La salida de Yatseniuk, una victoria psicológica para Moscú en Kiev

Arseni Yatseniuk.

Arseni Yatseniuk.

Reuters
La dimisión del primer ministro ucraniano es otro paso más de la profunda crisis política por la que atraviesa el país. Los expertos rusos consultados no creen que su salida vaya a mejorar sustancialmente las relaciones con Rusia, aunque sí supone un cambio psicológico. El más reforzado por la nueva situación es el presidente Petró Poroshenko.

Arseni Yatseniuk, primer ministro de Ucrania, anunció su dimisió el pasado 10 de abril. Hoy se debate en la Rada Suprema (el Parlamento) la formación de un nuevo gobierno. Al parecer  el actual presidente de la Rada, Vladímir Groisman, cercano al presidente Petró Poroshenko, es el que más opciones tiene para encabezar el nuevo ejecutivo.

Yatseniuk que subió al poder tras los sucesos de Maidán, nunca fue de especial agrado para los políticos rusos, sobre todo por sus fuertes declaraciones contra Rusia y su gobierno. Su salida no ha provocado

Dmitri Peskov, secretario de prensa del presidente, declaró: ""El señor Yatseniuk no será recordado por su gran aporte a la normalización de las relaciones entre nuestros países, ni tampoco a la resolución de la crisis ucraniana".

Los expertos rusos señalan que la salida de Yatseniuk no va a cambiar sustancialmente las relaciones bilaterales, aunque tiene un considerable significado psicológico. Con la salida de Yatseniuk, se espera que queden atrás "la histeria y la intensidad emocional de las autoridades ucranianas respecto a Rusia", explica Vladímir Zharijin, del think tank Instituto de los CEI.

Desde el Kremlin se subraya que con la renuncia de Yatseniuk esperan que haya progresos para poder avanzar en la implementación de los acuerdos de Minsk, la hoja de ruta acordada por Rusia, Ucrania, Francia y Alemania para pacificar el este del país.

Aunque los expertos consultados creen que es poco probable esperar cambios positivos. La salida de Yatseniuk no cambia el equilibrio de fuerzas en Kiev, considera Ígor Bunin, director del Centro de Tecnologías Políticas. El nuevo gobierno estará conformado por una coalición de dos partidos: el Frente Popular, de Yatseniuk, y el Bloque de Petró Poroshenko. Carecen de la mayoría constitucional necesaria para, según Bunin, "resolver gran cantidad de problemas, entre los que se encuentra el de Donbass".

Según los acuerdos de Minsk, Ucrania se comprometió a realizar cambios constitucionales acerca del estatus de Donbass. Estos cambios tienen que ser aprobados por una mayoría cualificada, es decir, dos tercios de los votos. Según este analista, en caso de que Poroshenko quisiera implementar los acuerdos de Kiev, sería incapaz de conseguir este apoyo entre los diputados. La mayoría de los parlamentarios ucranianos tienen posiciones más radicales y se niegan a aceptar lo acordado en Minsk acerca del estatus de las regiones orientales del país.

Consolidación del poder en manos de Poroshenko

La salida de Yatseniuk no acaba con la crisis política que desde hace meses tiene lugar en Kiev. Una de las consecuencias será el fortalecimiento de la posición del presidente Poroshenko. El candidato con más posibilidades para convertirse en primer ministro,  Vladímir Groisman, fue durante años el alcalde de Vinnitsa, lugar de nacimiento de Poroshenko y es afín al mandatario. Sin embargo, los analistas discrepan acerca las consecuencias de esta consolidación del poder en manos del presidente.

Zharijin cree que la salida de Yatseniuk supone un debilitamiento de los grupos proestadounidenses en la política ucraniana. En este sentido, a partir de ahora es más probable que la presión europea sobre Kiev sea más efectiva, sobre todo a la hora de presionar para que implemente los acuerdos de Kiev.

No lo cree así Pável Sviatenko, del Instituto de Estrategia Nacional, para quien Poroshenko no está interesado en la implementación de los acuerdos de Minsk y en realidad pretende resolver la crisis de Donbass por la fuerza. La salida de Yatseniuk podría darle más oportunidades para ello.

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