El encuentro en Pekín entre Putin y Xi Jinping confirma la buena relación entre los dos países

Se reunieron en los márgenes de la cumbre de APEC. Moscú planea promover sus intereses en Asia. Fuente: Getty Images / Fotobank

Se reunieron en los márgenes de la cumbre de APEC. Moscú planea promover sus intereses en Asia. Fuente: Getty Images / Fotobank

Durante la cumbre de APEC, que se celebra del 9 al 11 de noviembre en Pekín, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, llevará a cabo varios importantes encuentros bilaterales llamados a confirmar la creciente relevancia del vector oriental en la política exterior de Moscú. La cuestión sobre un posible encuentro con el presidente de Estados Unidos sigue abierta.

Xi Jinping y Putin se reunieron el domingo 9 , en los márgenes del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) afianzando sus buenas relaciones. “Los líderes trataron cuestiones relacionadas con la cooperación bilateral y problemas relevantes internacionales y regionales, y verificarán las posturas de ambos países respecto a los principales temas del orden del día de las próximas cumbres de APEC y del G20. En esta reunión está prevista la firma de una serie de documentos bilaterales”, según informó el servicio de prensa del Kremlin.

APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation, en español Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) se creó en 1989, con el fin de consolidar el crecimiento y la prosperidad de los países del Pacífico. Los temas más importantes de su agenda tienen que ver con el intercambio comercial, la coordinación económica y la cooperación. Integra a numerosos países de Asia, Rusia, EE UU y Canadá. Chile, México y Perú son los representantes latinoamericanos.

Además, presidieron la firma de 17 acuerdos cuyos detalles apenas trascendieron, aunque sí se destacó entre ellos un memorando de entendimiento para negociar exportaciones de gas ruso a través de un gasoducto por la llamada "ruta occidental".

El pasado mes de mayo, durante una visita de Putin a China, los presidentes declararon el inicio de una nueva etapa de cooperación e interacción estratégica. Además, recordaron sus antiguos compromisos de “ofrecerse mutuamente un firme apoyo en las cuestiones relacionadas con sus intereses fundamentales, como la soberanía, la integridad territorial y la seguridad”. Esta es una alusión bastante transparente a la posibilidad de una alianza militar sobre la que ni Moscú ni Pekín han declarado nada abiertamente hasta el momento.

Esta postura se ve reforzada también por la repentina aceleración de las relaciones económicas ruso-chinas.  

En mayo se firmó un importante contrato para la construcción del gasoducto Power of Siberia y para el suministro de gas natural a China estimado en 400.000 millones de dólares. Y esta es únicamente la ruta oriental: se están llevando también negociaciones sobre una ruta occidental, que permitirá reorientar hacia China el gas que se transporta a Europa desde Siberia Occidental. Esta flexibilidad es altamente beneficiosa para Rusia.

En octubre, el consorcio estatal Rosneft declaró la venta a la corporación petrolera estatal china CNPC de un 10% de las acciones del proyecto de desarrollo del mayor yacimiento petrolífero de Siberia Occidental. Esta misma compañía china adquirió el 20% de las acciones de una empresa de gas natural licuado en la península de Yamal de la compañía Novatek. Al parecer, Rusia ha abierto a China finalmente el acceso a la explotación de su subsuelo.

También se están negociando proyectos de construcción de la primera línea de ferrocarril de alta velocidad rusa Moscú-Kazán con la participación de China Railway Construction Corp. El volumen de este proyecto asciende a unos 10.000 millones de dólares, con la perspectiva de ampliar la línea hasta Pekín. Huawei Technologies contempla proyectos análogos en envergadura en el ámbito de la telefonía móvil.

Para cubrir estas transacciones, los bancos estatales de ambos países han firmado acuerdos de swaps de rublos y yuanes por valor de 25.000 millones de dólares. Esto permitirá al negocio ruso evitar las sanciones occidentales que prohíben préstamos en bancos extranjeros, y ayudará a China a ahorrar en reservas de divisas. En última instancia, todo esto está dirigido a expulsar el dólar de las transacciones mutuas.

En resumen, las relaciones entre Rusia y China están pasando por una auténtica luna de miel, cuya confirmación ha sido el reciente encuentro entre Putin y Xi Jinping. Para Estados Unidos esta será una clara muestra de que su actual política de sanciones a toda costa empujan a Rusia hacia China y lo único que hacen es reforzar las posiciones de Rusia en la confrontación global.

No obstante, tampoco puede decirse que Moscú mire exclusivamente hacia el gigante asiático.

Durante la cumbre en Pekín, Putin se reunirá con el primer ministro japonés, Shinzō Abe. Japón envía como puede señales a Moscú para hacerle ver que tiene sus manos atadas en la cuestión de las sanciones contra Rusia y que está dispuesto a dialogar respecto a la cooperación económica en Siberia. Tanto más cuanto que es el único país que posee realmente experiencia en esta cuestión desde la época soviética. Fue precisamente Japón el país que inició la explotación de los yacimientos de gas y petróleo de la isla de Sajalín junto con la Federación Rusa.

El desarrollo del oriente ruso

Además, Rusia, anunciando su giro hacia el este, sigue abierta a la colaboración multilateral. La víspera de la cumbre, el gobierno de Rusia introdujo en la Duma un proyecto de ley sobre territorios de desarrollo prioritario en el Extremo Oriente.

Según declaró en octubre el ministro para el Desarrollo del Extremo Oriente, Alexander Galushka, en el proyecto de ley sobre los territorios de desarrollo prioritario figuran dos ideas clave: la desrregulación y la estimulación fiscal para satisfacer los intereses de los inversores extranjeros. Según Galushka, se planea que los territorios de desarrollo prioritario aporten más de 600.000 millones de rublos (unos 13.000 millones de dólares) de inversión directa y más de 37.000 nuevos puestos de trabajo altamente cualificados.

En caso de que se apruebe la lista de 14 territorios seleccionados, la red de territorios de desarrollo prioritario incluirá tres puertos marítimos, dos centros logísticos, tres clústeres agroindustriales y dos químicos, un centro de construcción de aviones, uno de producción de materiales de construcción, un centro de producción de joyas y diamantes y un centro de formación e investigación.

Según el Ministerio para el Desarrollo del Extremo Oriente, la mayor parte de los territorios de desarrollo prioritario (11 de 14) se encuentra en las regiones fronterizas con China, otros dos territorios se encuentran en Yakutia y otro en Kamchatka. Cinco de los 14 territorios se encuentran en el krai de Primorie, entre ellos el territorio de la isla Russki en Vladivostok, donde en 2012 se celebró la cumbre de APEC.

El proyecto de ley parece esconder el enfoque principal de Rusia en cuanto a la política en la región Asia-Pacífico, ante todo en lo referente a la colaboración económica. 

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