Egipto busca en Rusia alternativas a la colaboración con EE UU

Fuente: Olesia Kurpiáeva / RG

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El pasado 12 de agosto Vladímir Putin se reunió con su homólogo egipcio Abdelfatah Al-Sisi. La cooperación en el ámbito agrícola y el militar fueron los ámbitos más destacados del encuentro. Los dos presidentes también abordaron los problemas regionales.

La víspera de la reunión los analistas rusos señalaban que el encuentro indicaba un reforzamiento de las relaciones entre Moscú y El Cairo. Gazeta.ru indicaba que "Egipto busca posibles alternativas a su antigua alianza con los EE  UU”.

El volumen de comercio entre Moscú y el Cairo ascendió el año pasado a unos 3.000 millones de dólares. En el primer semestre de este año ese índice ya se ha duplicado frente al mismo periodo del año anterior (de 1.300 millones a unos 2.500 millones de dólares).

El turismo es un ámbito importante. El año pasado, alrededor de dos millones de turistas rusos visitaron el país pese a las restricciones provisionales de viajes impuestas por el Gobierno ruso a raíz de la tensión en el Cairo.

El enviado especial de la revista Kommersant, Andréi Kolésnikov, en un reportaje sobre los dos líderes, destacaba que la parte rusa había hecho todo lo posible para ofrecer al presidente egipcio una recepción muy ceremoniosa, esforzándose en mostrarle el armamento ruso más moderno.

"Egipto está dispuesto a comprar armamento a Rusia y, a su vez, Rusia está dispuesta a comprar bienes a Egipto. Para esto la Federación tiene la intención de simplificar el procedimiento de entrada de la producción agrícola egipcia en nuestro mercado", escribe Kolésnikov.

Sin embargo también hay escepticismo acerca de la futura cooperación agrícola, en primer lugar debido al incierto futuro de la propia agricultura egipcia. Según escribe el enviado especial de Expert, Hevorg Mirzayán: "A medio plazo la agricultura del país de las pirámides puede sufrir un daño irreparable si se completa la construcción de la central hidroeléctrica de Etiopía en el Nilo, lo que supondría un enorme empeoramiento de la situación las tierras irrigadas egipcias".

Para Mirzayán las declaraciones de Putin sobre la posible creación de una zona de libre comercio son emocionales y difícilmente realizables.

Expert se mostró mucho más optimista sobre el futuro de la colaboración en el ámbito de la defensa y la política exterior. "Rusia ve en Egipto un comprador con futuro y a largo plazo (especialmente si Arabia Saudí continua pagando estos contratos)", escribe.

Además, el régimen laico autoritario de Al-Sisi es útil para Moscú ya que puede detener la propagación en la región del islamismo radical, lo que supone también una amenaza futura para Rusia.

La pasividad de Moscú ante los acontecimientos en Oriente Próximo

Perspectivas en el ámbito de defensa

La mayoría de los medios de comunicación rusos prestaron especial atención no tanto a la cuestión de la venta de productos agrícolas sino a las futuras relaciones entre Moscú y El Cairo en general.

La página Svobódnaya Pressa (Prensa libre) realizó una encuesta entre varios expertos sobre la futura colaboración política entre Rusia y Egipto. Las opiniones estaban divididas. Para el politólogo y director del Centro de estudios de Oriente Próximo y Asia Central, Semión Bagdasarov, Al-Sisi maniobrará entre Rusia y EEUU, que tiene un estrecho contacto con Arabia Saudí, su principal socio en la región.

El vicepresidente de la Academia de Problemas Geopolíticos, Vladímir Anojin, expresó su optimismo: "Nosotros [Rusia] hemos entrado en la región de Oriente Próximo de forma seria, sólida y para largo... Al-Sisi continúa la labor de Naser. Los últimos acontecimientos pueden tomarse como una señal de que Oriente Próximo le da la espalda a Occidente y comienza a buscar socios en la zona de Eurasia".

El orientalista Georgui Mirski, también apunta a un paralelismo entre Abdelfatah Al-Sisi y Gamal Abdel Nasser. "Al-Sisi ha tenido en cuenta que su primera visita a Moscú le ayudará a crear entre los egipcios la sensación de que no se orientará únicamente hacia Occidente y los EE UU. Como Nasser, ve en Rusia un contrapeso a la hegemonía estadounidense".

Sin embargo Mirski además está convencido de que el presidente egipcio intentará mantener unas buenas relaciones tanto con Rusia como con Occidente:  “Al-Sisi llevará a cabo una política en todas las direcciones para que no puedan acusarle de proamericano y de arrastrar al mismo tiempo a Egipto al fondo del precipicio cortando relaciones con Occidente". En general Mirski valora de forma positiva la futura relación entre Moscú y El Cairo, definiéndolas como "históricamente amistosas".

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