Estación de radiodetección en Lourdes. Fuente: AP
El vicepresidente del comité de seguridad de la Duma Estatal Dmitri Golovtsov declaró al diario ruso Izvestia que barajan reabrir el centro tras la visita del portavoz del parlamento ruso Serguéi Naryshkin. Las fuentes del parlamento opinan que podría ser como una “ducha fría” para Estados Unidos que está realizando política exterior agresiva hacia Rusia.
“En condiciones actuales de la agenda geopolítica, como resultado de la presión de EE UU y de las sanciones de Rusia, la cooperación con Cuba se desarrollará hacia la recuperación de relaciones que solían tener nuestros países hasta mediados de la década de 1980, antes de que Gorbachov, que empezó a reducir esta cooperación, llegara al poder”, afirmó Gorovtsov al diario ruso.
Según el político, la visita del ministro de Defensa Serguéi Shoigú a Cuba en febrero de este año y la del presidente ruso Vladímir Putin en verano del 2014 no son casuales. También destacó al aporte de la visita del portavoz de la Duma Estatal Serguéi Naryshkin, que tomó parte en los eventos organizados por el Ministerio de Defensa cubano la semana pasada. Aunque el pasado julio los medios rusos hablaron de la reapertura, el presidente Putin desmintió entonces esa información. Todo indica que ahora han llegado a un acuerdo.
“Supongo que próximamente podremos recuperar la estación de radiodetección en Lourdes, que fue utilizada por la URSS y después por Rusia. Cuando depositábamos flores a nuestros soldados-internacionalistas caídos en Cuba durante el cumplimiento de su deber militar, estábamos cerca de la estación”, destacó Golovtsov.
El centro de radiodetección de Lourdes era el principal soviético de inteligencia electrónica en el extranjero. Su construcción finalizó en 1967 y fue utilizado hasta el 2002.
El centro desempeñó un papel clave en recibir la información de exploración durante la guerra fría. El equipo ha sido modernizado en reiteradas ocasiones y captaba datos de satélites estadounidenses de comunicación, cables terrestres de telecomunicación y también mensajes del centro de gestión de vuelos NASA en Florida.
El arrendamiento de la base militar costaba a Rusia 90 millones de dólares en el 1992, y 200 millones entre 1996 y 2000. El pago se realizaba a través de suministros de alimentos, madera, productos petroleros y equipamiento militar.
Además, Cuba tenía acceso a la información que recibía el centro y que tuviera que ver con su seguridad. El mantenimiento de los militares cuya cantidad alcanzaba 1 mil 500 personas, costaba otros 100 millones al año.
En los años 1990 la necesidad de mantener a las bases militares rusas en el extranjero se puso en entredicho. Debido a las dificultades económicas tras la crisis del 1998 y ritmo bajo del crecimiento económico de los años 2000-2001 se anunció la liquidación de la base y la retirada definitiva de los militares acabó en el año 2002.
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Publicado originalmente en ruso en Izvestia.
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