La doctrina de la guerra híbrida de la OTAN

Reuters
La doctrina de la guerra híbrida adoptada por los miembros de la OTAN puede suponer una vuelta de tuerca más a la tensión mutua.

Los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la OTAN se reunieron la semana pasada en Bruselas y adoptaron una nueva estrategia de guerra híbrida que tiene como objetivo los llamados “pequeños hombres de verde”  que se hicieron famosos tras su intervención en Crimea en 2014.

Los edificios más relevantes fueron tomados por hombres con uniformes verdes sin ningún distintivo. La OTAN ha establecido que si vuelve a producirse la aparición de “pequeños hombres de verde” en algún estado miembro, se activará automáticamente el artículo cinco de la Alianza, que implica que si hay un acto de agresión a un miembro hay una acción militar conjunta.

La revista NATO Review cita al ministro de Asuntos Exteriores de Eslovaquia: “A diferencia de lo que ocurre en la guerra convencional, el “centro de gravedad” de la guerra híbrida es un sector determinado de la población. El enemigo trata de influir sobre los estrategas políticos más destacados y sobre los principales responsables de la toma de decisiones combinando la presión con operaciones subversivas. El agresor a menudo recurre a actuaciones clandestinas para no asumir la responsabilidad o las posibles represalias. Sin la existencia de pruebas fehacientes resultará difícil que la OTAN acuerde realizar una intervención”.

¿Es verdaderamente una respuesta a los cambios en el modo de librar una guerra o todo esto no es más que palabrería vacía? En declaraciones a RBTH, Leonid Ivashov, general retirado, presidente de la Academia de Análisis Geopolítico y un antiguo interlocutor clave en las relaciones con la OTAN, declaraba que esta noticia no debe tomarse a la ligera.

“El concepto de guerra híbrida es un elemento más en la política de contención de Rusia. El pasado mes de febrero, la Estrategia de Seguridad Nacional adoptada en EE UU establecía que no había alternativa a la primacía estadounidense y que no era posible un mundo multipolar. En este documento, Rusia se menciona en, al menos, una docena de ocasiones como la principal amenaza para la seguridad de la humanidad.

¿Es realmente nuevo el concepto de guerra híbrida?

“La novedad es relativa, porque las estrategias existentes en EE UU ya estipulan un conjunto de medidas que preceden a la acción militar. Estas medidas tienen como objetivo debilitar un gobierno determinado y crear inestabilidad. Incluye operaciones subversivas con el sistema financiero como objetivo, tareas de sabotaje del sistema administrativo, etc.”, explica Ivashov.

Además, añade que “Rusia está siendo sometida a una fuerte presión política y psicológica que le hace sentir inferior, una especie de país ‘menor’ entre los ‘veteranos’ de la OTAN. Esto también va dirigido al público interno de cada país para mostrarle que la OTAN está abierta al diálogo”.

Las relaciones entre Rusia y la OTAN pasan por un periodo de gran tensión desde el inicio del conflicto en Ucrania. La Alianza ha aumentado su presencia cerca de las fronteras de Rusia y, a pesar de que se mantiene el Consejo Rusia-OTAN, hay mucha desconfianza mutua.

Dmitri Polikanov, del centro independiente de Investigaciones Políticas de Moscú, explica a RBTH que“esta doctrina es una especie de respuesta de la OTAN a los nuevos desafíos y a los nuevos tipos de guerra que hemos detectado no solo al este, sino también al sur de la zona de interés de la Alianza. Rusia es simplemente uno de los objetivos. La OTAN intenta adaptarse a la ‘nueva realidad’, donde no existen guerras oficiales ni se tiene una noción clara sobre quién es el enemigo, donde la toma de decisiones debe ser más rápida”.

La nueva guerra híbrida no se limita a Rusia, aunque los estados miembros de la OTAN se refieren sobre todo a ella cuando tratan este tema.

“El hecho de que Rusia se esté convirtiendo cada vez más en el enemigo principal de la OTAN es una tendencia alarmante. La emergencia de la doctrina de la guerra híbrida viene determinada en gran medida por los acontecimientos en Ucrania. La OTAN se enfrentaba a un nuevo tipo de guerra que incluía propaganda, ciberguerra y unidades paramilitares no oficiales luchando en ambos lados del conflicto. Evidentemente, Rusia es una de las razones principales de la adopción de esta nueva estrategia, pero no es la única”, apunta Poliakov.

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