La oposición siria pide armamento a EE UU contra los ataques aéreos rusos

1989. Mujahedeen w. Amer. made stinger missile on shoulder during rebel assault on Jalalabad

1989. Mujahedeen w. Amer. made stinger missile on shoulder during rebel assault on Jalalabad

Getty Images
Según medios estadounidenses, miembros de la oposición “moderada” han solicitado misiles tierra-aire para contrarrestar los ataques rusos. Los expertos consultados no creen que la Casa Blanca esté dispuesta a dar ese paso, ya que implicaría una confrontación similar a la de la guerra fría. Sin embargo, no descartan que Turquía o Arabia Saudí los suministren.

Con el trasfondo de las acusaciones vertidas contra Rusia de haber bombardeado a la oposición siria “moderada”, el 2 de octubre el periódico Washington Post.

publicó una información según la cual algunos grupos habrían pedido a EE UU que les dote de medios de defensa antiaérea para protegerse de la aviación rusa.

Pero si Washington o sus aliados dieran este paso, la situación recordaría mucho a los tiempos de la guerra fría, cuando EE UU suministraba armamento a los muyahidines afganos, y podría conllevar un aumento de la tensión en las relaciones con Moscú.

Los observadores también recuerdan que, tras la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, las autoridades de EE UU tuvieron que destinar considerables recursos económicos para recuperar los sistemas portátiles de defensa antiaérea Stinger porque temían que se emplearan contra los militares norteamericanos o para perpetrar atentados terroristas contra aeronaves de uso civil.

Andréi Sushentsov, socio director de la agencia “Política exterior”, ha declarado a RBTH que EE UU y sus aliados no suministrarán sistemas de defensa antiaérea portátiles u otros medios de defensa antiaérea a los enemigos del presidente sirio Bashar al-Asad porque no quieren empeorar las relaciones con Moscú por culpa de Siria, país que, en sus planes, juega un papel secundario. No entregarán Stingers a la oposición moderada porque, si lo hacen, entonces se le suministrarán lanzamisiles rusos S-300 a Asad”, subraya el experto.

En una entrevista con RBTH, Dmitri Ofitsérov-Belski, docente de la Escuela Superior de Economía, señala que los suministros de armamento, por regla general, no se hacen públicos, y supone que “la publicación del Washington Post seguramente sea una filtración deliberada que serviría para sondear la reacción tanto de los propios EE UU como de Rusia”.

“Los combatientes sirios podrían estar exagerando un poco el grado de predisposición de EE UU a enfrentarse a Rusia por el conflicto sirio, y con ello están tratando de avivar los temores de Moscú. Tampoco se puede descartar que la divulgación de este tipo de información sea una especie de recurso para introducir este tema en el ámbito del debate. Hay una tercera opción, poco probable: que parte del establishment norteamericano no esté interesada en alentar la confrontación con Rusia, y esté tratando, por este medio, de frustrar los suministros secretos de sistemas portátiles de defensa antiaérea u otro tipo de técnica militar”, explica Dmitri Ofitsérov-Belski.

El papel de Turquía y Arabia Saudí

Dmitri Ofitsérov-Belski ha añadido que Arabia Saudí y Turquía ya han suministrado sistemas portátiles de defensa antiaérea a los islamistas sirios, que también podrían haberse apoderado de una cantidad indeterminada de estos sistemas en Libia e Irak.

Aun así, estos sistemas no son efectivos contra los modernos aviones de combate rusos como el Su-34: “Es mucho más creíble la hipótesis de que se seguirán suministrando sistemas antitanque y otro tipo de armas que en modo alguno podrían alcanzar a las fuerzas aéreas rusas, pero sí podrían fortalecer la resistencia de la operación de ataque que están fraguando las tropas sirias y las fuerzas expedicionarias iraníes.

El director del Centro de Estudios Orientales, Relaciones Internacionales y Diplomacia Pública, Vladímir Avátkov, no descarta que la oposición siria pueda proveerse de sistemas de defensa antiaérea procedentes de Turquía: “De Turquía cabe esperar cualquier maniobra repentina antirrusa, como por ejemplo que dé apoyo físico a la oposición siria. Al regresar de Moscú, Erdogan hizo un discurso en que por primera vez admitía la posibilidad de que se abriera un periodo de transición con Asad en el poder. Pero a los pocos días hizo unas nuevas declaraciones en las que subrayaba que Rusia se está equivocando y podría quedar aislada gracias a su política”.

“Turquía está regateando, y busca una posición óptima para sí misma. Esto también tiene que ver con el clima de la política exterior y con las circunstancias internas de un país en el que los conflictos entre las fuerzas políticas dirigentes van en aumento. Por desgracia, la economía no ahorrará a Moscú y Ankara unos conflictos geopolíticos que exigen una solución impostergable. En caso contrario, nos arriesgamos a perder Turquía”, añade el experto.

 

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