Rusia envía al sudeste de Ucrania el cuarto convoy de ayuda humanitaria

Fuente: AFP / East News

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Según informan desde Moscú, el convoy transportará materiales de construcción destinados a reconstruir las infraestructuras de las provincias de Lugansk y Donetsk destruidas en el curso de las operaciones antiterroristas efectuadas por Kiev. Sin embargo, Kiev ha declarado que se trata de una intervención de Moscú en su territorio. Para los analistas rusos, Rusia habría dejado de acordar con las autoridades oficiales del país las ayudas a las víctimas del sudeste ucraniano después de que la primera iniciativa pacífica se transformase en una farsa política.

Moscú envía la cuarta caravana con ayuda humanitaria destinada a los residentes en las provincias de Dónetsk y Lugansk. El viceministro de Situaciones de Emergencia, Vladímir Artamónov, ha declarado que se transportarán materiales de construcción para reconstruir las infraestructuras dañadas.

En abril de este año, las autoridades de Kiev efectuaron operaciones antiterroristas en el sudeste de Ucrania para erradicar por la fuerza los focos separatistas de la región. Según los datos de la ONU, el 11 de septiembre se registraron 3.200 víctimas civiles y más de 8.000 heridos. Después de la reunión en Minsk del grupo de contacto para la resolución de la crisis de Ucrania, las autoridades de Kiev y los rebeldes filoseparatistas de Dónetsk habían llegado a un acuerdo sobre una tregua, que entraría en vigor la noche del 5 de septiembre

Rusia ya ha enviado tres convoyes con ayuda humanitaria para las víctimas de los combates en las regiones. En total, Moscú ha enviado 6.000 toneladas de ayuda, que incluyen alimentos (como harina y conservas), generadores eléctricos, medicamentos, ropa (especialmente de abrigo) y agua potable.

La reacción de Kiev

El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, ha declarado que los convoyes de ayuda humanitaria son una prueba de la intervención de Rusia en el territorio de la Ucrania  “autónoma”. Por su parte, el Ministerio de Defensa ucraniano ha anunciado que no ha recibido ningún aviso relativo al envío al sudeste del país.

“Si Moscú efectúa el transporte del cuarto convoy de ayuda humanitaria, tal y como ha anunciado hoy, tal acción resultará en la enésima violación de la Carta de las Naciones Unidas”, declaró la noche del martes Yuri Vitrenko, vicedirector de la Oficina de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, durante una reunión a puerta abierta del Consejo de Seguridad de la ONU.

El diplomático ha subrayado también que la crisis interna de Ucrania ya ha obligado a 275.500 ciudadanos a abandonar su residencia. Vitrenko ha rebatido las declaraciones de Moscú sobre la presencia de 830.000 refugiados ucranianos: “La cifra no nos parece fiable, ya que no ha sido proporcionada por un organismo independiente, sino que procede de una única fuente, de Rusia”.

Por su parte, el viceministro de Exteriores ruso, Grigori Karasin, ha declarado a su vez que los responsables de su Ministerio habían notificado a Kiev su intención de enviar un convoy a las regiones necesitadas de ayuda en el país.

“Estamos obligados a ayudar a las regiones del sudeste de Ucrania. Ya hace tiempo que nos habíamos puesto de acuerdo sobre el envío de ayuda humanitaria a la población del sudeste ucraniano; ayuda que, con la llegada del otoño y los primeros fríos, se volverá indispensable”.

La ayuda que ahora se envía es más cuantiosa que las anteriores. Rusia prevé entregar unas 100 toneladas de objetos y alimentos.

La ayuda humanitaria ¿es realmente una forma de intervención?

“En el plano formal, Rusia habría violado la regulación jurídica. Tras nuestras declaraciones de hace unos meses, en la época del envío de la primera caravana de ayuda humanitaria, Ucrania había asumido una determinada posición política y planeaba seguir el ejemplo de Rusia. Kiev bloqueó los camiones rusos en la frontera e hizo llegar su convoy antes del nuestro. Desde entonces, el Kremlin simplemente ha informado a Kiev de sus intenciones, sin dialogar con  Ucrania”, ha explicado a RBTH Andréi Suzdaltsev, decano de la Facultad de Política y Economía Internacional.

Como ha observado el experto, se podría hablar de una intervención que viola la integridad territorial solo si hubiese una clara división del territorio efectuada por los poderes oficiales y de las provincias que se han autodenominado repúblicas.

“Sobre la base de los acuerdos de Minsk, las autoridades de la República Popular de Dónetsk y de la República Popular de Lugansk tienen la facultad de emprender proyectos de colaboración a gran escala con Rusia. Y el envío de un convoy está incluido en las cláusulas del acuerdo suscrito entre Kiev y los líderes de las repúblicas”, ha explicado Suzdaltsev.

En palabras del experto militar independiente Víktor Litovkin, Moscú ha dejado de pedir la aprobación de Kiev sobre el envío de convoyes humanitarios después de la serie de impedimentos burocráticos, detenciones en los controles y amenazas de destruir la carga por parte de grupos armados fuera del control de Kiev.

“Los camiones transitarán a través de check points controlados por fuerzas de la resistencia separatista y eso constituye un pretexto para las autoridades ucranianas de crear agitación política y construir la farsa de la intervención rusa en Ucrania. Pero todos los líderes saben perfectamente cuál es la carga transportada en los camiones y es claro que no son armas. Sin embargo, la información difundida por los canales de televisión estatales insinúa todo lo contrario”, explica el experto.

Litovkin ha declarado que el Comité Internacional de la Cruz Roja se había negado a escoltar el convoy por motivos burocráticos y por razones inherentes a la seguridad de sus colaboradores.

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