europa debe convencernos de que necesitamos al G8”, declaraba para RBTH el miembro del comité de la Duma Estatal para los Asuntos Internacionales Román Judiakov.

“Las sanciones contra la Federación Rusa nos han enseñado, en primer lugar, a pensar en el futuro. Nuestro país se ha visto ante graves problemas por culpa de su dependencia de Europa. Así que por ahora seguiremos reflexionando y, posiblemente, desarrollaremos nuestros propios formatos”, opina el diputado.

No obstante, según Gúsev esta es la opción menos probable de todas. Rusia formó parte de esta organización durante mucho tiempo y nunca se ha desvinculado definitivamente. De hecho, la cuestión del prestigio sigue siendo importante, a pesar de todas las declaraciones acerca de que el “G7/G8” es cosa del pasado.

Por supuesto, la idea no es correr detrás del G8, “correr no es nuestro estilo”, admite Utkin.  Pero en estos momentos queda claro que existe un deseo de formar parte del formato más exclusivo que existe.

Incluso antes de que surgiera el problema entre Rusia y Ucrania, muchos expertos opinaban que el G20 acabaría remplazando al G8, ya que en él se encuentran China y la segunda economía del mundo, India, así como otros importantes mercados. Pero por ahora ambas cumbres tienen sus competencias. “El G20 prácticamente no se encarga de algunas cuestiones, como la seguridad internacional, que se trata más en el G8”, señala Utkin.

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